Pedro Caramés, presidente del Bulevar de la Sidra
«Las sidrerías ofrecen algo cultural muy nuestro y eso la gente lo valora»«El Premio Nacional de Hostelería nos provoca una doble satisfacción porque es inesperado y porque viene de la gente de nuestro sector»
La asociación de sidrerías de la calle Gascona y la Preba han cumplido 25 años y el mejor regalo ha sido obtener el Premio Nacional ... de Hostelería por su promoción cultural y gastronómica que otorga Hostelería de España. El presidente del Bulevar de la Sidra y dueño de La Finca, Pedro Caramés (Grado, 1970), admite que no esperaba el galardón, pero tiene claro que la calle y el trabajo que han venido realizando los diferentes empresarios que la pueblan durante más de dos décadas para su promoción lo merecen. En esta entrevista habla del presente y del futuro del sector, marcado por la explosión de la cultura sidrera.
–La sidra está de moda. Primero fue el reconocimiento de la Unesco y ahora, la Preba de la Sidra de Gascona, Premio Nacional de Hostelería...
–Este premio nos provoca una doble satisfacción, porque es inesperado y que sea de manos de gente de la hostelería nos hace inmensamente felices. Tiene doble valor.
–25 aniversario. ¿Cómo ha evolucionado la Preba en este tiempo?
–Es el 25 aniversario de la Preba y de la asociación de Gascona. Hace 25 años, Gascona no tenía tantas sidrerías y a cinco chigreros pioneros se les ocurre la idea de hacer un homenaje a las antiguas prebas de la sidra, que es lo que se hacía antes. Cada sidrería iba a los llagares a probar lo que iba a comprar para después vender y de esa idea nace la Preba: hacer un homenaje a esas catas. Fue un camino difícil. Hace 25 años la situación no era la actual, no había móviles ni redes sociales, y posicionarse era complicado a pesar de hacer las cosas bien. Pero ahí, con esos cinco empresarios comienza lo que dura hasta hoy, que es el espíritu de Gascona: Unos hosteleros que siendo competencia consiguen caminar juntos para hacer algo tan grande como para llegar a este reconocimiento.
–La calle también ha crecido en cuanto a oferta hostelera.
–Para cualquier hostelero, ahora una de las millas de oro es la calle Gascona. No solo es buen negocio para la sidrería, sino para cualquier cosa que se instale y hay gente que se aprovecha del empuje de esta asociación. Al principio había unas cinco sidrerías, ahora somos 13 en la asociación y habrá unos 15 locales en total.
–La cultura sidrera ahora no se duda, pero las sidrerías no siempre estuvieron tan bien vistas como en la actualidad. ¿Ha costado trabajo promocionarla?
–Hubo una época hace unos años en que la sidra se paralizó y coincidió con el auge de las vinaterías, pero las sidrerías tomaron nota y evolucionaron hacia un servicio más esmerado y trajeron el chigre al siglo XXI con decoraciones atractivas, oferta gastronómica de km 0 potente, servicio de sidra muy cuidado y escanciado. La gente, después de eso, regresó con más fuerza. Ahora en las sidrerías no solo se vende una experiencia gastronómica, sino algo cultural, algo muy nuestro y la gente lo valora. Por poner un ejemplo, las cenas de empresa están evolucionando de una forma muy curiosa. Antes eran más sobrias y ahora se pide cada vez más el formato espicha.
–¿Sufren la falta de escanciadores?
–La hostelería sufre el problema de falta de mano de obra como lo sufren hoy en día todos los gremios. El problema de la hostelería es que, además, se trabaja los fines de semana y a los jóvenes no les gusta demasiado. Pero la falta de escanciadores no es más grande que la del resto de camareros. Yo diría, incluso, que a un camarero le resulta más atractivo hoy en día ser escanciador que trabajar en una cafetería.
–¿Y relevo generacional al frente de los negocios?
–Afortunadamente, el primer relevo que tenemos en la calle será el de La Noceda, que el hijo de uno de los fundadores va a coger los mandos después de que se retiró Toni y de que se va a retirar Ricardo. Es el primer relevo generacional. Estamos todos que nos suena la campana y yo lo veo más difícil. De hecho, más que relevo, lo que se va haciendo son traspasos de negocio, que no duran un minuto en el mercado.
–¿Se corre el riesgo de que Gascona pueda llegar a perder su identidad?
–El atractivo que tiene Gascona es el escanciado y las sidrerías; el producto asturiano de categoría, etc... Poner una franquicia en lugar de una sidrería sería absurdo. El negocio es negocio siendo así. La gente que llega entiende la filosofía de Gascona y van por el mismo camino.
–¿Qué supone la calle Gascona para el turismo en Oviedo?
–Gascona se ha convertido en un referente a nivel nacional. Durante el invierno tenemos aceptación por parte del público local, pero te das cuenta de la dimensión que tienes cuando ves que los turistas vienen directos a Gascona en verano. Es el resultado de un buen trabajo de promoción durante años y de un nivel de exigencia con nosotros mismos para no defraudar tremendo. El Ayuntamiento también apuesta por convertir a Oviedo en una ciudad turística y lo estamos notando muchísimo.
–¿Y para los productores locales de Asturias?
–La Preba es el mejor escaparate para los llagareros. El que consigue ganar alguno de los dos títulos logra la mejor carta de presentación para vender su producto a lo largo del año. Eso es una parte, y luego están los volúmenes de materia prima. Somos uno de los mejores clientes de todo el producto asturiano de calidad.
–¿Cuánto empleo genera Gascona?
–Unos quinientos en temporada baja y son más de setecientos en verano.
–¿Se les queda pequeña la calle?
–Sí, sin duda. De hecho, la Preba la tuvimos que sacar a Víctor Chávarri por seguridad y espacio. En Gascona ya es imposible. Es un ejemplo de una fiesta bien hecha: se convoca a la gente, van probando y a las 14.30 finaliza y esas personas se reparten por el resto de la hostelería de la ciudad, por lo que es una actividad que es buena para todos.
–¿Creen que el Principado y el Ayuntamiento están haciendo una buena labor de promoción de la ciudad y de la sidra?
–Yo creo que sí. Tanto en comercio como en hostelería el Ayuntamiento está volcado, pero en cuanto a la promoción de la sidra, que corresponde más al Principado, sí es cierto que falta creérnoslo más. No sabemos el potencial que tenemos, pero nosotros sí lo vemos en Gascona. Y, además, no hay competencia en España porque nadie hace lo mismo, y es algo de lo que debemos presumir.
–Ya lleva unos cuantos años como presidente de la asociación. ¿Seguirá al frente?
–Seis por lo menos. Cada vez que logramos un nuevo hito en Gascona siempre pienso que mi labor ya estuvo bien y en dejar paso a la juventud, pero luego siempre me dicen que Paco (Álvarez Colunga, histórico hostelero de La Pumarada) debió de estar 15 o 20 años y que lo tengo que igualar.
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