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Adrián Barbón recrimina a Podemos su «no por el no» y hace ver un acercamiento a Foro

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Adrián Barbón se dirige a la tribuna de la Cámara en la segunda jornada del pleno de investidura para responder a los posicionamientos de los grupos de la oposición. Á. PIÑA

Adrián Barbón recrimina a Podemos su «no por el no» y hace ver un acercamiento a Foro

El líder socialista no logra la mayoría absoluta y su investidura queda aplazada al lunes

ANA MORIYÓN | PALOMA LAMADRID

OVIEDO.

Sábado, 13 de julio 2019, 02:07

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Adrián Barbón no consiguió ayer sumar el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara asturiana para ser investido presidente del Principado en primera votación y, según el guión previsto, deberá esperar al próximo lunes para ser proclamado nuevo jefe del Ejecutivo en la segunda vuelta, cuando solo se requiere mayoría simple. Ayer, el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA) solo logró el respaldo de los veinte diputados de su grupo parlamentario y los dos de IU, formación con la que había alcanzado un acuerdo previo esta misma semana, pero fue incapaz de sumar los cuatro votos de Podemos que le hubieran permitido ser elegido presidente por mayoría.

Los reproches por la negociación fallida y las críticas mutuas por la falta de rigor en las propuestas que se intercambiaron durante estos días centraron el debate entre el PSOE y Podemos. Si bien es cierto que Barbón comenzó su intervención tendiendo la mano por enésima vez a esta formación para alcanzar futuros acuerdos a lo largo de la legislatura, también lo es que les recriminó su falta de voluntad para el entendimiento y les retó a decantarse entre ser un partido «irrelevante» o dejar el «no por el no» y convertirse en «influente». Una tesitura a la que Lorena Gil, portavoz de Podemos, quiso darle la vuelta instando al futuro presidente a seguir pactando con la derecha (le acusó de llegar a acuerdos con el PP y Ciudadanos para subirse el sueldo y repartirse la Mesa de la Junta, y también deslizó la posibilidad de un acercamiento con Foro) o hablar de programa con su formación.

Barbón no ocultó su enfado con el partido de Daniel Ripa, pero tampoco disimuló su distanciamiento con Ciudadanos, con cuya portavoz, Laura Pérez Macho, protagonizó los momentos más tensos de un debate marcado, en cualquier caso, por la cordialidad y las buenas formas. De hecho, entre el líder socialista y la portavoz de IU, Ángela Vallina, solo hubo buenas palabras e, incluso, se visualizó un acercamiento entre PSOE y Foro -«con quien se llevan ahora peligrosamente bien», anotó Pérez Macho- que fue la comidilla en los pasillos de la Junta. Máxime, teniendo en cuenta que durante la pasada legislatura sus debates eran siempre broncos y su relación nula. Ahora sus dos escaños pueden ser decisivos y los interlocutores son otros.

El nuevo portavoz de Foro, Adrián Pumares, eximió a Barbón y los suyos de la «herencia de sus antecesores», pero le pidió que abandone «el mantra diabólico y falso» de que estamos en «la mejor Asturias» y le instó a hacer autocrítica. Y, con esta premisa, le ofreció su «leal colaboración» para la toma de decisiones que contribuyan a «enderezar el rumbo» de Asturias. Barbón no solo agradeció el «tono», sino que dijo «recoger el guante».

Menos sintonía evidenciaron PSOE y Podemos, pese a que la formación ganadora de las elecciones había señalado, y continúa haciéndolo, a la formación morada como socia preferente. Sin embargo, los rifirrafes entre el exalcalde de Laviana y la portavoz del grupo socialista, Dolores Carcedo, con Lorena Gil, fueron constantes. «¿Quieren saber lo que es ponerse en el lugar del ciudadano corriente? Pues no se suban el sueldo», comenzó atacando la portavoz de la formación morada, que les acusó de ser «tibios» en cuestiones como el peaje del Huerna, la transición ecológica y otros asuntos en los que se requiere, dijo, mayor liderazgo para influir en los centros de toma de decisiones. Podemos lamentó también que los socialistas hubieran dedicado poco tiempo y concreción a la hora de exponer sus propuestas durante la negociación de la investidura, mientras el candidato a la Presidencia le afeó que ellos pretendieran imponer el «gratis total» sin explicar cómo conseguir la financiación. «Solo les falta decir que el Gobierno debe jugar al sorteo del Niño», bromeó.

«Decepción»

Más tenso aún fue el debate entre el líder socialista y la portavoz de Ciudadanos, Laura Pérez Macho. La periodista reivindicó el centro político y fue especialmente dura con Adrián Barbón, de quien dijo estar «decepcionada» y criticó por haberse instalado en la «superioridad moral». Llegó a poner en duda que su relación directa con el Gobierno de Pedro Sánchez garantice que la agenda asturiana esté encima de la mesa del Consejo de Ministros. «Tenga cuidado que no esté debajo de otras agendas, como la de los nacionalistas», apostilló, para posteriormente reclamar al máximo dirigente socialista que abandone la «inercia», «identifique los fallos» históricos de su formación y renuncie al «sectarismo y al clientelismo» para gobernar para «todos». Un rapapolvo al que Barbón respondió con similar firmeza. Lo primero, le aconsejó que asumiera su posición «a la derecha» y «no trate de engañar con la centralidad» porque «cuando te pareces a un pato, nadas como un pato y graznas como un pato, entonces es que eres un pato».

Con quien Barbón no quiso perder mucho tiempo fue con Vox, a quien hasta ahora mantuvo al margen de cualquier negociación, una decisión que ayer justificó por no compartir algunas de las declaraciones homófobas y machistas realizadas por dirigentes de este partido. Un argumento que echó por tierra el propio Ignacio Blanco cuando, en su turno de réplica, contraatacó con citas igualmente reprochables realizadas por socialistas. «No todo vale. No son frases mías y no las comparto», se defendió Blanco, quien reprochó a Barbón que presuma de «demócrata» y luego se niegue a dialogar con una formación política que cuenta con dos diputados en la Cámara. «¿O es que las mujeres que votan a Vox son de segunda?», le inquirió.

En general, el candidato socialista pareció querer sacar el lado positivo de esta investidura fallida y se felicitó en varias ocasiones por haber arañado de todos los grupos una disposición al diálogo para avanzar en los grandes retos que debe afrontar Asturias, y citó concretamente el demográfico, la financiación autonómica, la apuesta por la industria, reclamando un arancel medioambiental y una transición ecológica justa, así como la defensa de la igualdad y la diversidad. También con el principal partido de la oposición, el PP, que como el reto de los grupos tendió la mano para hacer frente a estos y otros desafíos.

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