Ellas también apuestan por el Real Avilés
María Dolores Valdés, Mara Clemente y Deva Berciano, socias de todas las generaciones, confían en que el equipo consiga el ascenso este sábado
«Antes no había apenas mujeres ni niños en los campos de fútbol. Ahora es habitual y da gusto». Son palabras de María Dolores Valdés, una de las abonadas más veteranas del Real Avilés Industrial, a punto de cumplir 85 años. Acude cada quince días con uno de sus hijos y varios de sus nietos al Suárez Puerta y este sábado no será una excepción. «Ya estoy nerviosa», sonríe. «Estuve a punto de ir a Madrid, pero el partido de este sábado no me lo pierdo. Tenemos que conseguir el ascenso».
María Dolores ejerce como representante de las socias más longevas de la entidad, si bien ella sacó su primer carné a partir de 1999, tras la remodelación del Suárez Puerta. «Mi marido y su familia fueron toda la vida al fútbol, pero teníamos cuatro hijos y de aquella no se veía lo de ir al fútbol con los niños. Curiosamente, yo empecé a venir después de que el falleciera», recuerda la abonada.
Le tocaron, por tanto, años duros, pero en los últimos se ha podido resarcir. «Estuve hace dos años en el partido contra el Recreativo Granada. Fue un golpe muy duro. Ahora, afortunadamente, llegamos con un resultado mucho más positivo y esperemos que esta vez no se nos escape. Estaré en la grada con mi hijo, mi hija, mis nietos... Somos bastantes. Los críos lo pasan muy bien, a pesar de que vienen de Piedras Blancas y es más lioso». Ella también hace un esfuerzo para seguir al equipo, pues reside en El Caliero. «Antes conducía, pero ahora ya con mis años me trae mi hijo».
«Antes no se llevaba lo de que las mujeres y los niños fueran al campo de fútbol, pero por suerte eso ha cambiado mucho»
María Dolores Valdés
Abonada de 84 años de edad
Cerca de la mayoría de edad se encuentra la joven Mara Clemente, atleta del Villa del Adelantado que se hizo socia del Real Avilés hace dos temporadas por mediación de su padre, Marco. «Él siempre ha seguido al equipo y hace cuatro años empecé a venir con él. Le cogí el gusto y ya llevo dos años siendo socia y viniendo prácticamente a todos los partidos». Sufrió la debacle frente al Recreativo Granada y ahora espera que el final del partido del sábado sea feliz. «Lo merecemos». Estará en la grada con su padre, como no podía ser de otra manera, y también con su tío.
Aunque no compartirá asiento con compañeros de clase, sí que reconoce que en los últimos años ha habido un punto de inflexión en cuanto al seguimiento del equipo por parte de los adolescentes de la ciudad. «Varios de mis compañeros juegan en el Avilés y en general en clase llevamos días hablando sobre el posible ascenso y cómo conseguir entradas. Creo que ahora mismo la gente de mi edad de la ciudad conoce perfectamente al equipo y sabe lo que se está jugando».
Y el sábado, como durante la temporada pero obviamente en mayor número, el Suárez Puerta estará repleto de niños, una de ellas Deva Berciano, socia del Real Avilés prácticamente antes de nacer. «Tiene cinco años y seis carnés», sonríe su padre, Javi. «Nació en 2020 y el primer carné es de la temporada 2019-20». En aquel entonces, él pertenecía al cuerpo técnico de Abraham Albarrán, y también estuvo ligado al proyecto femenino del Real Avilés Industrial.
Su hija Deva es una habitual del Suárez Puerta. «Sus abuelos son socios, su hermana Naiara colabora con el club –se encarga en los partidos de los accesos en la zona del palco– y le encanta venir». No en vano, durante el reportaje no lo dudaba a la hora de acudir hacia la puerta del estadio, todavía cerrado. «La hicimos socia desde bebé pensando también en que cuando nosotros no estemos ella pueda tener un vínculo con el equipo de la ciudad y que pueda venir con sus hermanas», desvela. Hombre de fútbol, Javi Berciano afronta con «tranquilidad» el partido. «Aunque también estaba tranquilo ante el Granada», alerta.
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