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EMPRESAS

La compañía avanza en su reestructuración, pensando en la junta de accionistas del día 30, y busca nuevo presidente

PPLL

Miércoles, 4 de junio 2014, 23:33

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Pescanova, en manos de la banca tras la salida del concurso de acreedores, perdió 16,9 millones de euros en el primer trimestre, tras reducir sus ventas un 26% hasta casi 207 millones, según los datos remitidos este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El auditor, no obstante, precisa que las «extrañas circunstancias» en que se encuentra la compañía no permiten hacer una comparativa precisa con 2013. Y es que, por ejemplo, la filial chilena ya ha dejado de contarse en esas cifras.

En lo positivo, se destaca que el resultado operativo tuvo un saldo negativo de sólo 4,9 millones, y en ausencia de otras actuaciones «extraordinarias», lo que a su juicio supone «una clara mejoría» respecto a las cuentas de los dos ejercicios anteriores. Asimismo, la compañía ha logrado ya revertir la situación de patrimonio negativo (2.237 millones de euros en rojo) que tenía al cierre de 2013, y que triplicaba las cuentas maquillada que presentó hace dos años la anterior cúpula encabezada por el controvertido Manuel Fernández de Sousa, ahora imputado en la Audiencia Nacional por las irregularidades contables que supuestamente cometió.

El motivo, sin embargo, no ha sido tanto la aún incipiente recuperación de su negocio sino la quita del 70% asumida por los principales bancos acreedores (BBVA, Caixabank, Sabadell, Popular, Bankia y Novagalicia, junto al italiano UBI), cuya financiación sigue sirviendo de respiración asistida a la compañía. El pasado 23 de mayo el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra dio por concluido el concurso de acreedores de Pescanova, que ha durado poco más de un año. No obstante, la administración concursal que ha ejercido la firma Deloitte permanecerá ligada a su supervisión como miembro de un comité especial de vigilancia del que formarán parte también tanto los principales acreedores como los accionistas actuales -la principal es Carolina Masaveu, con el 7,1% del capital-.

A finales de mayo se produjo la salida del hasta entonces presidente del grupo, Juan Manuel Urgoiti, quien llevaba ocho meses en el cargo. Se marcha llegó tras haberlo hecho también los otrora máximos accionistas que le auparon al cargo, el grupo Damm que controla la familia Carceller y el fondo Luxempart, de quienes ya no se fiaban los bancos acreedores al haber roto su pacto previo.

Nuevo presidente

Según los últimos movimientos de los bancos citados, el nuevo presidente de Pescanova será probablemente Jacobo González Robatto, quien en la actualidad preside el consejo asesor internacional del Banco Popular tras haber sido consejero delegado de Barclays. Para ello, no obstante, debería entrar antes en el consejo de administración, cuya prioridad es ahora «la reestructuración de la mayor parte de las filiales españolas» del grupo. Junto a él podría estar como consejero delegado Senén Touza, de la firma Deloitte y que durante el último año ha estado actuando como administrador concursal del grupo.

Pescanova, cuya junta de accionistas se celebrará el próximo día 30, ha visto reducida a 1.000 millones su deuda con la banca. Esta (BBVA, Caixabank, Sabadell, Popular, Bankia y Novagalicia, junto al italiano UBI), a cambio, pasa a ser el accionista mayoritario. Además, tiene previsto hacer una inversión cercana a los 115 millones para sanear la compañía y propiciar también su recuperación comercial, aunque no se espera que retorne a la senda de los beneficios hasta 2017. De hecho, la empresa funciona a día de hoy gracias en buena medida a un crédito de 56 millones, concedido por la Xunta de Galicia y media docena de bancos acreedores en junio de 2013, y parte del cual tuvo que ser renovado hace pocas semanas.

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