La Vega más «espectacular» arranca motores para cambiar el mundo

Les dio la bienvenida la directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo, confesando que, covid mediante, el de ayer era «un día fantástico» para el equipo que dirige, «feliz de poder comenzar la Semana de los Premios en un lugar magnífico gracias al Ministerio de Defensa».

Porque -como recordó Sanjurjo- la Fundación «trabaja durante todo el año para llegar a este momento» y «lleva ya 41 años ofreciendo referentes, modelos, a la ciudadanía», convencida de que «una sociedad se define en gran medida por los valores y personas a las que aplaude».

Eso y no otra cosa es la FPAbrica, donde los trabajos de los estudiantes asturianos que han participado en el programa 'Toma la palabra' reciben al visitante en el Almacén, convertido en una gigantesca cocina que recuerda que «la comida nos une» para homenajear a José Andrés y a la ONG World Central Kitchen (Princesa de la Concordia) o en un aula que recuerda la importancia del acceso a la educación por el que batalla CAMFED (Campaign for Female Education), la organización galardonada en la categoría de Cooperación Internacional.

Los más jóvenes y su mirada sobre las trayectorias de los premiados son los protagonistas de una de las instalaciones permanentes que ya pueden disfrutarse en La Vega, donde conviven una sala de cine con un circuito en el que se disputarán unos mini-juegos paralímpicos como tributo a Teresa Perales (Princesa de los Deportes).

Y, junto a sus ellos, el 'Espacio Steinem', dedicado a repasar algunos hitos y figuras clave de la historia del movimiento feminista a partir de la trayectoria biográfica y profesional de la periodista estadounidense Gloria Steinem, la feminista más famosa del planeta. Una muestra donde los elementos se distribuyen en torno a tres ejes conceptuales -viajar, escuchar, actuar- que se plasman a través de fotografías, textos, objetos y material audiovisual y concebidos como una casa. «La casa del feminismo». Porque, como explicó la profesora de la Universidad de Oviedo Alejandra Moreno, encargada de guiar al público por sus estancias, «además de ocupar el espacio doméstico, las mujeres luchamos por ocupar el espacio público en igualdad de condiciones». Y porque «en ese espacio doméstico también se cocinan muchas cosas a fuego lento para lograr la transformación de la sociedad». «Lo personal es político» en un hogar en el que mandan los colores de la bandera sufragista: «El morado, que simboliza la libertad; el blanco, que representa la honradez, y el verde, símbolo de la esperanza en alcanzar un mundo mejor entre todas y todos». De un salón con vocación de ser «un espacio de sororidad» a un hall donde descansa una bicicleta lista para recorrer cualquier camino entre citas de Emilia Pardo Bazán o la propia Steinem o cifras como la que recuerda que en el mundo hay quince millones de niñas sin escolarizar y frases que sentencian que «los derechos de las mujeres son derechos humanos» o que «nos queremos libres, no valientes», mientras el felpudo reza: «El futuro eres tú».

Pero si hay una instalación en La Vega que causa «un sentimiento muy encontrado entre la fragilidad del ser humano y la fuerza de las máquinas, cierto desasosiego que te hace creer que estás en una película como 'Interstellar'» -en palabras del rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde-, esa es 'Sylva', también en el Almacén, donde dos enormes robots siembran y riegan plantas al ritmo de los sonidos metálicos que producen y a partir de datos de impacto de la labor de CAMFED en la educación de las niñas de África en tiempo real gracias a un algoritmo. «Un paisaje construido para honrar la relación entre las mujeres, la naturaleza y la tecnología y que seguirá creciendo hasta que la Fábrica de Armas cierre sus puertas el día 23».

Una inmersión «en realidades que no siempre se comprenden del todo, pero que invitan a reflexionar», como resumían las hermanas Paloma y Margarita Sicilia, todavía «impresionadas por los robots» y que, sin duda, se quedaban con el 'Espacio Steinem': «Hemos visto su serie y sus películas, nos encantan».

También Aldara González y su madre, Pilar Flórez, se declaraban fascinadas por la activista y por la propuesta que alberga la Nave de Artes y Oficios, colonizada por las piezas audiovisuales de Marina Abramovic. «Creemos que va a ser muy interesante conocer su obra más en profundidad y que ya es hora de dar más visibilidad a mujeres como ellas. Un diez para la organización de estos Premios, que cada vez lo hace mejor, y para su directora».

Coincidía en el aplauso a la serbia el rector, que, en su primera vez en La Vega, «un entorno maravilloso», se marchó «con esas imágenes tan potentes» construidas por la artista grabadas en la retina, empezando con «la serie que hizo en la Laboral».

«Eso es el arte, algo que produce un cambio de la emoción que impresiona», resumía el presidente de la Fundación, Luis Fernández-Vega, ante las obras de la madre de la performance, a la que se ve cepillándose el pelo compulsivamente con el torso desnudo o comiendo una cebolla durante cuarenta minutos, «una metáfora de la dificultad que entraña la vida». Porque eso es lo que hace y no otra cosa: «Crear metáforas sobre la vida que nos conciernen a todos», explicó a su público el guía Efraín Bernal.

«La Fábrica de Armas está magníficamente preparada e integra a toda la ciudadanía, ovetense o no, en los Premios Princesa de Asturias. Por lo tanto, satisfacción y apoyo total a estos galardones», zanjaba el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, que bromeaba confesando su pasión por los brazos articulados: «Me hubiese marchado con uno de los robots, que son espectaculares, pero no me dejaron. Así que enhorabuena a Teresa Sanjurjo y a Luis Fernández-Vega por este regalo tan impresionante».

Y si tanta intensidad le pide un respiro, es posible sumergirse en la quietud del 'Espacio cuerpo y mente', destinada a la desconexión y la introspección, lo que conecta con la trayectoria personal y profesional de Steinem, Abramovic y Emmanuel Carrère, Princesa de las Letras. Un oasis rodeado de bambú y esterillas de yoga en el Taller donde mirarse dentro con todo lo aprehendido.