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La infanta Pilar, acompañada del rey Juan Carlos y de su familia, en la plaza de toros de Aranjuez el año pasado. EFE

Adiós a la infanta más cercana

Muere a los 83 años doña Pilar de Borbón, hermana del Rey Juan Carlos. La duquesa se volcó en las tareas solidarias y de representación de la Corona

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Miércoles, 8 de enero 2020, 14:50

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Pilar de Borbón, infanta de España y hermana mayor del Rey Juan Carlos, murió este miércoles en la Clínica Ruber Internacional de Madrid a los 83 años de edad a causa de un cáncer de colon. A raíz de la enfermedad, la tía de Felipe VI tuvo que ser intervenida quirúrgicamente en febrero y someterse a un tratamiento a de quimioterapia. La duquesa de Badajoz estuvo acompañada en todo momento por sus cinco hijos. Antes de la defunción, doña Pilar había recibido la visita de los reyes don Juan Carlos y doña Sofía y de su hermana, la infanta Margarita.

Pilar de Borbón hablaba inglés, francés, portugués e italiano. Había estudiado Enfermería y era una apasionada de la música y la hípica. Mujer locuaz y cercana, la infanta representó a la monarquía en diversas ceremonias en el extranjero y dedicó gran parte de su tiempo al Rastrillo, el mercadillo solidario con el que se allegaban fondos para la ONG Nuevo Futuro, que ampara a niños sin hogar.

Los reyes Felipe y Letizia acudieron esta tarde a la capilla ardiente de la duquesa de Badajoz, instalada en su domicilio, situado en una urbanización de Puerta de Hierro, en Madrid.

De temperamento espontáneo, Pilar de Borbón nació en Cannes el 30 de julio de 1936 y se crió en el exilio de Estoril (Portugal), donde se afincó su padre, don Juan de Borbón.

Los reyes de España Felipe y Letizia, a su llegada a la capilla ardiente de la infanta Pilar de Borbón
Los reyes de España Felipe y Letizia, a su llegada a la capilla ardiente de la infanta Pilar de Borbón Efe

Conocimiento de España

Pudo conocer España a los 21 años, cuando hizo un breve viaje a Sevilla para asistir al entierro de su abuela materna, Doña Luisa de Orleans. Portugal era su segunda patria. Allí tuvo que desplegar sus destrezas de enfermera de manera improvisada cuando se desplomó una marquesina en la estación de Cais do Sodré (Lisboa), un accidente que causó 50 muertos y numerosos heridos.

De no haber existido la preferencia del varón sobre la mujer en el acceso a la Corona, la infanta Pilar habría heredado el trono. Sostener el cetro no encajaba sin embargo en sus aspiraciones. «Pobre España, ¡de buena se ha «librado»!», decía con ironía. Orgullosa del mandato de su hermano y de su sobrino, no se mordía la lengua. Fue una de las pocas personas del entorno de la monarquía que se pronunció sobre los avatares de Iñaki Urdangararin, condenado por el 'caso Nóos'. Antes de que se conociera la sentencia, abogó por la presunción de inocencia de su sobrino político. «Nadie es culpable hasta que lo digan los jueces, con lo cual... ¡a callar!».

Su padre intentó que surgiera el amor entre doña Pilar y el rey Balduino de Bélgica. No en balde, se trasladó al país junto a Fabiola de Mora y Aragón como acompañante, quien al final contrajo matrimonio con Balduino.

Estuvo casada con Luis Gómez-Acebo, quien falleció en 1991 a causa de una leucemia. Al contraer nupcias con Gómez-Acebo tuvo que renunciar a sus derechos sucesorios por tratarse de un matrimonio morganático, dado que el novio no pertenecía a una familia real. Su enlace, celebrado en el Monasterio de los Jerónimos de Belem, acabó convirtiéndose en una fiesta monárquica a la que acudieron unos cuatro mil españoles. Con motivo de la boda, Don Juan le otorgó el título de Duquesa de Badajoz. La pareja tuvo cinco hijos: Simoneta (1968), Juan, (1969), Bruno (1971), Beltrán (1973) y Fernando (1974).

