Los trucos para cuidar y conservar la flor de Pascua

La Flor de Pascua es un clásico navideño. Sus flores, idénticas al color del traje de Papá Noel, adornan los hogares en una tradición que hunde sus raíces en Europa en el siglo XVI, cuando los monjes franciscanos las colocaban en sus monasterios para dar calor y viveza a las salas más oscuras.

Al otro lado del charco, ya los aztecas la ofrecían a sus dioses. La Navidad es una fiesta cristiana así que, en cierto modo, podría considerarse que la tradición indígena se ha extendido por todo el planeta.

Si eres de los que durante el mes de diciembre te haces con tu poinsettia -nombre que también se da a la planta en homenaje al botánico Joel Roberts Poinsett- estos consejos te serán más que útiles.

Lo primero que debes mirar son los tallos y comprobar que no haya ninguno roto.; tampoco podre o con manchas.Fijarse en el tamaño de las flores es también una buena forma de asegurarnos que durarán más tiempo a nuestro lado puesto que si está demasiado madura su vida será más corta. El truco de la moneda puede ser útil: el cogollo de donde parten debe ser mayor que una moneda de un euro pero menor que una de dos.

Ambas respuestas son adecuadas porque se adapta a ambos ambientes, siempre y cuando se preste atención a ciertos detalles. Por ejemplo, alejarles de las corrientes de aire y no abusar de los calefactores en su entorno. La flor necesita mucha luz pero no es imprescindible la exposición directa al sol. Este tampoco le hace daño, ya que en invierno no calienta demasiado. Su termperatura ideal ronda los veinte grados.

Muchas flores de Pascua se pudren por exceso de agua así que hay que prestar atención a este punto. Se trata de plantas más bien secas, a las que nunca hay que poner un plato con agua debajo. En lugar de bañarlas cada 'equis' días, los expertos recomiendan tocar la tierra con la mano. Si está humeda, hay que esperar. En caso contrario, la mejor opción es poner la planta en un barreño con agua durante 15 o 20 minutos. Trancurrido ese tiempo, se saca y se deja escurrir en el fregadero. Hay quien recomienda usar el agua de la secadora que, al ser de condensación, le favorece.

Una vez cada 10 días es suficiente. Lo mejor es usar abono orgánico líquido y aprovechar el momento del riego, ya que éste le proporcionará los nutrientes necesarios sin riesgo a que se quemen las ráices.

Tras todos estos 'tips', la pregunta del millón. La flor de Pascua puede prolongar su vida más de un año pero es muy complicado alcanar este hito. La poda, que hay que acometer cuando se caigan las hojas, es prácticamente imprescindible para lograrlo. El rape debe de ser pronunciado hasta dejar seis centímetros de tallo. Después, conviene trasplantarla a otra maceta más grande y regarla sin abonar hasta que crezcan nuevas hojas. Cuando broten, habrá que abonar. Para conseguir que las hojas se pongan rojas, lo ideal es tapar la planta 14 horas al día, de septiembre a noviembre, con una bolsa negra, manteniéndola así en la oscuridad.

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