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ATLAS ESPAÑA
Jueves, 12 de abril 2018, 15:35
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Al lugar en el que, presuntamente, se produjo el crimen los agentes vuelven armados con pico y maza. Y vuelve Rosa Peral. Casi parece una sombra vestida de negro y con la cabeza cubierta con una capucha. Su teléfono móvil ha llevado a los Mossos hasta la planta baja de su vivienda en Vilanova i la Geltrú. Unas fotografías demuestran que hubo cambios en la habitación donde se habría asesinado a Pedro Rodríguez. Se cambió el color de las paredes y desapareció un sofá. Hoy tratan de averiguar si tras la pintura hay sangre. El rastro que habría quedado tras intentar despedazar a la víctima. Un vecino recuerda haber oído una motosierra aquella noche. Y el cuerpo, que apareció en este camino calcinado en un coche, tenía las extremidades amputadas. Tras cuatro horas de registro, Rosa vuelve a la cárcel. Sigue siendo la presunta asesina aunque está por ver si su amante, el guardia Albert López, participó en el crimen o solo la ayudó a deshacerse del cadáver.
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