La industria asturiana espera captar cien millones en ayudas por el coste indirecto del CO2

Asturias tiene corazón industrial. Lo nota su PIB, en el que el peso de este sector supera el 20% -el objetivo que se ha fijado la UE- y lo nota también su factura eléctrica, muy abultada para el millón de habitantes con el que cuenta la región. Porque en el Principado, el consumo de energía lo disparan las grandes empresas, que son responsables de casi el 70% del total, y a las que afecta de lleno el mercado de comercio de emisiones, tanto de forma directa, por la contaminación que emiten, como indirecta, la que es responsabilidad de sus proveedores, pero por la que también terminan pagando en las tarifas de productos y servicios. Por ello, para la gran industria asturiana resulta una buena noticia el acuerdo al que llegaron Foro y PP para la aprobación de los presupuestos generales de 2018, un documento que incluye convocar y ejecutar este mismo ejercicio ayudas por importe de 150 millones de euros para compensar los sobrecostes del precio de la electricidad debidos a los derechos de emisión de gases de efecto invernadero que tienen que satisfacer las empresas generadoras y que acaban trasladando a sus clientes, en este caso la industria. De la cifra total, las grandes compañías asentadas en la región aspiran a conseguir dos tercios, o lo que es lo mismo, alrededor de cien millones.

Con cuatro centrales térmicas en el territorio -Aboño y Soto de Ribera (EdP), Lada (Iberdrola) y Soto de la Barca (Gas Natural Fenosa)- y grandes factorías altamente consumidoras de electricidad, como las de ArcelorMittal, Alcoa o Asturiana de Zinc, la nueva oferta de ayudas es positiva, aunque ya existía una línea destinada a este fin. La primera semana de abril, la secretaria general de Industria y Pequeña y Mediana Empresa, Begoña Cristeto, anunció un paquete de ayudas por importe de 78 millones de euros para paliar los costes indirectos del C02. Fue en una reunión de trabajo del grupo del acero, en el que participó el director general de Industria y Telecomunicaciones del Principado, Manuel Monterrey, la patronal siderúrgica Unesid y los sindicatos. Con el acuerdo entre Foro y PP se duplica esta partida.

Para la gran industria asturiana la factura eléctrica es uno de los grandes problemas a los que tiene que hacer frente y que le resta competitividad en relación a sus rivales de otros países europeos, que cuentan con tarifas menores. De hecho, su gran demanda desde hace años es disponer de un precio competitivo, estable y predecible, sobre todo, ante la incertidumbre que genera la subasta de interrumpibilidad, por la que se paga a la industria por desconectarse de la red si es necesario, y que le permite compensar su factura eléctrica, pero del que se desconoce su futuro, más allá de que el Gobierno está diseñando un mecanismo que la sustituya.