Puigdemont, en Londres: «El proceso independentista es una revolución democrática imparable»

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha reclamado hoy en Londres una respuesta política de Europa a la cuestión catalana. Consciente de que Madrid no moverá ficha y que difícilmente permitirá la celebración de un referéndum, al menos a corto plazo, Puigdemont ha llamado a la intermediación europea para buscar una salida al pleito catalán. "En el caso de Escocia, la respuesta al conflicto político vino de Londres", ha apuntado en una conferencia pronunciada en la Chatham House de la capital británica, un prestigioso foro de debate'. "Me temo que en el caso catalán, esto no será así. La respuesta no vendrá de Madrid, sino que tendrá que venir de Europa, por la incomparecencia de España", ha afirmado. "La incapacidad de Madrid, ha añadido, para gestionar este conflicto político y su manera de actuar no hace más que incentivar y dar nuevos motivos para independizarnos", ha apuntado.

Puigdemont ha detallado las razones por las que ha aumentado tanto el secesionismo en Cataluña en los últimos años. Ha apuntado a la sentencia del Estatuto, la negativa de Rajoy a negociar un pacto fiscal, el rechazo a una consulta y las querellas del 9-N, que convierten a su juicio a España en un Estado que "tiene miedo a preguntar a su ciudadanía", un Estado donde en ocasiones no hay separación de poderes, en el que Cataluña está "indefensa jurídicamente" y un país que persigue a quien pone las urnas y "utiliza la Fiscalía y el aparato del Estado contra aquellos que han defendido que hay que dar la voz" a la gente. "¿Quién teme a la democracia?, ¿quién tiene miedo de que los ciudadanos se expresen y decidan?, ¿alguien que se opone a este ejercicio de radicalidad democrática es realmente un demócrata?", se ha preguntado, cargando contra el Gobierno central.

Puigdemont, en su segundo viaje fuera de España, tras el que hizo a Bélgica, ha presentado el proceso soberanista catalán como la "revolución democrática más potente que hay actualmente en Europa" y como un "movimiento imparable". A su entender hay dos maneras de llegar a la independencia: por la vía unilateral o por la vía pactada. "Nosotros hemos optado de entrada por el diálogo, la negociación y el acuerdo", ha asegurado. "Es la vía más beneficiosa para todos y, por el contrario, la unilateral contiene elementos negativos e inconvenientes para todas las partes", ha dicho. Por tanto, se ha mostrado dispuesto a ofrecer todo el "diálogo que sea necesario". Pero ha advertido que ello no implica que habrá "inacción esperando lo imposible". Así, a la espera de los frutos que ese diálogo pueda producir, el presidente catalán ha avisado al Gobierno central de que el camino hacia la secesión no se detiene. Aunque ha reconocido que el resultado del 27-S fue "ajustado" y que no permite culminar el proceso hacia la independencia. "Hará falta una mayoría que deberá ser más amplia. No daremos el paso definitivo sin una pantalla de validación democrática", se ha comprometido. Esas dos pantallas son: primero unas elecciones constituyentes para dentro de 14 meses y más tarde un referéndum sobre la Constitución.

El dirigente nacionalista, que ayer se reunió en Londres con el exprimer ministro escocés, Alex Salmon, quien le pidió paciencia, porque Escocia esperó seis décadas para poder celebrar un referéndum, ha instado -por segunda vez esta semana- al Gobierno central a que ponga una propuesta para negociar sobre la mesa. "Si el Estado quiere que Cataluña siga formando parte de España debería hacer una propuesta atractiva y sobre todo debería intentar seducirnos", ha rematado. Como en su reciente viaje a Bruselas, donde no pudo verse con ningún miembro de la Comisión, Puigdemont no ha sido recibido por ninguna autoridad del Ejecutivo de Londres.