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A. ARCE
Jueves, 7 de febrero 2019, 02:18
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La soledad emocional, la ira y el desencanto son tres sentimientos recurrentes cuando la infancia se escapa y la edad adulta aún no ha terminado de aflorar. La adolescencia, un período de cambio y desarrollo constante tanto físico como mental que todo el mundo ha 'sufrido' en sus propias vestiduras. Una realidad que ha servido de cimiento para las novelas del reputado escritor de literatura juvenil, dramaturgo y profesor de Secundaria, Nando López (Barcelona, 1977). Así lo explicó él mismo ayer durante su visita a los alumnos de cuarto de la ESO y primero de Bachillerato del instituto Alfonso II.
Allí, ante más de ciento cincuenta miradas atentas, desentrañó los secretos de dos de sus títulos más aclamados: 'La edad de la ira' (2014) y 'Nadie dos oye' (2018); ambas, lectura obligatoria en el programa docente del centro.
El recibimiento, caluroso, fue seguido por las palabras de los estudiantes de 17 años Víctor Celemín y Yamira Álvarez, que glosaron brevemente los logros del autor, y de la actuación de Justo Masíe, que interpretó durante unos pocos minutos una canción cuya letra recordó al propio López a esos mismos temas capitales.
«'Nadie nos oye' y 'La edad de la ira' son dos libros que molestan y que se han llegado a censurar en algunos institutos», admitió, «pero narran indudablemente situaciones que continúan sucediendo», explicó, justo al comienzo de su intervención. Una serie de desavenencias vitales, afirmó, que tienen nombre de «maltrato familiar», entre otras cosas, y que han logrado cautivar a los jóvenes de todo el país a través de la construcción de una particular voz «social». Y es que, en sus propias palabras, «por desgracia, aún hay mucho trabajo que hacer contra la homofobia, el machismo y el racismo en los centros».
El novelista fue breve. «Prefiero escuchar lo que vosotros me tengáis que decir», sentenció, y se abrió el turno de preguntas. Desde la primera fila se escuchó: «¿Qué te llevó a tomar la decisión de dejar de enseñar y dedicarte por completo a la literatura?», preguntó un estudiante de Bachillerato. «Lo hice cuando me di cuenta de que entre los encargos y las clases no dormía más de tres horas al día», contestó. No obstante, auguró una posible vuelta a las aulas. «Añoro mis tiempos como profesor, no descarto volver, pero sigo dentro de las clases gracias a mis novelas». Pues, como explicó, todas ellas se basan en casos reales a los que el profesor se ha ido enfrentando a lo largo de los años.
«¿Te implicas emocionalmente en tus libros?», preguntó otro alumno. Y López respondió: «Sin duda; hace años me decidí a escribir las obras que me hubiera gustado leer cuando tenía 16 años». Cuando las heridas estaban «abiertas», admitió. Ahora, «vengo a romper etiquetas sobre la adolescencia y sobre la propia literatura juvenil desde una perspectiva adulta, pues escribo para los jóvenes y sobre ellos», concluyó.
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