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Los Reyes, flanqueados por la Princesa Leonor y la infanta Sofía, posan con los músicos y los integrantes del coro tras el concierto. fotos:

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Los Reyes, flanqueados por la Princesa Leonor y la infanta Sofía, posan con los músicos y los integrantes del coro tras el concierto. fotos: Damián Arienza
Concierto de los Premios Princesa de Asturias 2025

Música del XIX y aplausos para la Familia Real en Oviedo

Todos los premiados, salvo Serena Williams, asistieron al Concierto de los Premios, que abrió la visita a Asturias de los Reyes y sus hijas

M. F. Antuña

Gijón

Viernes, 24 de octubre 2025, 08:41

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Música y más música. Primero la de las gaitas, omnipresente estos días en Oviedo. A las puertas del Auditorio sonaron las cornamusas para recibir a los 1.200 invitados, siete de los galardonados –todos asistieron a excepción de Serena Williams– y a los Reyes, don Felipe y doña Letizia, y sus hijas, la Princesa Leonor y la infanta Sofía, que abrían en el Concierto de los Premios su visita oficial a Asturias.

Hubo otra música, aunque esta menos armónica, la de los flashes de los fotógrafos captando a la Familia Real al completo en uno de los actos más destacados de su agenda a lo largo de todo el año, buscando gestos cómplices, que por supuesto hubo, escrutando los looks y las miradas.

Tocaba, tras saludar a las autoridades que les esperaban, ocupar su lugar en el palco, en compañía del presidente asturiano, Adrián Barbón; la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, y el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli. Todos ellos, junto a la presidenta de la Fundación Princesa de Asturias, Ana Isabel Fernández, escucharon cómo Oviedo Filarmonía hacía sonar el himno nacional justo después de que el público del auditorio dedicara una sonora ovación a los Reyes y sus hijas. También aquí los flashes y los teléfonos móviles trabajaron duro para captarles a ellos.

Y empezó la música de 'Brahms y Dvořák. Los grandes maestros del siglo XIX', que durante una hora embelesaría al público por completo. La orquesta Oviedo Filarmonía interpretó en primer término la 'Obertura trágica en Re menor', Op. 81, una preciosa pieza instrumental de Johannes Brahms, ese compositor del romanticismo alemán que vivió tiempos de cambio en la música y en los que el de la partitura era el arte mayúsculo. Fue en la segunda obra en la que el coro ya se puso en pie para poner voz a 'La canción del destino', Op. 54 de ese mismo autor, que cosechó una gran ovación. La tercera, 'Danzas eslavas', Op. 46, n. 7 en Do menor de Antonín Dvořák fue una pieza muy corta, con la orquesta dirigida por Lucas Macías, su titular, sola de nuevo. Y llegó al final el 'Te Deum', Op. 103 del autor posromántico de Bohemia, buen amigo de Brahms, además de admirador. Con esa obra, maravillosa y vibrante, se vivieron los momentos más intensos con la participación de la soprano Juliane Banse y el bajo-barítono Marko Mimica. Ella derrochó sensibilidad y voz y él hizo lo propio. Una auténtica delicia con, por puesto, el Coro de la Fundación Princesa de Asturias acompañando tanta belleza.

Con los aplausos finales llegó el momento del himno asturiano. Es norma que suene 'Asturias patria querida' y en esta ocasión con las voces del coro dándole a la canción más empaque, más brío, más fuerza y más emoción que la que siempre regala. Y, como también es habitual, el Rey, Letizia y sus hijas lo entonaron sin llegar a alzar la voz, como hizo el resto del público. Nuevos aplausos y momento de abandonar la sala. La Princesa Leonor compartió confidencias con su padre y con unas palmaditas en el brazo regaló a quienes les miraban un gesto cómplice y unas sonrisas.

Se dirigieron acto seguido los miembros de la Familia Real a saludar a los músicos que protagonizaron el concierto. Departieron con ellos antes de que abandonaran el auditorio saludando al público. Es también habitual en este concierto que los Reyes y sus hijas realicen una suerte de besamanos inverso, es decir, el público, con sus mejores galas, ocupa lugar en el hall y ellos pasan y saludan. Entre quienes presenciaron la escena, el cineasta Alejandro González Iñárritu. Fotos, algunas palabras, muchas sonrisas, y fin de la noche de música.

Faltaba, después del alimento para el alma, otro sustento, el de la buena mesa, que la Familia Real al completo disfrutó junto con los patronos y los premiados, en este caso ya con presencia de Serena Williams, cuya ausencia estaba justificada por su encuentro con el público en el Palacio de Congresos y Exposiciones. Allí estuvieron Douglas Massey (Ciencias Sociales), Eduardo Mendoza (Letras), Graciela Iturbide (Artes), Mary-Claire King (Investigación Científica y Técnica), Byung-Chul Han (Comunicación y Humanidades), Mario Draghi (Cooperación Internacional) y Antonio Saborit, director del Museo de Antropología de México (Concordia).

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