La oposición pide a Barbón vehemencia en la defensa del modelo de financiación

«O con Pedro Sánchez o con los asturianos». La frase corresponde a Teresa Mallada, portavoz del grupo parlamentario popular en la Junta General, pero bien puede resumir el mensaje que la mayor parte de las formaciones políticas con representación en la Cámara quieren hacer llegar al presidente del Principado cuando se les cuestiona por la financiación autonómica. El compromiso para completar la demandada reforma del modelo de financiación en «ocho meses» adquirido recientemente por Pedro Sánchez con Compromís, la formación valenciana a la que el PSOE nacional corteja de cara a un segundo intento de investidura, ha generado recelo entre los partidos asturianos. Temen, en su mayoría, que la formación ganadora de las elecciones utilice la reforma de este sistema como «moneda de cambio» para que su líder continúe en la Moncloa. Y, lo que ello implica, que realice cesiones a comunidades como Valencia o Cataluña que vayan en contra de los intereses de Asturias. No en vano, entre que se imponga el modelo de financiación que proponen las regiones del Mediterráneo y que se aplique el llamado del Noroeste puede haber una diferencia económica del 20% para Asturias.

Ante esto, de poco o nada sirvió que el propio Adrián Barbón saliera el pasado viernes reclamando al Gobierno central una negociación «multilateral». Tampoco que ayer la secretaria de Organización de la FSA, Gimena Llamedo, incidiera en este mismo mensaje y se comprometiera a defender un sistema que garantice los principios de «equidad, solidaridad y justicia y que, además de la población, tenga en cuenta otras variables que influyen en el coste de los servicios», tales como el envejecimiento demográfico, la orografía o el impacto que los procesos de descarbonización pueden provocar en nuestra región.

El resto de las fuerzas dudan de que los socialistas asturianos vayan a dar la batalla frente a su propio secretario general. «Queremos conocer con detalle la postura del Gobierno regional y el grado de compromiso del presidente», reclamó Mallada, que ya avanzó que desde el PP asturiano se buscarán «aliados» en otras comunidades para conseguir una financiación beneficiosa para el Principado.

Ciudadanos cargó ayer contra el PSOE nacional, al que acusó de promover «acuerdos no confesables con los 'lobbies' nacionalistas» y «privilegios». La portavoz de la formación naranja, Laura Pérez Macho, entiende que la citada reforma debe ser tratada como «una cuestión de Estado y en un foro multilateral», y que «los asturianos no podemos aceptar como respuesta una evasiva o un truco fiscal. Nos jugamos demasiado».

Desde Podemos lamentan también la «escasa o nula» capacidad de los gobiernos asturianos para influir en la estructura de la financiación autonómica y reprochan que sean factores «políticos y electorales» los que vayan a pesar más en este debate. IU rechaza las negociaciones bilaterales para hacer frente a la reforma del modelo de financiación autonómica y aplaude la postura del Gobierno socialista, que reclamó un foro multilateral para abordar esta cuestión. Pero, además, Ángela Vallina ve necesario iniciar los oportunos contactos para buscar «los máximos consensos políticos, sindicales, sociales, empresariales, para alcanzar una posición lo más respaldada posible».

Mucho más beligerante se mostró Foro. El secretario general y diputado de esta formación, Adrián Pumares, cree que el Gobierno de Pedro Sánchez «ningunea» al Principado y sostiene que la «obligación» de Adrián Barbón es «anteponer los intereses de Asturias a los personales o partidistas, y oponerse a cualquier reforma que tenga como único objetivo ser moneda de cambio» para que Sánchez se mantenga en la Moncloa.

Para Ignacio Blanco, de Vox, la negociación bilateral es «inaceptable». En su opinión, debe primar en el reparto la «renta per cápita», pero también «podría modularse ligeramente en base a criterios de pérdida de población y envejecimiento». Eso sí, sostiene que nunca debe orientarse la financiación «para tratar de esconder los problemas de gestión, como parece querer el señor Barbón», denunció.