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Sánchez pide el voto ante una derecha «predemocrática»

El líder del PSOE asegura que el 28 de abril «no habrá cordón sanitario que pare la voluntad de seguir avanzando»

Cecilia Cuerdo

Sábado, 30 de marzo 2019, 14:48

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Seguro de que su flanco izquierdo está más que cubierto ante la unánime caída que las encuestas pronostican para Unidas Podemos, Pedro Sánchez se vuelca ahora en cortejar el voto del centro, y hasta el del centro derecha moderada. El presidente del Gobierno compartió este sábado en Jaén su segundo mitin junto a Susana Díaz. Las heridas entre ambos, ni mucho menos, están cerradas. Más bien todo lo contrario, como demostró, otra vez, el encontronazo a cuenta de la confección de las listas al Congreso, en las que la dirección nacional impuso sus elegidos y relegó a los fieles de la expresidenta andaluza al Senado. Aún así, Díaz, al menos de puertas a fuera, está dispuesta a cerrar filas con el candidato socialista a la Moncloa.

En Jaén, Sánchez consideró que su partido es el único que «garantizará una España con sentido común y de futuro» tras las generales del próximo 28 de abril. La otra opción, alertó, es una derecha «predemocrática y prehistórica», en alusión a las desafortunadas palabras del número dos de los populares en su candidatura por Madrid, Adolfo Suárez Illana, sobre los neandertales y el aborto. Para el líder socialista, el único objetivo de quienes se manifiestan de ese modo es la involución y retroceder 40 años. Por eso, el presidente del Gobierno trata de tensionar al partido para que, «plaza a plaza, pueblo a pueblo», la izquierda no se quede en casa como ocurrió en Andalucía el pasado mes de diciembre, cuando el resultado de las electorales apeó al PSOE del poder tras casi cuatro décadas a causa del pacto entre PP y Ciudadanos, apoyado después por Vox.

El presidente apela a la movilización para impedir que se repita una alianza como la de Andalucía

El ejemplo andaluz está muy presente en los discursos de Sánchez, que precisamente esta semana ha hecho precampaña en esta región, principal bastión socialista y en la que un buen resultado se presenta como imprescindible para mantenerse en la Moncloa. «Cuando ganemos, vendremos a Andalucía recuperar el gobierno», auguró el candidato del PSOE. Y aunque concede que las encuestas demoscópicas y el sentir de los ciudadanos es favorable a las siglas socialistas, insiste en que «no hay que relajarse». «Hay que aprender de lo que pasó el 2 de diciembre», dijo en Jaén ante la mirada atenta de Díaz y su ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Lo que sucedió entonces fue que «la desmovilización trajo la involución».

Sánchez se mostró convencido de que, pese a los vetos de otras formaciones, como el expresado públicamente por Albert Rivera, el próximo abril «no habrá cordón sanitario que pare la voluntad mayoritaria de que este país siga avanzando». Con la victoria en las generales en el bolsillo según las encuestas, los pactos se han convertido en la gran preocupación de los socialistas. El portazo de Ciudadanos, si se concreta tras el 28-A, solo deja al jefe del Ejecutivo la opción de pactar con un Pablo Iglesias que reconoce en público que su gran objetivo de cara a estar elecciones ya no es el añorado 'sorpasso', sino entrar a formar parte de un Gobierno de coalición. Pero, para que este se concrete, en el mejor de los casos sería necesario el respaldo de Esquerra. Y en el peor, de un PDeCAT que se encuentra rendido a los pies de Carles Puigdemont y el independentismo más radical.

«Candidato cabal»

Las llamadas a la movilización del líder socialista se dirigen tanto a los militantes convencidos como a todos aquellos que alguna vez en los últimos 40 años votaron al PSOE. Pero también, apelando a la transversalidad pura y dura, a quienes nunca le han votado ni tienen a Sánchez como su aspirante preferido. Ante ellos, Sánchez se presentó este sábado como el «único candidato cabal» y a su partido como la única fuerza capaz de parar el avance de una derecha cada vez más radicalizada por la irrupción de Vox y que está rompiendo los consensos sociales generados en los últimos años, como, detalló, el referente a la violencia de género.

«Vetan antes de que se vote, se reparten los ministerios del Gobierno, no tienen ni sentido común ni sentido del ridículo», reprochó a una derecha de la que dijo «tiene más siglas que ideas». A Rivera le atizó por su «obsesión» con criticarle. Y es que la moción de censura supuso un antes y un después entre dos líderes políticos que tras las elecciones de 2015 llegaron a firmar un pacto para gobernar mano a mano. «Aunque le pregunten por sus planes de Gobierno, solo habla de mí», ironizó al recordar una reciente entrevista televisiva del líder naranja.

Considera que PP, Cs y Vox están rompiendo los consensos sociales generados los últimos años

Al PP de Pablo Casado le afeó que no considere constitucionalista al PSOE. «Ellos que prefieren unos artículos más que otros», lanzó, antes de censurar que los populares defiendan aplicar de inmediato el artículo 155 de la Constitución para la intervención de la autonomía en Cataluña y, en cambio, renieguen del 113, el mismo que permitió la moción de censura que desbancó a Mariano Rajoy del Gobierno.

Decretos leyes

Sánchez defendió el paso al frente del pasado mes de mayo, cuando «el PSOE hizo lo que debía sacar a la política y al país de la corrupción en la que nos sumió el PP». Desde entonces, clamó, «se ha marcado otro rumbo para este país». Y aseguró que los decretos leyes aprobados viernes sí y al otro también y que tanto critica la derecha se producen porque PP y Ciudadanos «paran iniciativas antes de debatirlas».

«Seguiremos gobernando hasta el último minuto», confirmó el presidente del Gobierno, quien este viernes dio luz verde a una oferta de empleo público de más de 33.000 plazas de empleo público. Sánchez hizo hincapié en las medidas de carácter social puestas en marcha en los últimos meses, desde la revalorización de las pensiones a la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Por eso, y para «evitar que vuelva ese pasado que defienden las derechas, que no es mejor que el futuro que nos espera», el jefe del Ejecutivo apeló a lograr una mayoría suficiente para que un gobierno «que solo dependa de sus propias fuerzas pueda poner en marcha lo que propone el PSOE».

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