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De izquierda a derecha, Óscar Pérez, Adrián Barbón, Patxi López y Simón Guardado, en el acto que los socialistas de Valdés organizaron ayer en Querúas. DAVID S. FUENTE
El Gobierno lanza el diálogo presupuestario y Barbón se muestra abierto a allanar un pacto

El Gobierno lanza el diálogo presupuestario y Barbón se muestra abierto a allanar un pacto

La negociación arranca esta semana y la FSA pide a Podemos que huya del «tacticismo» | El partido morado dulcifica su discurso beligerante del debate, ve «condiciones» para un acuerdo y reclama un giro social al PSOE

ANDRÉS SUÁREZ

QUERÚAS (VALDÉS).

Jueves, 1 de enero 1970

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El cruce de reproches entre PSOE, Podemos e IU que marcó el debate sobre el estado de la región deja paso a la hora de la verdad de la negociación presupuestaria de 2019. El Gobierno de Javier Fernández quiere comenzar las primeras conversaciones con los grupos en la semana que ahora comienza, en un clima difícil si se toma como referencia lo vivido entre el martes y el viernes en la Junta General pero con una serie de variables, apuntan fuentes de las distintas partes en liza, que podrían propiciar una distensión. La primera y más relevante, el pacto que a escala nacional han alcanzado los equipos de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que podría servir de guía para el diálogo en el Principado. De momento, el partido morado dulcificó ayer su mensaje y constató la existencia de «condiciones» para un consenso, mientras que el secretario general de la Federación Socialista Asturiana, Adrián Barbón, se mostró dispuesto a implicarse al máximo si eso facilita el entendimiento.

El debate sobre el estado de la región reiteró algo que resulta obvio para cualquier observador de la política asturiana: que entre el PSOE y el Gobierno por un lado y Podemos por otro hay una distancia sideral. Y probablemente no tanto en lo político, porque ambas fuerzas se enmarcan en la izquierda y se autodefinen como progresistas, como en lo personal. Entre ambas formaciones se ha levantado un muro de desconfianza que, lejos de diluirse, se ha reforzado a medida que ha ido avanzando la legislatura, de manera que los socialistas sospechan de la nula voluntad de acuerdo de los dirigentes del partido morado y de su único interés de buscar su desgaste, mientras que estos últimos piensan que el PSOE es renuente a todo tipo de cambio y solo busca confundirles y engañarles. Este clima explica que los acuerdos entre unos y otros hayan sido imposibles en estos años.

Con todo, y pese a que en un año preelectoral la lógica apunta a que los pactos son si cabe más complicados, la coyuntura política aporta algunos factores proclives a un deshielo que, en el escenario más favorable, permitiese sacar adelante los presupuestos de 2019. Que Unidos Podemos, la alianza nacional de Podemos e IU, y el PSOE hayan sido capaces de pactar las cuentas estatales del próximo año, mientras en Asturias son incapaces de dejar de tirarse los trastos a la cabeza, resultaría poco comprensible. «¿Por qué lo que vale en Madrid no vale aquí?», se preguntó ayer Barbón en el transcurso de un acto político en Valdés.

La cuestión ahora es conocer qué va a pesar más en la balanza: si los desencuentros y las tiranteces de estos años o la voluntad de cerrar la legislatura con un mínimo grado de consenso. Influirá, desde luego, la cuestión programática, la posibilidad de llegar a un punto intermedio en asuntos espinosos como la gestión de las escuelas de 0 a 3 años y su gratuidad. Y también el componente preelectoral, el impacto que para las expectativas de unos y otros pueda tener la existencia o no de un acuerdo presupuestario y la forma en que la sociedad interprete un eventual fracaso.

El Ejecutivo quiere arrancar el diálogo con los grupos esta semana y ayer Barbón, que admitió una cierta «decepción» por el desarrollo del debate sobre el estado de la región, emplazó a Podemos a abandonar las posturas «tacticistas» que a su juicio evidenció en el pleno y a embarcarse en un diálogo «sincero» con el PSOE. Pidió «no alimentar el fuego con gasolina» y apeló a sus dirigentes a huir de la política del «pim, pam, pum» y evitar «líneas moradas» que torpedeen la negociación.

Los socialistas, dijo Barbón, van a poner toda la carne en el asador. El papel que juegue el secretario general en este proceso, en un contexto en el que todo el mundo conoce el recelo con que Podemos mira al presidente del Principado, Javier Fernández, podría llegar a ser determinante. Preguntado ayer a ese respecto, el dirigente socialista se mostró dispuesto a implicarse «lo que sea necesario» para propiciar un consenso, dejando claro que todo se hará en el marco de una estrategia consensuada entre partido y Gobierno.

Entre tanto, Podemos optó ayer por dulcificar de forma evidente el discurso que había mantenido en el debate parlamentario, con durísimos ataques tanto a Fernández como al portavoz de IU, Gaspar Llamazares, y trasladó el mensaje de que «si hay voluntad política, cualquier obstáculo puede superarse». En un acto en Pravia, el portavoz, Enrique López, tomó como referencia el pacto en Madrid y señaló que en Asturias «los números dan y estamos en condiciones» de aprobar un presupuesto «ventajoso» para la comunidad.

Significativo es que López orillase ayer las exigencias relativas a la gratuidad del 0 a 3 y fijase sus prioridades en otros capítulos que, al menos a priori, pueden resultar más accesibles para el Gobierno. Aludió en concreto a las dificultades que atraviesan los pensionistas asturianos y pidió más recursos para el ERA, la vivienda social o la dependencia y ayudas al transporte.

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