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Oviedo

El viejo HUCA ganará una terraza panorámica, un anfiteatro y senderos tras los derribos

La propuesta incluida en la licitación de las demoliciones propone la ampliación del parque del Truébano, que cerrará durante las demoliciones

Viernes, 7 de junio 2024, 22:33

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Noa Ramírez Casado cumplirá el viernes diez años. Fue la primera niña que nació en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) de La Cadellada. En esta primera década, los edificios sanitarios de El Cristo-Buenavista se fueron vaciando y sufriendo importantes destrozos víctimas del vandalismo. Ahora, el Principado acaba de dar el primer paso para la reconversión de esta parcela, sumida en la maleza: ha sacado a licitación por 7,82 millones de euros el derribo del antiguo Hospital General, el edificio Anexo A, Policlínicas –se libran los Hongos–, los polivalentes A, B y C, la nave de mantenimiento y las pasarelas de comunicación entre inmuebles.

¿Qué pasará una vez que acaben estas labores?, ¿cómo estará la parcela en 2026? Los edificios liberarán un importante espacio en el viejo HUCA a la espera del desarrollo de un plan especial que se negociará en la comisión bilateral, creada a principios de abril, entre el Principado y el Ayuntamiento. Aún se espera una segunda reunión.

Los pliegos de contratación describen cómo será el mientras tanto con la generación de nuevas zonas verdes, con una terrazas panorámica y un anfiteatro, además de caminos peatonales. El objetivo de los diseñadores es «preservar los valores existentes y transformar los residuos generados por la demolición en una nueva topografía que acopie material y multiplique la accesibilidad y habitabilidad del ámbito».

Prevén que el parque del Truébano –que permanecerá durante las obras– crezca ocupando el espacio que deje el edificio Anexo A, lugar que ocupará «una terraza panorámica». También, un anfiteatro a la altura del Hospital General y un mirador – «un nuevo balcón»– donde el Centro Comunitario de Sangre y Tejidos de Asturias –Polivalentes A, B y C–; además de senderos en la zona de Policlínicas que comuniquen con unas laderas de juegos.

Otro de los retos es que en la parte colindante con la Escuela Oficial de Idiomas, la residencia de ancianos y en el parque del Truébano se mantenga la masa arbórea.

Para llegar a este punto han de pasar doce meses de trabajos de demolición. Los dos primeros se destinarán a las actuaciones previas y los pliegos establecen que antes de los derribos propiamente dichos, la adjudicataria revisará si todos los suministros –luz, gas y agua– están dados de baja. También se acondicionarán espacios para las áreas de almacenamiento de materiales, los centros de suministros de energía y las casetas del personal y se retirará todo el amianto presente en los tejados. Por último, se desmontarán las escaleras metálicas así como otros elementos metálicos menores como tuberías de acero inoxidable o radiadores «cuya valoración es muy importante a la hora de calcular el coste global de la demolición».

El gobierno del Principado, en palabras de su portavoz, Guillermo Peláez, espera recuperar un millón de euros con la venta de los materiales que pueden tener una segunda vida y sentando así un precedente en el mundo de los derribos gracias a la economía circular. Después, llegarán los nueve meses de derribos que darán paso al nuevo diseño.

«Parece que cumplen»

A este contrato también se refirió ayer el alcalde, Alfredo Canteli, quien recordó que «tras una reunión con el Principado forzada por el Ayuntamiento», el Ejecutivo regional «parece que cumple con los plazos» y que a final de este año se cerrará la licitación de los derribos dando paso a la ejecución obras a lo largo de 2025 para concluir en 2006. «Era la previsión que fijamos y eran unas fechas innegociables», según explicó ayer durante la presentación de Ribadeo Indiano

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