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Juan Gómez, 'El Kanka'. E. C.
«Cada vez me interesan menos los juegos de palabras gratuitos»

«Cada vez me interesan menos los juegos de palabras gratuitos»

El cantautor malagueño llega a Gijón dentro de su gira 'El arte de saltar' para ofrecer un concierto en la sala Memphis con todo el papel vendido

JOSÉ L. GONZÁLEZ

Viernes, 31 de agosto 2018, 12:23

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Juan Gómez (Málaga, 1982), 'El Kanka' para el mundo, puede decir que empezó desde abajo, que es un «currante» de la música. Ahora llena salas allí a donde va (no hay entradas para su concierto de mañana en la sala Memphis, 21 horas) y disfruta de una profesión que le llegó de forma tardía.

-Estudió un año de Económicas. ¿Sirvió de algo?

-Siendo músico profesional, he tenido que echar muchas cuentas, hacer muchos malabares para llegar a fin de mes. Era muy mal estudiante de Económicas.

-Pero tiene sello propio.

-El mérito es de mi socia y mánager, María Pellicer, a quien se le ocurrió montarlo.

-Así que usted, libreta y guitarra para componer.

-Desde que descubrí la música, que fue con 18 años, me atrapó de una manera que lo demás se fue al carajo.

-¿Y qué decían en casa?

-Me han apoyado. Mi padre sí que me aconsejó que lo dejara como un 'hobby', pero me han apoyado. A ellos les gustaba la música y les molaba ver cómo iba haciendo cancioncillas.

-Luego llegó Filosofía. ¿Le sirvió un poquito más?

-Diría que sí, de entrada me interesaba mucho más. Te enseñan a cuestionar las cosas y eso te da una profundidad de pensamiento que, a la hora de escribir las letras puede ser bastante útil. Me ha moldeado el cerebro de tal forma que hasta se puede vislumbrar en algún tema.

-¿De ahí viene ese poso reflexivo de su último disco?

-Es un disco un poco más poético y creo que tiene más contenido. Mirando los cuatro discos, cada vez me interesan menos los juegos de palabras gratuitos y me interesa más decir alguna cosa, que haya verdad detrás de la poesía.

-Dice en una canción 'Dinero ya no te rezo'. ¿Sigue con la idea?

-Al final de un concierto un tío súper emocionado me regaló una sudadera de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) y me contó que habían evitado un desahucio y que de fondo sonaba una canción mía. Me emocionó, porque a veces parece que el arte no sirve para nada. Con eso en la cabeza me puse a escribir sobre el dinero, que parece el nuevo dios que nos gobierna, aunque entiendo cómo funciona el mercado, estudié Económicas (risas). No creo que haya que desdeñar el dinero porque sí, pero sí que no debemos encumbrarlo de esa manera y que por culpa del poderoso caballero se quede gente en la puta calle.

-Hasta hace poco la palabra cantautor era sinónimo de aburrimiento. ¿Cómo lo llevó en sus inicios?

-Siempre me han gustado

los cantautores, nunca he tenido ese concepto que se tiene en España. Siempre decía que era 'cantautor, pero', tenía que explicarme. Alguna vez, al principio, he tenido que pedir que no pusieran que soy cantautor en el cartel de los conciertos porque espantaba a la gente, auqune siempre he intentado llevarlo por bandera porque consideraba injusto que tuviéramos ese estigma.

-Usted es de Málaga. ¿De dónde le viene la influencia de la música latinoamericana?

-En mi casa se escuchaba mucho de pequeñito, mi padre era un enamorado de ese tipo de sonidos, casi más que el flamenco. Cuando escucho ese tipo de música a mí me suena a mi música de raíz, me sale natural.

-¿Es Latinoamérica su segunda casa?

-Profesionalmente, sí, aunque solo vamos a trajar, turismo hacemos poco. Me tratan muy bien. Tuvimos la oportunidad de ir a Colombia hace varios años y a partir de ahí hemos ido plantando la semillita y haciendo nuestr. público. A día de hoy, nos va de puta madre.

-Dice que ha tenido que «picar mucha piedra» en su carrera. Ahora llena donde va. ¿Cómo hace para no volverse un divo?

-(Risas). Hay gente que es idiota desde que vende 50 entradas. Me ha ayudado el hecho de que haya sido desde tan abajo. Mi caso ha sido tan lento que casi me he currado a cada persona que venía a los bolos, metiendo 20 personas, tirando de los colegas, durmiendo en sofás cuando viajaba... Y eso te da un contacto con la realidad fuerte y te da tiempo a ir gestionándolo. Espero que todo eso me ayude a no volverme un idiota.

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