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pablo a. marín estrada
Viernes, 24 de mayo 2019, 03:52
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El buen tiempo y el ambiente agradable con el que mayo comienza a despedirse para ir abriéndole camino a un verano cada vez más próximo, invitan este 'finde' a salir de casa para perderse o encontrarse por cualquier punto del mapa de la región. Las diversas jornadas gastronómicas que se celebran estos días por toda Asturias son el estímulo perfecto para emprender viaje y aprovecharlo para conocer mejor nuestro patrimonio cultural, aligerando de paso la digestión de la 'fartura'. Estas son algunas de las propuestas que no deberían perderse.
La cosecha de las variedades micológicas de primavera favorecen en estas fechas la programación de jornadas gastronómicas dedicadas a las setas silvestres. En la comarca del Nora, pueden disfrutar de los menús elaborados con estos productos por diversos restaurantes de Llanera, Siero y Noreña, y completar la jornada acercándose al vecino concejo de Las Regueras para contemplar los espectaculares meandros del río que da nombre a la comarca o adentrarse en el templo de San Pedro de Nora, una de las joyas del arte prerrománico.
Las setas son también protagonistas en las jornadas gastronómicas del Nalón que acogen establecimientos de Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana y Sobrescobio, y un buen pretexto para el turismo minero visitando el Ecomuseo de Samuño, las instalaciones del Pozu Sotón o el Museo de la Minería de El Entrego. En la otra cuenca, Mieres se suma a la cocina micológica con sus propias jornadas y brinda la ocasión de descubrir las huellas de su historia en lugares como el Poblado Minero de Bustiello, el antiguo Pozu Espinos o el Museo Etnográfico de Gallegos para terminar el día paseando por los barrios viejos de la villa y bebiendo unos culinos de sidra en la popular plaza de El Requexu.
En Avilés y comarca apuestan por la gastronomía marinera, promocionando en diversos establecimientos locales la calidad del pescado de su rula en tapas elaboradas con este producto. Es una excelente ocasión para disfrutar de la histórica villa del Adelantado, paseando por los jardines del Parque de Ferrera o por las calles soportaladas del casco antiguo, admirando sus iglesias románicas y su viejo sabor medieval. Un patrimonio monumental no menos interesante lo ofrece Siero, que este fin de semana celebra su primer concurso de pinchos y con él la oportunidad de visitar templos como los de San Esteban de los Caballeros, San Martín y Argüelles o palacios barrocos como los de Aramil, Villar, Meres o Valdesoto. Una ruta complementaria, la de la sidra, puede seguirse por la docena de lagares con los que cuenta el concejo.
La micrococina tiene su otra cita en el concurso de tostas de Laviana, una oportunidad para trasladarse a los escenarios reales de 'La aldea perdida' de Armando Palacio Valdés, partiendo de su casa natal en Entralgo. También para enfilar por la cuenca del Alto Nalón y sus paraísos naturales: la Ruta del Alba o el Parque de Redes. Y la macrococina asturiana, con su plato más contundente, el cachopo, se puede degustar en cualquier establecimiento de los que participan en el VII Campeonato Regional de esta especialidad, organizado por EL COMERCIO. Si les pilla en Oviedo o Gijón, es una ocasión sin excusa para aligerar calorías transitando por las salas de sus diversos museos, entrando en la Catedral o sumergiéndose en las formas artísticas de los siglos XX y XXI en Laboral Ciudad de la Cultura.
Grandas de Salime con sus jornadas del bacalao y la carne roja, convidan en el viaje a sorprenderse con la colegiata de San Salvador, los tesoros de la cultura popular en su Museo Gastronómico, el Castro de Chao San Martín o el arte de Vaquero Palacios y Vaquero Turcios en el Salto de Salime. Y si aún les queda hueco para un cachopín, en Llanera le consagran unas jornadas que pueden llevarles al Museo Circuito Fernando Alonso de Cayés para rematar su 'finde' gastroturístico admirando la colección particular del piloto o emulándole a bordo de un kart. Cualquiera de estas propuestas puede ser un buen plan.
Diversos establecimientos hosteleros del concejo ofrecen sus propuestas de minicocina a precio de 2,5 euros.
