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NACHO GUTIÉRREZ
OVIEDO.
Lunes, 21 de enero 2019, 05:59
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Por primera vez en la temporada el Real Avilés logró sobreponerse a un marcador en contra y tras llegar al descanso con dos goles en contra, logró igualar esa diferencia (2-2) en el segundo tiempo con los tantos de Santa y del catalán Xavi Cencillo, que obró el milagro en la última jugada del partido disputado en San Gregorio ante el Universidad de Oviedo.
Un encuentro en el que pudo ganar el conjunto blanquiazul, superior en un primer tiempo que en su agonía deparó lo inverosímil: el Universidad se adelantaba con dos goles, que dieron paso a una segunda parte de acoso y derribo que al final dejaba premio para el Avilés, aunque los riesgos asumidos bien pudieron pasar factura.
Era el de ayer un choque en el que se medían dos rivales directos por la permanencia, con el Avilés en una peligrosa cuesta abajo con cinco derrotas seguidas. Conscientes de esa trascendencia, los jugadores de Juanma Castañón salieron al campo con la actitud debida ante unos jugadores estudiantiles en el limbo. El técnico dispuso el habitual 4-1-4-1 ante un Universidad en su modelo con 5-3-2 que solo funcionó en defensa y portería.
Los primeros escarceos llegaron tras un cuarto de hora inicial que no deparó nada. Marcos Blanco puso a prueba la seguridad de su tocayo en la portería local y desde ese primer remate en el minuto 16 todo lo hizo el Avilés, con un dominio absoluto de las operaciones. El equipo logró rematar varias veces desde la ventana del área y llegó por las dos bandas, aunque a ninguno de los balones llegó Polo, muy vigilado en una defensa con tres centrales.
Rebasada la media hora el Avilés se tomó un respiro ante un Universidad encogido, pero cuando asomaba el descanso llegó lo imposible, el colmo de los blanquiazules. A los 42 minutos Manolo se sacó de la manga un gran zurdazo a pie cambiado que se estrelló en el poste y el rechace impactó en la espalda del pobre Slavi, al que debemos asignar el 1-0. Un golpe al que siguió otro sin posibilidad de asumir el primero porque tras el saque de centro, Manolo recogió un despeje largo de su defensa para sorprender a Paulo por su costado y encarar a Slavi para batirle con una buena definición, ahora con la derecha.
Había que frotarse los ojos porque ni el Universidad se había ganado ese doble premio, ni el Avilés un castigo tan duro tras despachar un muy decente primer tiempo. La moral de los blanquiazules estaba ya a ras de suelo porque habían sido mejores y se enfrentaban al reto de remontar un marcador adverso por primera vez, y encima doble.
No tardó ni diez minutos Castañón en mover su árbol tras mantener el once de salida. Retiró a Pereira para dar entrada a Xavi Cencillo, modificando también el dibujo. Al catalán pudieron arruinarle otra vez su presencia porque un minuto después de su salida a escena el ángel de este equipo, Jaime Santamarta, salvó el tercero cuando Manolo encaraba a Slavi en una jugada clavada a la del segundo gol. Javier Naranjo hizo lo propio minutos después al sacar en la raya de portería un toque sutil del bigoleador verdinegro.
Pero el Avilés volvió a la carga y Marcos, en un libre directo que hizo volar al portero del mismo nombre, que atajó después un remate de Xavi al primer palo. El catalán entró con ganas al campo y en el minuto 66 le anularon un gol por fuera de juego. El ataque avilesino ya era total y David remató desviado un despeje de la zaga local, que al fin cayó abatida en el minuto 76 cuando Santa redondeaba su faena cabeceando a la red un saque de esquina.
Si el partido estaba roto, a partir del 2-1 se hizo añicos. El Avilés dejó muchos huecos y en una salida a la contra el Universidad pudo dejar el partido ventilado a los 81 minutos. Pablo robó un balón para ir a un tres contra uno que el lateral resolvió con un remate desde la frontal del área que impactó en el travesaño sin que Prida pudiera llegar a remachar en el punto de penalti.
El reloj avanzaba a zancadas con el Avilés volcado en el campo ovetense, generando uno tras otro remates con marchamo de gol. Berto Laviana no encontró portería, Polo, muy gris todo el partido, probó las manos de Marcos, que en el tercer minuto del tiempo añadido sacó una mano prodigiosa para repeler una volea de su tocayo.
Parecía imposible que el Avilés empatara tras dejar escapar todas sus ocasiones, pero en el saque de esquina y tras un buen barullo en el área, Xavi Cencillo salvó los muebles blanquiazules remachando de cabeza un balón de oro en la lucha por la permanencia.
Y el próximo domingo, a las 12 en el Suárez Puerta, visita del líder Lealtad.
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