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Alberto Jiménez, en el Teatro Palacio Valdés de Avilés. :: marieta
«El Godot del siglo XXI es el teléfono móvil»

«El Godot del siglo XXI es el teléfono móvil»

Alberto Jiménez | Actor ·

El actor de 'El Bola' vuelve hoy en Avilés a los escenarios con 'Esperando a Godot' tras sufrir un accidente de moto que le tuvo dos años fuera de juego

m. f. antuña

Viernes, 8 de noviembre 2019, 03:31

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Anda más nervioso de lo habitual Alberto Jiménez (55 años), actor curtido en cine ('El bola'), teatro y televisión ('Los hombres de Paco, 'La Reina del Sur'), que hace un par de años sufrió un grave accidente de moto que le ha tenido fuera de juego. Ahora vuelve a los escenarios y no niega que está como un niño con zapatos nuevos. 'Esperando a Godot' le espera hoy en el Palacio Valdés dirigido por Antonio Simón. Le acompañan en el elenco Pepe Viyuela, Juan Díaz, Fernando Albizu y Jesús Lavi.

–¿Cómo está?

–Muy bien, estupendo. Gracias a la sanidad pública de este país estoy aquí, así que la defenderé siempre a muerte.

–Dos años sin salir a escena. ¿Cómo se siente?

–Me siento frágil. Y está bien que sea así.

–¿Es volver a empezar?

–Sí, y más con una obra como esta, con Vladimir, uno de los personajes más importantes del teatro de todos los tiempos. Es un regalo magnífico y estoy muy agradecido. Hace dos años que no trabajo, en mi cuerpo han pasado cosas, y estar en un escenario supone una energía muy especial.

–¿No estará más nervioso que la primera vez?

–No, que la primera primera no, pero tengo un run run... Y eso es bueno, si estrenas y no tienes miedo estás muerto.

–¿Es de rituales?

–Yo durante muchos hacía una hora y pico de yoga ntes de la función, y ahora ya no puedo hacerlo, así que estoy a ver qué rituales me invento. Lo que haré será estar tranquilo, relajado, en mi camerino. Me gusta ir pronto al teatro, calentar, hacer ejercicios de voz.

–Esta profesión suya es de mucho esperar a que suene el teléfono.

–Sí. Es que realmente cuando oyes 'Esperando a Godot' piensa que es algo que le está pasando a unos señores que están esperando a no sé quién pero te das cuenta de que en realidad es que lo que le pasa ellos nos pasa a nosotros, que estamos siempre esperando a que venga alguien a que nos resuelva nuestras vidas, cuando lo que hay que hacer es tomar responsabilidades sobre nuestra propia existencia. Y sí, efectivamente, la vida del actor es mucho esperar. Pero está pasando que ante la falta de llamadas cada vez hay más proyectos personales y eso es lo bueno que tiene estar siempre a la espera.

–¿Qué sintió cuando sonó el teléfono esta vez?

–Este proyecto es antiguo, existía antes del accidente. Antonio Simón lleva muchos años intentando ponerlo en pie. Los primeros meses después del accidente uno de los objetivos que me animaban a seguir adelante en la rehabilitación era poder hacer 'Esperando a Godot'. Ha sido una zahanoria para ir tras de ella.

–¿Es el Godot que llega para usted?

–Sí. Esta obra reivindica la esperanza, que es importante en este momento, por motivos económicos, sociales y políticos. Hay que ser realistas y saber cuál es el mundo en que vivimos pero hay que tener esperanza y nosotros como artistas debemos transmitirla y contarle al público que es imprescindible para levantarte todas las mañanas y afrontar el día con energía.

–¿Usted qué esperanzas tiene?

–Seguir haciendo 'Esperando a Godot', tenemos funciones en Madrid y una gira larga. Una de las cosas que intento haber aprendido después del accidente es no ponerme muy nervioso si el teléfono no suena. También voy a hacer otro proyecto dentro del Festival de Otoño y luego en el Teatro de la Abadía con la bailarina Patricia Ruz que tiene que ver con el accidente, la vida y la muerte.

–Parece que le ha cambiado la vida.

–Eso me resulta pretencioso. Sigo cometiendo los mismos errores pero ahora los vivo de otra manera. Este espectáculo se titula 'Kapow', que es la onomatomeya del ruido que yo imaginé del coche chocando contra mi cuerpo, intentamos hablar sobre la vida y la muerte desde nuestra experiencia personal pero trascendiéndola.

–¿Espera volver a la tele?

–Tengo dos hijos y espero poder trabajar en el cine, la tele y el teatro para sacarles adelante.

–Parece un buen momento para el audiovisual.

–Estoy un poco desconectado, pero sí, es un momento de cambio. Los 'prime time' de las noches en las cadenas generalistas ya no apuestan por la ficción, pero sí hay plataformas que lo hacen, hay más oferta, pero es muy diferente a la que había. Antes si estabas dentro de una serie y funcionaba podías trabajar una temporada larga, ahora son proyectos más puntuales.

–Pero el mercado de los actores también se abre.

–Si hablas inglés, sí. Ahora si alguien me pregunta qué hay que hacer para ser actor, yo respondo: 'lo primero, aprender inglés'.

–¿Cómo ve el nivel de las series como espectador?

–El nivel de las series está subiendo, pero es que siempre ha sido bueno. El problema es que los capítulos duraban hora y media, dos horas, cuando en el resto del mundo son como mucho de 50 minutos. Y además no había presupuesto. Cuando hice 'La reina del sur' y grabamos en España los productores estaban fascinados con el nivel técnico.

–¿Para el cine hay esperanza?

–Yo creo que el cine seguirá existiendo, sobrevivirá como lo hará también la ópera. 'Apocalypse Now' hay que verla en pantalla grande.

–Pero los chicos ven películas en móvil.

–No tiene sentido. Pero es que estamos locos con el móvil. Es que el Godot del siglo XXI es el móvil, porque es como el gran dios, nos imaginamos a través de él y somos incapaces de vivir sin él.

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