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De Lorenzo pasa junto a la mesa de Mercedes Fernández, ayer, en la entrega del Premio Ovetense del Año.
Guerra entre Mercedes Fernández y De Lorenzo

Guerra entre Mercedes Fernández y De Lorenzo

El exalcalde replica a la presidenta del partido que no puede darle lecciones alguien que «no ganó las elecciones ni para la comunidad de vecinos»

ANA MORIYÓN / MARTA IZQUIERDO

Viernes, 11 de marzo 2016, 04:00

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Las declaraciones de Gabino de Lorenzo del pasado miércoles abriendo el debate sobre la necesidad de llevar a cabo una «renovación generacional» en el seno del PP asturiano y señalando a Agustín Iglesias Caunedo, imputado en el 'caso Pokemon', como posible sustituto de Mercedes Fernández, abrieron la caja de los truenos en el partido. Hasta el punto de que el delegado del Gobierno y la presidenta del PP protagonizaron ayer una guerra dialéctica que se prolongó durante toda la jornada.

La líder del PP calificó las manifestaciones del exalcalde de Oviedo en apoyo al concejal de «burbujeantes» y 'tiró' de ironía para hablar de los congresos organizados por el propio De Lorenzo. Pero éste, que ya por la mañana había utilizado su peculiar humor para referirse a la edad de la también diputada, acabó el día cargando sin piedad sobre su compañera de partido. Amoral, mala compañera y sin capacidad para dar lecciones, por «no haber ganado ni las elecciones para la comunidad de vecinos», fueron alguna de sus perlas.

La tirantez entre ambos que se percibió por la mañana se convirtió en toda una contienda según avanzaban las horas. Todo, después de que De Lorenzo comentase el miércoles públicamente, a modo de recado a la parlamentaria regional, las virtudes de su heredero político para coger las riendas del PP asturiano. Sólo citó dos -su «edad ideal» y su «gran experiencia política»- pero fueron suficientes para provocar toda una sacudida en el seno del partido y, quizás porque ese era el verdadero objetivo, abrir el debate de la renovación. El hecho, además, de que hubiera señalado como posible presidente precisamente a Caunedo, a quien la dirección del PP pidió sin éxito que dimitiera por su vinculación con el 'caso Pokemon', no hizo más que caldear el ambiente.

De Lorenzo insistió ayer en la idea de la renovación generacional del partido, conocedor del cisma creado en las filas populares, cuando, preguntado si creía que Mercedes Fernández no tenía la edad idónea para continuar en el cargo, respondió en tono irónico que él era «un caballero» y, como tal, «admiro mucho a las damas como para pedirles el carné de identidad. Es una grosería que no se puede hacer».

La presidenta del PP no perdió la oportunidad de contestar al exalcalde ovetense. Lo hizo midiendo las palabras y sin perder la sonrisa, pero de forma contundente. Tildó las declaraciones de De Lorenzo en apoyo a Caunedo de «burbujeantes» y, aunque dijo agradecer los consejos del exdirigente popular, enmarcó su discurso en una reflexión realizada a modo de «despedida política». No quiso Fernández, sin embargo, entrar en el debate sobre la renovación del partido puesto que, explicó en una breve intervención en los pasillos de la Junta, no es el mejor momento para abrir semejante melón, dada la coyuntura política actual, sin gobierno ni presidente, y antes incluso de que el partido haya fijado ningún tipo de marco temporal para la celebración del congreso nacional.

Congresos abiertos

Opina, pues, que el debate abierto por el histórico dirigente popular es «superficial, poco serio y poco riguroso», por lo que manifestó, antes de dar por concluida de forma precipitada su declaración ante los medios, no está dispuesta a alimentarlo. Eso sí, cuestionada por la propuesta de De Lorenzo de abrir los congresos a la militancia y facilitar la presentación de candidaturas por parte de cualquier afiliado, tiró de sorna. «¿Congresos abiertos? ¿Cómo los de Gabino de Lorenzo de siempre? Me parece un buen modelo, un congreso abierto como los de él», concluyó, dando voz a los diputados que el pasado miércoles, en corrillos, ya reconocieron su malestar por las declaraciones del exregidor de la capital asturiana en relación a la apertura de los congresos, cuando mientras él fue uno de los máximos responsables del partido y hasta la fecha, la elección de candidatos está limitada a los compromisarios.

El delegado del Gobierno achacó el cambio de criterio a la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos. «Creo que los tiempos han cambiado y que cada día la sociedad se abre más y quiere más libertad», manifestó durante una visita a la Comisaría de la Policía Nacional de Avilés, donde incidió en la idea de que los congresos deben ser «más participativos y libres, de modo que cualquier afiliado que pretenda dirigir o trabajar para el partido pueda tener esa oportunidad» sin que nadie le ponga trabas. Y advirtió de que, de lo contrario, podría repetirse lo ocurrido en Gijón.

Fue durante la tarde, en la entrega del Premio Ovetense del Año, donde coincidieron Gabino de Lorenzo, Mercedes Fernández y el propio Agustín Iglesias Caunedo, cuando el delegado del Gobierno echó el resto. Empezó ridiculizando a la líder popular por su escasa capacidad para hablar con ironía, en relación a las palabras de Mercedes Fernández sobre los congresos «abiertos» de De Lorenzo. «Que no utilice ironía porque no nació con sentido del humor, no le va», le aconsejó.

El que no parece que tiene intención de recibir consejos es él, al menos por parte de la presidenta popular. «Para darme lecciones de política hay que pasar el listón que tengo yo, a mucho orgullo, ganando seis elecciones consecutivas». Y esas, apostilló, «sí que son abiertas». Por eso, continuó en su retahíla de agravios, aconsejó a quien «no ganó las elecciones ni para la comunidad de vecinos, que no haga uso de la palabra». Le recriminó, igualmente, sus «devaneos con otros partidos» y, preguntado si se refería a Foro, contestó que con sus palabras se remontaba a la época de la Reconquista. «Desde Don Pelayo hasta nuestros tiempos», declaró.

De Lorenzo afeó a la máxima responsable del PP asturiano que, durante su declaración como testigo en el 'caso Pokemon', asegurase ante la jueza que la situación económica del partido cuando ella accedió al cargo era caótica. Primero, argumentó, «porque es falso» pero, incluso siendo cierto, dejó caer, «eso no se puede decir». «Eso no es de compañeros, no me parece moral», reprochó.

Pero hay más: De Lorenzo desacreditó a Mercedes Fernández por no haber tomado cartas en el asunto cuando un miembro de su junta directiva, en referencia al vicesecretario de Transparencia, José Ramón Fernández, planteó la necesidad de que Mariano Rajoy fuera sustituido en caso de nuevas elecciones. «Conmigo no pasaría, desde luego. Tenía que haber sido cesado fulminantemente. Si tiene en su junta directiva a alguien que dice por su cuenta eso, inmediatamente se le cesa. Eso es lo que hago yo», aseguró el exregidor, quien confesó que aquel episodio le molestó «profundamente».

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