Una ruta señalizada parte de La Pola para recorrer los palacios de Valdesoto, Torre de Vigil, Aramil, iglesias románicas de San Esteban de los Caballeros y de San Martín, Casona de Argüelles y capilla de Santa Lucía, siguiendo por los palacios de Villar, Celles y Meres. Por el camino se encontrarán algunos de los 12 lagares del concejo. La mayor concentración, en la parroquia de Tiñana.
Una treintena de restaurantes de Siero, Llanera y Noreña participan con sus menús elaborados principalmente con setas silvestres.
La cuenca del Nora tiene en el concejo de Las Regueras dos joyas para conocer, y muy cerca una de otra: la natural la forman los imponentes meandros del río a su paso por San Pedro de Nora, y la artística, el templo prerrománico que lleva el nombre de esa parroquia, erigida en tiempos de Alfonso II el Casto.
Setenta y cuatro establecimientos elaboran sus propias recetas con ternera asturiana en un concurso que organiza ELCOMERCIO.
El gusto por la buena mesa es compatible con el interés por la cultura. Visitar la Catedral de Oviedo, el Museo de Bellas Artes o el Arqueológico es un buen plan de aperitivo en la ciudad del carbayón. En la de los playos, acercarse a Laboral Ciudad de la Cultura o a cualquiera de los museos de la ciudad es una buena manera de pasar la tarde.
Restaurantes de los concejos de Langreo, S.M. del Rey Aurelio, Laviana y Sobrescobio ofrecen menús con setas como ingrediente principal.
El valle del Nalón ofrece la posibilidad de recorrer la historia de la industria del carbón visitando el Museo de la Minería de El Entrego, las instalaciones del Pozu Sotón en Sotrondio, o el Ecomuseo de Samuño en el Valle de la Nueva, con la posibilidad de subirse a su tren hullero.
Diecinueve establecimientos promocionan la marca 'Pescado de la Rula de Avilés' elaborando tapas con productos con este origen.
Merece la pena perderse por el casco antiguo avilesino para transitar bajo los soportales de las calles Galiana o Rivero, admirar los templos medievales de San Nicolás de Bari, Sabugo y los Padres Franciscanos o el Palacio de Valdecarzana, el edificio civil más antiguo de Asturias. El Parque de Ferrera con sus amenos jardines puede ser un buen final para el paseo.
La propuesta enGrandas de Salime se basa en menús que estarán elaborados con bacalao y carne roja como ingredientes principales.
Hay cuatro lugares que no deberían dejar de visitar en Salime: el yacimiento del Chao San Martín, testimonio del periodo castreño; la colegiata románica de San Salvador, vinculada con el camino de Santiago; el Museo Etnográfico fundado por Pepe El Ferreiro, un verdadero templo de la cultura popular; y la Central Hidroeléctrica de Salime, con su singular colección de obras de los artistas Joaquín Vaquero Palacios y Joaquín Vaquero Turcios.
Dieciséis establecimientos de las localidades de Mieres, Cenera, Ujo y Turón elaboran menús con las setas como principal ingrediente.
En una sola jornada se puede emprender un viaje por la historia mierense desde finales del XIX a nuestros días visitando el Poblado Minero de Bustiello en Santa Cruz, el rehabilitado Pozu Espinos o el curioso cementerio protestante de la familia Guilhou de La Rebollá. El pasado campesino tiene su recuerdo en el Museo Etnográfico de Gallegos y el presente se disfruta con sidra en la popular Plaza del Requexu.
Diversos restaurantes del concejo ofrecen sus recetas de cachopos en versión reducida. Diferentes variedades para disfrutar al máximo de este plato.
Los fieles del piloto asturiano Fernando Alonso tienen en Cayés su meca con el Circuito Museo dedicado al piloto asturiano, con más de 300 piezas de su colección particular, entre ellas su primer kart, sus monos, cascos y los últimos monoplazas que ha tripulado. Hay además uno de los mejores circuitos de Europa para la práctica e iniciación al karting.
Una veintena de establecimientos del concejo participan en el concurso con sus propuestas de tostas a un precio común de 2 euros la unidad.
La Casa Natal del escritor Armando Palacio Valdés en Entrialgo puede ser el punto de partida hacia alguno de los lugares en los que transcurre su novela más famosa: Canzana, Villoria o Llorío. Los amantes de la naturaleza tienen a tiro de piedra la Ruta del Alba en el vecino concejo de Sobrescobio y el Parque Natural de Redes, el tesoro mejor guardado del valle del Nalón.
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