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Draghi pide acabar con la «gran burocracia» que impide la formación de grandes empresas en la UE
El expresidente del BCE aboga en un encuentro con estudiantes en la Universidad de Oviedo por la «unificación» de la legislación en la UE
Con algo de retraso respecto a lo previsto, pasadas las seis de la tarde, el expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi hizo ayer su aparición –una de las más esperadas esta semana– en el Hotel de la Reconquista de Oviedo. El Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2025 no realizó declaraciones ante los medios de comunicación que le esperaban, se limitó a saludar mientras sonaba a su lado la banda de gaitas. Se guardó sus palabras, sus consejos y sus propuestas para el encuentro que mantuvo apenas una hora después de su recepción oficial con alumnos y profesores en el Aula Magna de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo, también sin presencia de los medios de comunicación.
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Allí, según pudo saber el diario EL COMERCIO, afirmó que «Europa necesita grandes empresas, pero estas se enfrentan a una gran burocracia». En ese mismo sentido, remarcó la importancia de avanzar hacia una «unificación» legislativa, para que las compañías no tengan que afrontar «27 legislaciones diferentes», tantas como países en la Unión Europea.
Minutos antes de pronunciar esas palabras, el también ex primer ministro italiano, que había entrado a la sala entre aplausos y acompañado por el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, y la presidenta de la Fundación Princesa, Ana Isabel Fernández, tropezó con un altavoz y a punto estuvo de perder el equilibrio. Lo mantuvo, sin embargo, y de forma instintiva alzó los brazos en señal de que todo estaba controlado, al tiempo que era de nuevo animado entre vítores. El traspié, leve pero simbólico, recordó a aquel otro momento en el que gracias a su compromiso y su palabra también logró evitar una caída mucho mayor: la del propio euro.
El encuentro de ayer en la Universidad de Oviedo llevó precisamente por título la histórica frase que pronunció aquel 26 de julio de 2012: «Whatever it takes» ('lo que sea necesario', en referencia al esfuerzo que el BCE estaba dispuesto a realizar para salvar la moneda única en un momento convulso, en el que los países del sur de Europa (especialmente Grecia, pero también otros como España y Portugal) atravesaban una situación de crisis de deuda soberana, con las primas de riesgo en cotas nunca antes vistas. Sobre su determinación en aquel histórico momento, fue claro: «Tomé la decisión cuando me encontraba en Londres para acudir a la inauguración de los Juegos Olímpicos. Había que sostener el euro como moneda. El mandato del BCE es la estabilidad de precios, el control de la inflación, pero si el euro hubiese dejado de existir, ya no habría habido control que ejercer», resumió.
No eludió ningún tema Mario Draghi, quien advirtió de que «en algunas cuestiones, Europa está siendo marginada, como en el ámbito energético o en el negocio de las tierras raras», lo que la sitúa en desventaja frente a potencias como China o Estados Unidos. Además, del mismo modo que hizo hincapié en la necesidad de incrementar el tamaño de las empresas en el Viejo Continente, abogó por «agrupar grandes centros de investigación, en lugar de estar investigando lo mismo en distintos países».
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En términos más amplios, el exmandatario italiano advirtió que «Europa realmente está en un momento complicado» e insistió en que «debe hacer un gran esfuerzo por salir adelante». En esa misma línea, aseguró que «se debe tener en cuenta que la diplomacia es el mejor medio de lograr las cosas» y alertó de que «ahora nos enfrentamos al unilateralismo y al poder militar». Respecto a este último asunto, 'Supermario' –así se le apodó tras su determinante actuación en favor del euro– afirmó que no es un tema en el que la población se quiera implicar e hizo referencia a que tras el estallido de la guerra de Ucrania el 70% de los alemanes dijo que no defendería a su país.
Una de las cuestiones que también abordó durante su diálogo, en el que participaron Carmen Benavides, decana de la Facultad de Economía y Empresa; André Carrascal, vicedecano para las Acreditaciones Internacionales, y Margarita Argüelles, vicedecana de Ordenación Académica de la misma facultad, fue la salida de Reino Unido de la Unión Europea. En su opinión, el referéndum planteado fue «un gran error», porque «Europa perdió un gran país, especialmente desde el punto de vista financiero. El 'brexit' fue para mí una gran decepción», reconoció.
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En el plano más personal, pero haciendo referencia a su dilatada trayectoria, Draghi remarcó a los alumnos la importancia de la formación académica y de contar con unos buenos profesores a la hora de enfocar el futuro profesional: «En el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts, por sus siglas en inglés) fue donde aprendí realmente a trabajar al máximo nivel y a tomarme en serio a mí mismo». En esa línea, aseguró sentirse satisfecho con su incorporación a dicha universidad –a la que accedió al segundo intento, reveló–, porque fue «un gran paso» en su vida.
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