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Mourinho (iz) celebra el último gol del partido./Javier Soriano (AFP)
La revancha de Mourinho
fútbol | LIGA DE CAMPEONES

La revancha de Mourinho

El portugués se siente victorioso de su ‘guerra’ con Sergio Ramos y la prensa tras la épica victoria ante el City

I.TYLKO

Miércoles, 19 de septiembre 2012, 21:20

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Uno, de traje gris y corbata azul, arrodillado sobre el césped y con los brazos abiertos. Otro, con la ropa de faena limpia y blanca que no empaña, arrojado en el verde a la espera de la felicitación efusiva de sus compañeros. La sobreactuación de Mourinho y de Cristiano Ronaldo a la hora de celebrar el gol del portugués que certificó la épica remontada ante el Manchester City, en el primer partido de la fase de grupos de la Champions, cabe interpretarse como un síntoma de que en lo personal se jugaban mucho más que tres puntos. Para ambos, era una cuestión de orgullo. El delantero porque debía acabar con la polémica surgida a raíz de su confesión de tristeza y el entrenador porque se sabía cuestionado y asumía que le lloverían las críticas por alinear a un equipo con más músculo que toque en el centro del campo y, sobre todo, prescindir de Sergio Ramos.

Ante la prensa, Mourinho confirmó las presunciones. Reconoció, sin ambages, que la felicidad le sobrevino por la victoria, porque el Madrid ganó con las virtudes que marcan su ADN, porque hizo una demostración de «señorío en el campo, no de filosofía barata» y, en especial, porque entiende que fastidió a sus enemigos de los medios de comunicación. «Las crónicas estaban hechas ya. Ya lo sé. Tengo un hacker que me dijo lo que ibais a poner: Mourinho está loco, cómo juega con Essien, Khedira y Xabi Alonso, por qué juega Pipa si no hace goles en la Champions, por qué este partido no lo jugó Coentrao.... Pero, mala suerte, ganamos», enfatizó Mourinho en tono revanchista.

Superada la emoción de una victoria heroica que recordó al Madrid de las grandes noches europeas, los jugadores y el técnico disfrutaron de una jornada de descanso. Mientras, la crítica, las tertulias y los comentarios en redes sociales, retomaron de forma masiva el debate sobre el castigo de Ramos, icono del madridismo y de la selección española y uno de los que suele alzar la voz en el vestuario, en la zona mixta y ante sus amigos.

El sevillano es de los que no se calla, ya sea para afear a Mourinho las críticas en público, advertirle de que no es el momento de hablar sino de estar unidos o reconocer ante su gente que el equipo está mal físicamente y completó una pretemporada inapropiada en California. Pese a su suplencia a Ramos se le vio animando a sus compañeros en el túnel de vestuarios, antes de iniciarse la segunda parte, y este miércoles acudir a ejercitarse de forma voluntaria a Valdebebas.

Castigados por hablar

Nadie se cree la explicación de Mourinho acerca de que prescindió de Ramos solo por motivos técnicos. Por muy mal que estuviese el de Camas y por mucho que pueda pensar más en su presunto noviazgo con la presentadora Pilar Rubio que en fútbol, a nadie escapa que es muy superior al francés Varane, con proyección pero aún inexperto. Su ausencia corroboró el principio, aplicado en otras ocasiones por su técnico, de que quien se mueve no sale en la foto. Prohibido desmarcarse públicamente del discurso oficial. Se supone que jugará el domingo en Vallecas. «Es el mejor central del mundo y va a seguir siendo crucial», asegura Arbeloa.

Existen varios precedentes, aunque nunca en un partido de tanto fuste. Como recuerda grada360.com, a Cristiano le dejó fuera del once inicial en el partido en el Bernabéu frente al Zaragoza de la temporada 2010-11. Con el Madrid ya lejos del Barça y con remotas opciones de ganar la Liga, Mourinho relegó al banquillo a su compatriota por sus palabras tras caer en Champions ante el Barça. «A mí no me gusta jugar así, pero hago lo que me piden», dijo Ronaldo. Entonces, Mou también explicó que se debía únicamente a un motivo técnico. Tal vez el partido no era vital para el Madrid, pero sí lo era para CR7, que estaba en plena lucha por el Pichichi y la Bota de Oro con Messi. También sancionó a Casillas en el Trofeo Bernabéu de 2011. A Mourinho no le gustó nada que Casillas llamase a Xavi para acercar posturas tras la tangana de la Supercopa.

La división que Mourinho ha provocado en su plantilla se ha trasladado a la grada del Bernabéu. Con el paso del tiempo, este encuentro se recordará más por la atronadora ovación con la que la afición blanca despidió a Silva que por el triunfo en el campo. Unos aplausos mayoritarios demostrativos de que a la hinchada le gusta el buen fútbol y se decanta más a favor de futbolistas de este perfil técnico que por jugadores como Khedira o Essien, titulares ante los de Mancini. Aunque sería ventajista afirmar que la reacción llegó por ellos, es un hecho que el Madrid ganó con Özil, Modric y Benzema juntos en el campo.

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