 Tras el viaje de novios, la pareja fijó su residencia en Madrid. Fue a partir de entonces cuando se dedicó a tiempo completo a participar en actividades solidarias: presidía mesas petitorias de Cruz Roja o de la Lucha Contra el Cáncer, organizaba galas benéficas para las víctimas de catástrofes y patrocinaba bazares a beneficio de la tercera edad.

Doña Pi, como la llamaban su allegados, confirmó el compromiso de Felipe de Borbón con Letizia Ortiz

«Me pregunten lo que me pregunten, contesto lo que me da la gana. Ahora, con 83 años, no me corto un pelo», aseguraba la duquesa de Badajoz. Prueba de ello es que cuando se estrenó la serie de televisión que recreaba la vida de don Felipe y doña Letizia en 2010, no ocultó su disgusto. A su entender los personajes se parecían a los entonces príncipes «como un huevo a una castaña».

Procuraba no leer los cotilleos que la prensa del corazón publicaba sobre los Borbones. En un ejercicio de franqueza, aseguró que las revistas del papel couché se dedicaban más a propalar «chorradas» que a informar. Por añadidura, conocer las comidillas sobre su familia le parecía algo «pornográfico», dado que se «desnuda a la gente en público hablando de cosas que no conoce nadie».

Amante de los caballos, fue presidenta de la Federación Ecuestre Internacional entre 1994 y 2005. Doña Pi, como la llamaban su allegados, confirmó el compromiso de Felipe de Borbón con Letizia Ortiz. Y es que pese a sus recelos hacia la prensa, estaba acostumbrada a lidiar con ella. Antes de que los comunicados oficiales de La Zarzuela llegaran a las redacciones, ella ya había esclarecido el asunto de que se tratase a los periodistas.

Problemas de cadera

La duquesa de Badajoz, que compartía con su hermano Juan Carlos su campechanía y una cadera maltrecha, sufrió su particular 'annus horribilis' en 2016, cuando se publicó que mantuvo una sociedad opaca en el paraíso fiscal de Panamá durante 40 años.

Tanto su casa de Madrid como la de Mallorca fueron puntos de encuentro donde se reunía toda la familia. Nunca faltaba a la comida de Navidad en el Palacio de la Zarzuela con los otros Borbones, después de asistir a misa.

Desde que murió en el año 2000 su madre, María de las Mercedes, doña Pilar se convirtió en el alma y puntal afectivo de la familia. Nunca se sabrá lo que verdaderamente pensaba, ya que declinó todas las ofertas que le hicieron para publicar sus memorias.

El recién elegido presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, transmitió su pesar al Rey Felipe VI. «Mi pésame, y el de todo el Gobierno, al rey Felipe VI, a su padre don Juan Carlos y a toda la Familia Real por el fallecimiento de la Infanta Doña Pilar de Borbón. Lamentamos su pérdida», dijo el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en un mensaje en Twitter. También el líder del PP, Pablo Casado, expresó sus condolencias a la Casa Real en nombre del Partido Popular. «Una gran Infanta española que ha dedicado su vida a proyectos sociales. Descanse en paz», dijo Casado en las redes sociales.

De su lado, la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, señaló: «Envío mi más sentido pésame al Jefe del Estado y al conjunto de la Familia Real por la pérdida de la Infanta Pilar de Borbón. Descanse en paz».

Incineración en la intimidad y funeral en El Escorial

La infanta doña Pilar será incinerada en la más estricta intimidad, según reveló ayer a la revista 'Vanity fair' Mayte Spínola, una de sus amigas más íntimas. La urna con las cenizas (algo excepcional en la historia de la monarquía española reciente) será depositada en el panteón que los Gómez-Acebo tienen en el cementerio de San Isidro. La infanta descansará al lado de su marido, Luis Gómez-Acebo, duque de Badajoz, fallecido en 1991 a los 56 años tras sufrir un cáncer linfático. El funeral público, aún sin fecha concreta, se celebrará en los próximos días en el monasterio de El Escorial.

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