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Los dos agentes gijoneses heridos, a su llegada a la estación de Gijón, tras haber dejado a su compañero en Oviedo. CITOULA
Los guardias asturianos heridos dicen que «volvemos con pena, hay que ir de nuevo a Cataluña»

Los guardias asturianos heridos dicen que «volvemos con pena, hay que ir de nuevo a Cataluña»

Los tres agentes sufrieron lesiones en las manos cuando «tratábamos de retirar una de las urnas en Montroig» el domingo

CAROLINA GARCÍA / OLAYA SUÁREZ / CRISTINA TUERO

GIJÓN.

Miércoles, 4 de octubre 2017, 02:44

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Tres agentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón que se encontraban prestando servicio en Cataluña llegaron anoche a Gijón en tren, tras resultar heridos el domingo mientras trataban de controlar el referéndum ilegal. Los tres efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (USECIC) resultaron con fracturas en las manos y recibieron la baja médica, por lo que volvieron ayer a Gijón para continuar con surecuperación.

Cerca de la medianoche se bajaban del Alvia y sus primeras palabras ante el grupo de compañeros, familiares y amigos que les esperaban fueron para decir que ya quieren volver y unirse a los compañeros que dejaron en Cataluña. Restaban minutos antes de las once de la noche cuando la estación de Renfe de Gijón, un grupo de agentes esperaba ansioso a los heridos. Apenas pusieron un pie en la vía cuando el teniente coronel de la Comandancia de Gijón, Francisco Javier Puerta, se fundió con ellos en un fuerte abrazo. Un tercer agente se había quedado ya en Oviedo, donde le esperaba su familia. «Volvemos con pena. Lo que queremos es recuperarnos pronto e ir de nuevo a Cataluña». Salieron desde Gijón el pasado 22 de septiembre. Entonces no sabían la situación que iban a encontrar: «Ha sido una situación extraña y difícil».

Su base de operaciones estaba en un barco. Desde allí, y durante una semana, hasta la cita del 1-O, se desplazaban a diferentes zonas de Cataluña. El domingo, el día del desafío independentista, su misión estaba en Montroig, en Tarragona. Formaban parte del dispositivo especial organizado por el Ministerio de Interior para evitar que los ciudadanos accediesen a los colegios a votar. «Entrar en el colegio ya fue muy complicado. Tuvimos que derribar vallas. Y una vez dentro, cuando estábamos retirando las urnas, una masa de gente se nos echó encima», recordaban ayer aún emocionados por la despedida que recibieron de sus compañeros por la mañana en Cataluña y el cálido recibimiento, ya de noche, en Gijón.

Tras el ataque y pese a las lesiones que sufrían en ningún momento pensaron en abandonar el operativo y desplazarse a un centro hospitalario. Prestaron servicio hasta el final. «Al acabar nuestra misión fuimos al médico. Allí les diagnosticaron que sufrían roturas en varias falanges y en el brazo. Recibieron la baja y la orden de volver a casa. «No queríamos marcharnos. No queríamos dejar allí a nuestros compañeros. Los que se han quedado son los que tienen todo el mérito, no nosotros», reconocen. Estos días acudirán al traumatólogo para realizar ya en Gijón el seguimiento de sus lesiones. «En cuanto podamos volver, lo haremos. Sin lugar a dudas». Desde Gijón, envían un mensaje de ánimo a todos los compañeros que están viviendo estos días situaciones «muy difíciles». Tienen a los suyos muy presentes. No solo están los 30 agentes de su unidad en Gijón, sino también un amplio operativo de la Benemérita y la Policía Nacional. Desde que llegaron, ya percataron un clima de tensión muy elevado. «Depende mucho de donde estés desplazado. Hay zonas muy tranquilas y otras donde la población que apoyaba a las fuerzas de seguridad es muy escasa».

Posibles delitos de odio

El fiscal especial para delitos de odio y discriminación de Barcelona ha abierto diligencias para averiguar si los Ayuntamientos de Calella y Pineda de Mar amenazaron a los responsables de los hoteles donde se alojan agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil para expulsarlos. El fiscal considera que los hechos podrían ser constitutivos de los delitos de amenazas, coacciones y delitos cometidos con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales. Como primera instrucción, el fiscal ha ordenado a la Unidad Adscrita del Cuerpo Nacional de Policía que practique todas las diligencias que permitan «la comprobación de los hechos y su esclarecimiento».

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