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Vista de los ‘Acantilados del Infierno’, en Ribadesella. Carmen Piñán
Excursión costera por Ribadesella

Excursión costera por Ribadesella

Cerca de los ‘Acantilados del Infierno’ se puede dar un paseo hasta Cuerres aprovechando el Descenso del Sella

bernardo canga / carmen piñán

Viernes, 4 de agosto 2017, 11:04

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En Ribadesella terminaban o se iniciaban, o simplemente se cruzaban, varias calzadas romanas o vías históricas, dado que era un lugar importante por su puerto y su fábrica de salazones, entre otras cuestiones. Las tierras riosellanas eran frecuentadas por viajeros, arrieros, comerciantes o soldados, que iban por la llamada Vía Marítima de Agripa (que unía la costa asturiana de Este a Oeste), o por las calzadas del Pontón (senda del Arcediano) o de Ponga (caminos de Ventaniella y Arcenorio), llamadas también ‘ruta de La Sal’ y Camín del Almagre (o ‘sendas de la Sal y del Vino’, pues se comercializaba con esos productos entre la costa asturiana y tierras castellanoleonesas) siguiendo el cauce del Sella (Vía Saliamica); o por la Calzada del Fito, con variantes por Collía, Colunga o Caravia y La Forquita o La Perediella y Sebreño.

La ruta costera, o Vía Marítima de Agripa, cruzaba asimismo el concejo de Llanes, siendo el límite de estos dos concejos, el llanisco y el riosellano, el río Guadamía, entre las actuales localidades de Llames de Pría y Cuerres. En esa zona abundan restos de la calzada (y de las calzadinas o ramales de la misma), de puentes de piedra de esa época, aunque modernizados en la Edad Media (tanto en Cuerres y Toriellu, como en Guadamía o Garaña), así como molinos.

Uno de los lugares, como ya informamos aquí hace un lustro, por donde se puede pasear es por el sendero de pequeño recorrido, PR-AS-264 (dedicado a su diseñador, el buen policía Samuel Cachero); a la vera del río Guadamía, con salida y llegada a la plaza de Llames de Pría, junto a su antiquísima capilla, pasando por el pueblo de Cuerres y la playa de Guadamía, donde desemboca el río del mismo nombre, al lado de los afamados bufones de Pría. Un bello paseo de una hora y media para recorrer sus 4 kilómetros… Pero un complemento a esta ruta es la de los ‘Acantilados del Infierno’ y ‘Palo Verde’, en el concejo riosellano. La misma se puede iniciar a poco más de un kilómetro del cementerio de Ribadesella, por la AS-263, en dirección Este. Hay una estrecha carretera que va, al Norte, hacia el área recreativa de ‘El Infierno’. Ese desvió de la carretera principal esta algo escondido, frente a la zona de Armazones y Collera (cerca del km. 1 de la citada AS-263). Junto a esa área recreativa y el caserio de ‘La Espina’ se puede dejar el vehículo y seguir en dirección norteña, por sendero, a la zona costera y contemplar sus acantilados, sobre las playas de Arra y Azcobín. Seguidamente, si no seguimos la ‘complicada’ senda costera, desandaremos el camino y, donde dejamos el coche, podemos tomar un ‘caleyón’ que sigue el Camino de Santiago (otrora Vía Marítima de Agripa) y caminar hacia el Este, como unos 3 km., entre bellos campos del Hondón (Jondón) y Toriellu (en las proximidades de Casa Tista), hasta llegar a Cuerres y pararnos para contemplar sus puentes romanos o medievales y sus molinos. El paseo puede durar algo más de una hora y otro tanto al regreso, con ligeras variantes en uno u otro sendero. Merece la pena acercarse a Garaña y a los bufones de Pría, así como a los citados puentes de piedra de Guadamía, alguno algo escondido por la vegetación y los problemas vecinales de servidumbre de paso. Este paseo puede ser un complemento al Descenso Internacional del Sella que se celebra este fin de semana.

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