Una red de túneles recorre el complejo y las zonas aledañas

Al decir que la fábrica de armas de La Vega lleva cerrada desde 2012, hablamos en realidad de que dejó de operar, porque cerrada lleva casi dos siglos, apartada de la ciudad por un muero que hoy encierra una superficie de 118.731 metros cuadrados con una barrera de entre cuatro y cinco metros de altura y casi un kilómetro y medio de longitud. Más otro medio de murete de un metro de alto y reja de forja en Adelantado de La Florida y La Tenderina. Los gobiernos, cuando se trata de esconder tecnología o armas son muy celosos, y en La Vega se han fabricado misiles, miles de CETMES y ametralladores MG Rheinmetall, pero el inventario indica que, tal vez, haya otra forma de entrar y salir de La Vega sin ser vistos. En el lateral de la nave de Productos Intermedios se abre una boca en suelo. Es el acceso a «una importante red de túneles de servicio que comunica todas las naves y edificaciones entre sí», explica el informe. La red servía como pasadizos para las instalaciones de vapor, agua caliente, calefacción, luz y agua, pero, «según informaciones», cuyo origen no aclaran los autores del inventario, «esta red se puede extender fuera del recinto hacia las calles adyacentes». Eso sí, está inundada.