Borrar
José Luis Gil, en el papel de Cyrano. JOSÉ A. HOLGADO
«Me enamoré de Cyrano a los trece años y siempre me ha acompañado»

«Me enamoré de Cyrano a los trece años y siempre me ha acompañado»

«El encasillamiento no viene del público, sino de dentro de la profesión», lamenta el intérprete, que hoy y mañana actúa en el Teatro Filarmónica

pablo a. marín estrada

Viernes, 13 de septiembre 2019, 12:48

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

José Luis Gil encarna a Cyrano de Bergerac en la función dirigida por Alberto Castrillo-Ferrer que podrá verse esta tarde y mañana en el Teatro Filarmónica de Oviedo. El popular actor de series como 'Aquí no hay quien viva' o 'La que se avecina' encabeza un elenco con Ana Ruiz, Héctor González, Rocío Calvo, Carlos Heredia, Ricardo Joven y Nacho Rubio, en esta versión de la tragicomedia de Rostand.

-¿Cómo definiría este 'Cyrano' en el que usted ha estado desde el comienzo?

-Era un proyecto deseado y hemos querido volver a las raíces de Rostand, basándonos en la primera versión española, hecha un año después de su estreno en 1897. Carlota Pérez Reverte y Alberto Castrillo-Ferrer han hecho una versión maravillosa, en la que nos sentimos muy cómodos y en un verso bonito, entendible que pronto se olvida de que lo es para dejarse llevar por la historia.

-Dar vida a su protagonista ¿era parte del atractivo del proyecto?

-Es un personaje exigente para cualquier actor pero muy gratificante. Me he inspirado en mi propia vivencia. A los trece años me enamoré de Cyrano y me ha acompañado el resto de mi vida con todo lo que encierra: romanticismo, humor, ternura. A la hora de hacerlo he tirado de ahí y creo que hago un Cyrano con toda mi verdad, que es la mejor manera de vivirlo, sufrir y gozar con él, haciéndolo creíble para que el público disfrute.

-Es una obra en la que casi todo el peso de la acción recae en su papel.

-Hay siete actores sobre las tablas y la puesta en escena es exigente para todo el reparto. Cyrano es el personaje con más presencia, pero desde un principio entramos como una orquesta en la que la sinfonía avanza sin perder el 'tempo' ni una nota. La respuesta del público es emocionante cada día y eso nos hace pensar en la próxima función para estar al mismo nivel.

-Su personaje tiene mucho de antihéroe ¿por eso sigue atrayendo?

-Los clásicos lo son por algo, tratan temas que todo el mundo entiende. Cambiamos nuestra forma de vivir pero los sentimientos y los conflictos siguen siendo los mismos: el amor, el poder, la defensa del débil. En Cyrano tiene una especial vigencia un mundo donde parece que todo es imagen y ser feo un valor a la contra. Él asume cómo es y lo que no consiente es que se mofe de él alguien sin talento.

-¿Se sorprenderá el espectador que le conozca solo de su trabajo en series?

-Si alguien entra con prejuicio de ver a Juan Cuesta o a Enrique Pastor se encontrarán al actor que hay detrás de esos personajes. Cuando interpreto a Cyrano me concentro en él y esa es la mejor manera de convencer, no utilizar artimañas que puedan confundir al espectador pensando que estoy a caballo entre uno y otro para que se sienta como en casa. Se van a sentir así, pero viendo teatro en estado puro.

-¿Trabajando tanto tiempo en esas series ha sentido el riesgo del encasillamiento?

-El encasillamiento viene de dentro de la profesión, no son los espectadores los que escriben a una productora que tal actor tiene que hacer tal cosa. En España, por mucho que lleves en una serie no ganas tanto como para poder escoger solo lo que te apetece. Lo que sí te da es la oportunidad de que te surjan ofertas de teatro porque los productores piensen que comercialmente puedes tener tirón. Y es algo muy relativo, porque una cosa es disfrutar en el sofá de una serie y otra sacarte las entradas para ir al teatro.

-¿Alguna idea para que vayamos más?

-Recordar, sobre todo, a los gobiernos que el teatro no es ocio, algo prescindible, es cultura, por eso hay que cuidarlo mucho.

-¿Y al público?

-Que el teatro es algo único que se está haciendo para ti en ese momento, la madre del cordero de las series o las pelis que nos gustan. Una serie la puedes repetir, el teatro lo ves tres o cuatro veces y siempre descubres cosas nuevas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios