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Álvaro Fernández fue ayer doble protagonista. Primero en la resaca del partido que se marcó frente al Atlético Antoniano, siendo absolutamente clave en ... el pase a la final del Real Avilés, con un nuevo penalti parado –dos en la serie– en el tiempo añadido; y después tras conocer el sorteo, pues su último equipo antes de fichar por el Real Avilés fue el Rayo Majadahonda.
«Al final es mi exequipo, todavía continúan allí varios jugadores de mi etapa allí, en la que también viví buenos momentos, y será especial volver a jugar en casa. Por mi parte creo va a venir bastante gente, tanto familiares como amigos, y creo que por parte de más compañeros también. Habrá mucha gente para llevarnos en volandas y va a ser una final muy dura porque ellos son un gran equipo», comentaba ayer el portero blanquiazul en rueda de prensa.
El cancerbero madrileño salió a la palestra a petición popular, pues todos los medios querían hablar con él. No era para menos después de su exhibición del domingo, ya que, si bien no estuvo demasiado acertado en el empate a dos del Antoniano, lo cierto es que el segundo penalti parado en el añadido de los dos partidos de la semifinal se puede considerar como un auténtico milagro. «He podido ver los vídeos porque al final he tenido mucha mención, pero he querido darle la normalidad que lleva. Es difícil de creer lo vivido. Fue un día súper bonito para el club, la ciudad, el equipo... Fue la recompensa al trabajo de un año que ha sido difícil. Me fui muy contento a la cama porque pude disfrutar de uno de los días más bonitos de mi carrera», comentó.
La intrahistoria de la pena máxima la contó ayer en Zona Mixta Babin. «Teníamos bastante fe en que Álvaro podía pararlo otra vez, aunque reconozco que en mis quince años en España nunca vi nada igual en un 'play off'», explica el martinico. «Soler le preguntó alguna cosa a Jaime, el lanzador, y él le contestó, lo que nos dio alguna pista de que no estaba del todo concentrado. Después, Kevin le hizo ver la oportunidad que tenía de darle el pase a la final a su equipo y Jaime le contestó algo así como que le había caído un marrón. Además, después me enteré de que Álvaro ya le había parado un penalti cuando eran pequeños, entonces para el otro lado. Creo que todo eso influyó en el desenlace».
También fue clave la rápida actuación de Javi Cueto para entorpecer el posible remate de un rival en el rechace. «Le había dicho que se colocase en otra posición, pero Cueto me dijo 'negro, déjame a mí ahí'. Tenía mucha fe en que Álvaro lo iba a parar y al final tuvo razón. Le felicitó el 'míster' por su intervención».
Regresando a Álvaro, el guardameta del Real Avilés jugó la prórroga del encuentro con un gemelo subido, algo que atribuye a «la tensión que había. Siempre quieres que tu equipo gane, jugamos contra un gran equipo que nos puso las cosas muy difíciles y en algún momento nos vimos contra las cuerdas, porque ellos se veían con la necesidad, pero estoy bien, fue algo momentáneo. Tengo toda la semana por delante para recuperarme».
Por último, el portero tiene claro que estarán muy arropados por la afición en Majadahonda. «Siempre que los hemos necesitado han respondido y lo volverán a hacer otra vez seguro».
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