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Imagen de archivo del atentado de ETA en el Hipercor de Barcelona, el 19 de junio de 1987. EFE
ETA se olvida de un centenar de asesinatos

ETA se olvida de un centenar de asesinatos

La banda asumió en su último boletín oficial antes de su disolución 758 víctimas mortales y 2.606 atentados

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Martes, 6 de noviembre 2018, 11:18

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ETA echó el cierre definitivo el pasado 3 de mayo. Solo unos días antes, la banda terrorista hizo el macabro recuento de su sanguinaria trayectoria de más de medio siglo. Sus estadísticas las publicó en el último 'Zutabe' (boletín interno) de su historia, el pasado abril. Ni en ese documento para la historia los terroristas se atrevieron a asumir toda su responsabilidad. ETA se olvida de un centenar de sus víctimas mortales, de acuerdo a las cifras del Ministerio del Interior.

Según las cifras de ese 'Zutabe', hechas públicas este martes por el diario 'Gara', la banda terrorista admite haber asesinado a 758 personas («víctimas mortales» en su terminología) y haber perpetrado 2.606 «acciones» como denominaba la organización a sus atentados. Las cifras de la banda son sensiblemente menores de los registros oficiales. El Ministerio del Interior contabiliza 853 asesinatos, mientras que la Fundación de Víctimas del Terrorismo los cifra en 829.

Los terroristas intentan justificar las diferencias entre las estadísticas oficiales y las suyas por tres hechos. El primero es la imputación de «falsos atentados» como el «incendio» del Hotel Corona de Aragón en Zaragoza, que causó 83 muertos en 1979. Se trata de un suceso que el Ministerio del Interior contabiliza como acto terrorista, pero del que nunca responsabilizó a ETA, por lo que sus víctimas no figuran en las estadísticas de Interior como damnificados de ETA. Las víctimas del Corona de Aragón, por tanto, no explican el desfase.

El segundo hecho es que ETA alega que se le endosaron acciones cometidas a otras «organizaciones armadas» (como el asesinato de la niña Begoña Urroz en 1960, atribuida por las investigaciones a un ignoto Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación). El tercero es que, arguye la banda, hubo otras muertes de las que se culpó a ETA pero que en realidad fueron fruto de la «guerra sucia». Los terroristas, en cualquier caso, no facilitan estadísticas para poder comparar con precisión y poder rebatir o confirmar sus afirmaciones.

En el otro lado, la banda incluye en su 'Zutabe' dos atentados que nunca fueron reivindicados por la organización terrorista. El primero es de gran importancia histórica. Se trata de la bomba en la cafetería Rolando, de la calle Correo de Madrid en 1974. En aquel atentado fueron asesinadas trece personas y otras 70 perdieron la vida. Aunque la cafetería era frecuentada por policías debido a la cercanía de la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol, la inmensa mayoría de víctimas no tenían nada que ver con las fuerzas de seguridad. Aquella matanza indiscriminada supuso la división de la organización terrorista en ETA militar y ETA político-militar.

El segundo atentado mortal que reconoce la organización terrorista -negado de manera insistente en su momento por ETA que apuntó a que los autores fueron «mercenarios pagados»- fue el asesinato de tres jóvenes vizcaínos vendedores a domicilio de libros y cintas para aprender euskera a quienes confundieron con policías el 21 de junio de 1981 en un bar de Tolosa, en Guipúzcoa. Eran Iñaki Ibarrgutxi y los hermanos Pedro Conrado y Juan Manuel Martínez Castaños y fueron acribillados a balazos a la salida del bar Beti Jai en el que habían almorzado.

ETA, a modo de resumen operativo, asume que cometió 365 atentados contra la Guardia Civil en los que asesinó a 186 miembros de este cuerpo; 215 contra «cuerpos policiales españoles» en los que murieron 139 agentes; y 147 contra el Ejército, en los que perdieron la vida 101 militares, además de «11 funcionarios civiles de la Armada».

Error y desgracia

La banda terrorista en su balance final recuerda algunos de sus atentados, entre ellos su ataque más mortífero, el de Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987, en el que murieron 21 personas y 45 resultaron heridas. Reconoce que fue su «mayor error», pero no pide perdón y culpa a las fuerzas de seguridad. «Hipercor fue el mayor error y desgracia del accionar armado de ETA (...) Aunque como era habitual ETA informó de forma reiterada, los responsables policiales y gubernamentales tomaron la decisión de no desalojar el edificio. Esa acción dejó una alargada sombra, pues, además del irremediable daño humano y dolor causado, provocó dudas sobre las características de la lucha armada (...) Que ETA asumiera totalmente su responsabilidad y realizara autocrítica no minimizó del todo esas consecuencias negativas», apunta la banda hablando de sí misma en tercera persona.

ETA se vanagloria particularmente en la última comunicación oficial de su historia de haber intentado matar a Juan Carlos I en Mallorca en 1995 y de haber tratado de asesinar hasta en cuatro ocasiones a José María Aznar en 1996 y 2001.

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