La oposición se ofrece para aprobar los grandes acuerdos que precisa la región

No obstante, Mallada también avisó al nuevo jefe del Ejecutivo de «que esté preparado porque comienza la cuenta atrás», puesto que los próximos cuatros años, además de consensuar cuestiones que sean positivas para Asturias, el PP quiere demostrar que es la formación «que mejor habría gobernado» la región. «Vamos a realizar un trabajo serio, riguroso, que dé a entender a los ciudadanos que mi partido es capaz de gobernar Asturias mejor que el PSOE, ese va a ser nuestro reto», apuntó Mallada. A su juicio, los problemas más urgentes que deben centrar la atención del Gobierno tienen que ver con la industria, la fiscalidad y la demografía. «Ahí es donde tenemos que trabajar conjuntamente para conseguir los mejores resultados», añadió.

Precisamente, la portavoz del grupo parlamentario de Ciudadanos, Laura Pérez, pidió al PP que, tras años de bipartidismo y «una colaboración bastante cómoda» para ambas partes, «que también se arme como oposición para que los asturianos sepan que hay alternativas, con independencia de que estos sean años de colaboración con el PSOE» de cara a sacar adelante las reformas necesarias. «Desde la oposición, el PP y nosotros tenemos que ser capaces de construir un proyecto alternativo», subrayó. En momentos puntuales, la formación naranja «tenderá la mano a la gobernabilidad y a las decisiones importantes para Asturias, pero por la salud de la democracia el PSOE tiene que tener enfrente una oposición constructiva, pero una oposición». Asimismo, Pérez instó a Barbón a utilizar la «estabilidad» que le otorgan sus veinte diputados para «tomar medidas valientes» que permitan mejorar la situación de la comunidad autónoma en unos años que serán decisivos para determinar el futuro de Asturias, apuntó.

Por su parte, la portavoz de Podemos, Lorena Gil, se mostró muy crítica con Barbón por «haber desaprovechado una oportunidad única de llevar adelante medidas que suponen un avance social para Asturias y que, además, serían inmediatas». Se refirió así a las fallidas negociaciones entre los socialistas y la formación morada para lograr el apoyo a Barbón en la investidura. Gil recalcó que el objetivo de Podemos era consensuar un «acuerdo programático exclusivamente, con medidas muy concretas que incidirían de forma directa en la educación pública, la sanidad y en muchísimas otras cuestiones que tienen que ver con las medidas que necesita Asturias en este momento crítico».

En este punto, afeó a Barbón que haya optado por «un Gobierno en minoría, que haya decidido tener las manos libres para pactar a futuro a un lado y a otro». Una apuesta «grave» que calificó como «un monólogo de lo que él quiere contar a Asturias». Además, la portavoz de Podemos lamentó «la falta de voluntad» de los socialistas para llegar a un acuerdo con su partido y apuntó que la Mesa del Parlamento asturiano es «mucho menos plural que la legislatura pasada, menos proporcional y menos representativa de las fuerzas políticas que ocupan esta Cámara». Pese a las discrepancias, Gil manifestó su esperanza en que ambas formaciones puedan dialogar. «Estamos abiertos a seguir hablando y, desde luego, a tender la mano para hablar de las necesidades de Asturias en este momento», aseguró.

Quienes sí le otorgaron sus votos a Barbón fueron los dos diputados de IU. La portavoz de la coalición, Ángela Vallina, lamentó que se retrasa la investidura por la abstención de Podemos el pasado viernes y señaló que, tras el principio de acuerdo alcanzado con el PSOE, continuarán las conversaciones «para ese acuerdo de investidura con los puntos más básicos que IU considera». Asimismo, indicó que la primera contrapartida solicitada a los socialistas por los votos prestados es «seguir negociando porque lo que interesa es la política de los próximos cuatro años». Sobre su posible entrada en el Gobierno, Vallina aclaró que la coalición no se ha planteado nada en este sentido.

El portavoz de Foro, por su parte, señaló que las propuestas de Barbón «no aportan ningún tipo de frescura ni juventud» porque no conducen «a la mejor Asturias ni a la Asturias de la igualdad». Esto no fue óbice para que Adrián Pumares se ofreciera, en nombre de Foro, para «llegar a acuerdos y para lograr, entre todos, que, dentro de cuatro años, la región sea muchísimo mejor que la que tenemos ahora».

El portavoz de Vox, Ignacio Blanco, animó al nuevo presidente a «ser valiente» para atajar el problema demográfico y los conflictos que atraviesa la industria asturiana. «A ver si se quita ya las orejeras de ser secretario general de la FSA y es el presidente de verdad de todos los asturianos», incluidos «los 34.000 votantes de Vox».