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Yolanda Vidal. Juan Carlos Román
El Perfil a Yolanda Vidal

La enfermedad es menos mala con música

Como el pedernal. Padece Esclerosis Múltiple desde hace 25 años y se mueve con su silla desde hace casi cinco. Profesora de piano jubilada por gran incapacidad, ha recorrido el mundo tocando para los mejores cantantes; es lectora voraz y coqueta. No se ha dejado llevar, pelea

Domingo, 7 de diciembre 2025, 00:00

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Presumida, luchadora, dulce, con remango. Vive desde el año 2000 con Esclerosis Múltiple y revuelve en todas las esquinas con sabiduría de experto conductor con su silla de ruedas eléctrica. Si se le echa un primer vistazo, parece una mujer débil pero al vistazo y cuarto la percepción cambia diametralmente. Como el pedernal.

Se ha puesto su enfermedad incapacitante por montera y sigue el consejo de su madre: «Hija mía, no le regales a la enfermedad más tiempo del que te va a quitar ella». Y a fe que lo hace porque no para.

Lectora voraz, profesora de piano, ha recorrido el mundo tocando con grandes cantantes de ópera. Melómana de clásica y ópera, pero también de Sinatra, Bing Crosby, Miguel Poveda –«un tío encantador»–, Queen y mucho jazz. «Me gusta todo».

Se declara mitómana. «Incluso he estado en Leipzig visitando la tumba de Bach. Ha sido concejala en el Ayuntamiento de Oviedo de 2019 a 2021 por Ciudadanos. «Sólo duré dos años porque el desgaste pudo conmigo». Es decir, la política sí le hizo mella porque lo que es a la enfermedad le está costando mucho pese a que «consiguió bajarme de los tacones que no me quitaba nunca». Desde 2021 está jubilada con una pensión de gran invalidez.

Yolanda Vidal Valdés (Mieres, 1969) llegó a Oviedo con 14 años «cuando se jubiló mi padre Manuel, que era administrativo de Hunosa». Su madre, Paquita, conformó el trío.

Estudió en las Dominicas de Mieres y luego en el Instituto Aramo, y empezó Historia en la Universidad, pero lo dejó por la música. «Ya había acabado la carrera de piano». Más tarde se presentó a las oposiciones de profesor de piano en el Conservatorio Profesional y desde 2004 en el Conservatorio Superior.

Imagen principal - La enfermedad es menos mala con música
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Viajera impenitente gracias a la profesión y a la vocación, vive con su pareja desde hace 17 años y tiene un hijo, Álvaro (15), que «está teniendo una buena adolescencia, es un niño muy sano».

En 2000 llegó el primer síntoma de la enfermedad con un problema en la visión y «al cabo de unos meses me desmayé en la calle Uría. Tuve otro brote gordo en 2004 y desde 2010 estoy en una fase más degenerativa, más o menos después del parto de mi hijo».

Ahí comenzó una decadencia lenta que no la ha parado en ningún momento. Cuando dejó de tocar por imposición degenerativa no hubo espacio a la frustración y, dando un imponente ejemplo de vida, se dedicó a la divulgación de la música con programas de radio y podcast, a ser una madre a tiempo completo y «ahora convivimos la enfermedad y yo, que lo único que ha conseguido es bajarme de los tacones».

Y que no se olvide su mayor pasión, la lectura. «Ahora estoy con 'Morderse la lengua', de Darío Villanueva, y 'La masa enfurecida', de Douglas Murray.

Yolanda Vidal vive como si no hubiera mañana, lee como si necesitara saberlo todo y disfruta de los viajes como si no hubiera otros. Es presumida, vital y optimista. En realidad, es un monumento a la buena y luchadora gente.

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