'Los perros' pone a Pinochet contra las cuerdas

La alta burguesía chilena está en el punto de mira de 'Los perros', ganadora del premio a la Mejor Película en la sección 'Horizontes Latinos' del pasado Festival de Cine de San Sebastián, tras presentarse en la Semana de la Crítica de Cannes.

La cineasta Marcela Said, con referencias como 'El Verano de los Peces Voladores' o 'I Love Pinochet' en su filmografía, se lanza a la piscina y se atreve a explorar en la ficción, tras bregarse en el género documental, las huellas traumáticas que dejó la dictadura de Pinochet en la actual Chile.

Una mujer que toma clases de equitación es el eje del relato. Un ex coronel de ejército es su tutor, al que acusan de participar en diversos crímenes políticos. «Es la historia de una mujer que ama su sufrimiento, que desea y teme salir de él al mismo tiempo», señala la realizadora. «Desde este punto de vista, la trayectoria de la protagonista no se corresponde en ningún caso con una epifanía, sino que es una constatación mucho más realista sobre la dificultad de romper las ataduras».

Antonia Zegers y Alfredo Castro, ambos presentes en la estupenda 'El Club', dan vida con intensidad a los personajes principales de un filme de denuncia que juguetea con cierta tensión sexual entre sus protagonistas.

'Los perros' pone sobre la mesa la impunidad de las barbaridades cometidas por un régimen militar que gozó de la complicidad de los más pudientes. «Las desigualdades sociales que inflaman las relaciones entre las distintas clases, lejos de atenuarse con el retorno de la democracia hace ahora 25 años, resultan cada vez más marcadas», recalca Marcela Said. «Si los militares han sido traducidos en justicia por su rol bajo la dictadura, las clases dirigentes que han dado apoyo a Pinochet y se han enriquecido bajo su tutela, hasta ahora siempre se han blanqueado».

Y por encima de todo, el patriarcado. Si bien la propuesta titubea en su retrato de la represión desde el bando de los culpables, se agradece el deseo de poner sobre la mesa un tema espinoso con ganas de incomodar a la sociedad. La reflexión critica siempre es bienvenida.

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