Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa de Asturias
Teresa Sanjurjo: «La Princesa se ha mostrado como una mujer joven con una voz propia»«Cuando don Felipe dijo lo que dijo en el Campoamor hubo un sentimiento colectivo de ‘ay’ y todos notamos el orgullo de padre y Rey»
Atiende desde la Fábrica, que estaba en la tarde de ayer hasta arriba de gente. Recién llegada de Valdesoto, Teresa Sanjurjo está cansada y ... contenta. El trajín ha sido infinito, pero todo ha salido bien y los premiados se han ido felices y emocionados.
–¿Cómo vivió el momento en el que el Rey anunció en la ceremonia que deja los Premios en manos de la Princesa?
–Los pasos que se están dando para el mayor protagonismo de la Princesa como presidenta de honor están siendo progresivos. Yo creo que es un paso más al que seguirán otros, tranquilos, como los que ha dado la Casa Real. Es una mezcla de alegría por la Princesa y de querer que el Rey, como dijo, siga muy cerca de la Fundación y de Asturias. Iremos viendo cada paso cómo se produce.
–El próximo año se entiende que será ella la que presida.
–Ya veremos, pero que el protagonismo es mayor es evidente.
–Imagino que también está cada vez más implicada con la Fundación y se notó en el discurso.
–En el discurso se notó mucho su voz, la de la Princesa es la voz de una mujer joven que asume más responsabilidades, que entiende su generación y que habla de temas que nos preocupan a todos. Me gustó mucho escucharla.
–Más segura, madura, con capacidad para bromear, para improvisar...
–Sí. Comparto lo que dice. E hizo compatible un conocimiento sólido, que me consta que tiene, de los premiados –los entiende, sabe de su dimensión–, con una capacidad de diagnóstico de lo que nos preocupa a todos con el punto de vista de una veinteañera y con ese tono de contarlo incluso con sentido del humor que lo vi muy alineado con Mendoza. Luego, la forma del discurso, hablando de escribir cartas postales, con lo que requieren de atención y concentración en las ideas que quieres ir plasmando, y esa llamada de ‘a ver si capto vuestra atención’, me gustó. Me gustó el tono y su presencia en el escenario del Campoamor.
–¿Qué más momentazos guarda de la ceremonia?
–Según cómo te pongas ves momentazos distintos. A mí me gustó mucho el tono humorístico de Eduardo Mendoza, que hacía compatible la verdad de lo que decía con ese hacernos reír, no recuerdo tantos discursos en los que nos hayamos reído tres o cuatro veces. También cuando el Rey dijo lo que dijo hubo casi un sentimiento colectivo de ‘ay’, y creo que todos notamos el orgullo de padre y de Rey y los sentimientos de padre. Me emocionó la aparente fragilidad de Graciela Iturbide y lo que dijo de la libertad y la dignidad de las personas. Draghi es un gran estadista y lo demostró una vez más. Y la presencia de Serena era impresionante. La lástima fue que Mary-Claire King no se encontrara bien.
–Citaba a Serena. Increíble esa llegada Hollywood.
–Estaba impresionante. Nosotros queremos que los premiados se encuentren a gusto, les damos los códigos generales, pero cada uno los interpreta y esa entrada reflejó cómo de importante era para ella el premio, su relevancia, y disfrutó.
–Nos ha regalado unos cuantos momentos, ha sido la estrella mediática de este año.
–Hay tanto en los Premios que, aunque evidentemente para muchas personas es la estrella, porque ella es la mejor tenista de la historia, para otros puede que no lo sea. Fíjese en el aplauso que se llevó Eduardo Mendoza, se notaba el cariño. La escucha tan atenta a Byung-Chul se advirtió en el teatro. Pueden convivir pensamientos y sensaciones diferentes porque el grupo de premiados es rico y plural y a unas personas les inspiran unos y a otras, otros.
–Desde luego elementos para la reflexión han salido muchos estos días.
–Muchísimos. Hemos pasado por el futuro de Europa, la fortaleza de las instituciones, la medicina de precisión, la genética como prevención, las migraciones y los movimientos migratorios, el placer de la lectura, la felicidad, la manera de mirar al otro, las democracias contemporáneas, la necesidad de parar, reflexionar y escuchar, de controlar la tecnología y que la tecnología no nos controle a nosotros... Si te pones a tirar de cada hilo de lo que ha dicho cada premiado hay materia para mucha reflexión.
–Muy potente el mensaje de Draghi sobre el federalismo pragmático.
–Muy potente. Él es un estadista que hace un diagnóstico muy certero de las dificultades pero termina el discurso diciendo que no pierde la esperanza. Falta consensuar 27 voluntades políticas, pera merece la pena tirar un poco más de ahí y ver qué sale.
–Respecto a público, todo se ha llenado.
–Ha sido un éxito de público, de participación de la comunidad educativa, de participación de los clubes de lectura, yo creo que el esfuerzo que hacemos para que las propuestas sean interesantes se ve recompensado por la atención de los ciudadanos, que miran, les interesa y asisten. Eso nos estimula para seguir pensando propuestas interesantes, no se trata de quitarle tiempo a la gente para llenar un espacio, vienen aquí porque van a escuchar algo que les interesa, van a aprender algo que importa. Intentamos hacer una propuesta de valor añadido y de impacto social. Se trata de aportar a la sociedad.
–Seguro que le hizo ilusión escuchar a Mendoza decir que este es un premio simpático.
–Sí, me hizo mucha ilusión. Venía ya preparado. Joan Manuel Serrat le había soplado todo, pero a mí me dijo que no imaginaba tanto y tanto cariño.
–Eso valoran todos.
–Todos. Pero como yo le dije a Mendoza: «No son dos mil personas las que han venido a verle, son dos mil personas lectoras de su obra». O un montón de niños que han leído sus libros y han escrito sobre ellos. Los dibujos infantiles de la Fábrica le encantaron. Son personas interesadas, que han disfrutado. La semillas que hayamos contribuido a sembrar, de curiosidad, de disfrute de la lectura, de otros conocimientos, de entender otros mundos, otras maneras de estar y otras reflexiones, son valiosas.
–Cuente algo que no hayamos visto. Creo que Byung-Chul Han alucinó con el jardín y el piano de la Fábrica.
–Le encantó y pidió volver y tocar. Son muchas cosas. Ahora cuando he llegado a la Fábrica salían cogidos del brazo Graciela Iturbide y Douglas Massey. Antonio Saborit entró al teatro profundamente emocionado. Draghi no esperaba el calor popular que encontró y el aplauso que recibió.
–¿Este domingo que hará?
–Casa, sofá, orden y familia. Y ya vamos a lanzar la convocatoria del año que viene.
–¿Cuándo se reúna con el equipo, alguna queja?
–No, agradecimiento por la implicación de todos y aplauso. Y les pediré que me den sus propuestas para hacer las cosas mejor el año que viene.
–¿Tiene alguna idea ya en la cabeza para el año que viene?
–Sí.
–Pero no nos la va a contar...
–No. Siempre ves cosas y no porque estén mal, pero siempre piensas en darle una vuelta. Tener la mente en disposición de flexibilidad y apertura es la condición indispensable para ir innovando en la forma de hacer. Y si innovas es para bien.
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