Borrar
Jorge Sánchez, en el Palacio Valdés de Avilés. :: MARIETA
«Defiendo que el teatro ha de seguir siendo artesanal»

«Defiendo que el teatro ha de seguir siendo artesanal»

El dramaturgo y director argentino Jorge Sánchez estrena hoy en el Palacio Valdés de Avilés 'Peggy Pickit ve el rostro de Dios'

Viernes, 21 de junio 2019, 08:40

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Jorge Sánchez (Los Toldos, Argentina, 1968) ha hecho de España su lugar y su escenario. Y eso que en su país las tablas son pura efervescencia. Al frente de La Cantera, estrena hoy en Avilés 'Peggy Pickit ve el rostro de Dios', una reflexión sobre la relación de Europa con el tercer mundo a partir de cuatro personajes a los que dan vida Mireia Gubianas, Toni Vives, Marc Pujol y Marta Cuenca.

-¿Qué les pasa a los teatreros argentinos con España?

-Dos cosas: estamos como en casa, hablamos la misma lengua, tenemos cierta forma de relacionarnos que nos hace muy compatibles y nos sentimos cómodos; y luego, como nos quieren tanto, nos dejamos querer y nos quedamos.

-Y que en España también gusta el teatro argentino...

-Atrae el teatro argentino porque trabajamos un punto de vista muy humano, destacamos la actuación, defendemos el arte del actor, es algo bastante singular y gusta.

-Pero dicen por ahí que la escena de su país es mucho más viva.

-Argentina es un gran teatro y sí, nuestra vida es muy teatral. Desde muy pequeños vamos al teatro, no se abandona ni en la adolescencia ni en la juventud ni en la tercera edad. Y la gente no solo quiere ir sino que le gusta hacer teatro, subirse al escenario, reflexionar sobre la vida.

-¿Eso no puede ocurrir en España?

-Que alguien termine de trabajar a las siete de la tarde y se apunte a una clase de teatro lo veo mucho más difícil. Eso es muy singular en Buenos Aires. Y todo se retroalimenta: como hay mucha gente que hace teatro, hay mucho espacio en los medios, en la universidad...

-¿Usted aquí se queda?

-Aquí me han tratado bien. Vine becado porque quería trabajar con Sanchis Sinisterra, luego se organizó la compañía, la vida te va dando amores o desamores, y ahora ya vuelvo una vez al año a Buenos Aires y a veces hago algún proyecto allí. He apostado por estar aquí.

-¿Cómo es la escena española para usted?

-Tiene ráfagas. Siento que hay algo muy institucionalizado, aburguesado, que es lo que domina, pero por otro lado tenemos muchos artistas, dramaturgos sobre todo, muy buenos, y los modelos de producción están cambiando. Esto hace que empiece a haber espacio para algo como lo que presentamos en Avilés, para artistas independientes, sin productoras fuertes detrás que puedan mantener y hacer circular los proyectos. Eso está pasando, aunque con mucha dificultad.

-¿Se experimenta menos de lo que se debería?

-Sí. Se hacen uno o dos proyectos pero luego las compañías no pueden continuar.

-¿No está todo inventado?

-Sí está todo inventado, pero cada artista puede combinar esas invenciones de manera singular.

-¿Cómo es el teatro que está por venir?

-Yo defiendo que el teatro debería seguir siendo lo que es: artesanal. Podemos jugar con la tecnología, pero lo que lo mantiene vivo es que tiene que haber una persona arriba del escenario hablándole a otra que está abajo en ese presente único. La tecnología nos va apartando de las relaciones humanas, del encuentro real y físico, y el teatro tendría que definir y defender ese lugar de encontrarnos, reunirnos, vernos y que entre actores y espectadores imaginemos juntos.

-Pero el teatro también se rinde a la tecnología.

-Sí, pero así como en un momento apareció la performance y fue deviniendo hacia lo plástico y otros términos estéticos, lo tecnológico también. Hay mucho espectáculo tecnológico, pero no sé si a eso llamarlo teatro.

-¿Cómo llegó a usted 'Peggy Pickit...'?

-Había leído muchas obras de Roland Schimmelpfennig porque teníamos relación personal y me iba mandando, y esta me pareció que era la medida justa de su estética para un primer proyecto. Mantiene una situación clara planteada, pero hay mucho quiebre de relato.

-La obra habla de la relación de Europa con el tercer mundo y enfrenta cuatro visiones. ¿Cuál es la suya?

-Está tan bien escrita que cuando parece que te estás adhiriendo a uno de los personajes, inmediatamente te das cuenta de que no.

-¿Alguna conclusión?

-La paradoja, la pregunta que flota, sobre cuál es la mejor manera de ayudar.

-Han hecho el montaje en Madrid y Barcelona.

-La compañía prácticamente se ha ido a Barcelona un mes a trabajar y en un momento han venido también a Madrid los actores. Como producción es un imposible, pero estamos contentos.

-¿Cuál es el plan tras Avilés?

-Haremos temporada en Barcelona en enero, estamos concretando funciones en otoño y la idea es que en 2020 tengamos una temporada en Madrid.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios