Vía libre para Teresa Mallada

El sector 'malladista' se siente más respaldado que nunca por Génova tras recibir la diputada autonómica el respaldo público por parte del portavoz del partido en el Senado, Javier Maroto, y de la vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, con apenas unos días de diferencia. Sin embargo, el entorno de la portavoz popular asume que su designación como sucesora de Mercedes Fernández al frente del partido en Asturias no será a corto plazo.

El vacío de poder en el PP asturiano, que acumula ya más de cinco meses, sigue sin ser la prioridad del equipo de Pablo Casado, volcado primero en la repetición electoral, luego en la gobernabilidad del país y ahora en las elecciones de Galicia y el País Vasco, donde el partido también se ha quedado descabezado tras la dimisión de Alfonso Alonso.

La dirección nacional también está pendiente del proceso judicial en el que la diputada popular se ha visto envuelta por su participación como concejal de Aller en el pleno en el que se acordó la cesión de terrenos municipales al Montepío de la Minería para la construcción de la polémica residencia de Felechosa y que, finalmente, será instruido en el Tribunal Superior de Justicia por su condición de aforada.

Varias fuentes consultadas atribuyen las declaraciones realizadas por Maroto el pasado jueves en Oviedo en apoyo a Teresa Mallada a un mensaje «directo» y «premeditado» de la dirección nacional, si bien otros dirigentes consultados procedentes del sector crítico consideran «osado» por parte del exvicesecretario de Organización hablar en nombre de Génova. No obstante, incluso quienes no comulgan con la expresidenta de Hunosa reconocen que su situación en el PP de Asturias es «privilegiada», con el apoyo del grupo parlamentario, contacto directo con las juntas locales y sin dirigentes que puedan restarle protagonismo desde la Presidencia.

En el partido se observan incluso «pasos atrás» por parte de quienes en otro momento pudieron promover otras opciones para liderar esta formación, como la de la diputada nacional Paloma Gázquez, un perfil ajeno a las polémicas internas que sonó con fuerza y que cuenta con el beneplácito del actual secretario general del PP, Teodoro García Egea.

La última palabra, en todo caso, la tendrá la dirección nacional, que ya ha descartado la celebración de un congreso, pero que sigue sin dar carpetazo al asunto, lo que inicialmente generó cierta incertidumbre y todavía ahora despierta recelos sobre las verdaderas intenciones del equipo de Casado. No obstante, pasados ya cinco meses desde la dimisión de Mercedes Fernández como presidenta del partido, el PP asturiano ha recuperado cierto clima de normalidad, si bien todas las partes se quejan del retraso que acumula esta situación.

Advierten, incluso, de la posición de «debilidad» en la que Teresa Mallada se encuentra en el debate político frente al resto de los partidos por esta cuestión. En concreto, se refieren a episodios como el vivido recientemente en la Junta General cuando, en respuesta a unas declaraciones de Mallada que instaba al presidente del Principado, Adrián Barbón, a quitarse «el traje de secretario general de la FSA» y ponerse el de jefe del Ejecutivo, éste le respondió: «El traje de líder socialista me lo ha puesto la militancia, usted aspira a que le ayude Génova».