Los Cayarga cierran el círculo

Siempre que un avilesino ficha por el Real Avilés tiene una historia detrás digna de ser contada. El caso de Berto Cayarga no es menos, pues, aunque será la primera vez que se enfunde la elástica del principal equipo de su ciudad natal, su hermano gemelo Jorge sí sabe lo que es jugar como local en el Suárez Puerta. No en vano, lo hizo incluso en dos etapas.

La primera fue en su primera temporada sénior, recién salido de juveniles. Tras hacer un buen papel con el juvenil de División de Honor del Real Oviedo, se ganó un sitio al año siguiente en el filial azul, entonces en Tercera, pero tras no acumular demasiados minutos vio con buenos ojos volver a casa para debutar con el Real Avilés. Sin embargo, llegó a un equipo veterano, hecho, que jugaba con tres centrales y dos carrileros y no pudo más que ayudar en determinados momentos, jugando incluso como carrilero derecho. «Me pilló muy joven, con 18 años», recuerda.

La segunda etapa llegó tres temporadas después, tras triunfar en el Ceares y ganarse un sitio en el Marino, donde llegó a jugar un 'play off' de ascenso a Segunda B. Sin embargo, en el segundo curso no contó con tantos minutos y aceptó regresar al Suárez Puerta, entonces al emergente proyecto que iniciaba Norte Proyectos.

Aquel curso fue titular habitual, aunque en noviembre se fracturó la clavícula, por lo que estuvo lejos de los terrenos de juego hasta el mes de enero. Coincidió entonces con Diego Baeza, que entró al club en diciembre de 2019, y con Natalio, aunque meses después decidió dejar el club atraído por la oferta laboral que le ofrecía el Podes.

Desde entonces sigue al equipo desde la grada «cuando me lo permiten el trabajo y el fútbol, porque trabajo a turnos y estoy con el Salinas de fútbol sala, que me exige menos que jugar en Tercera con el Praviano, donde estuve las últimas tres temporadas, pero aun así es un partido todos los fines de semana».

En casa de los Cayarga aplauden la vuelta de Berto, que «llevaba fuera de Asturias desde que fichó por el Racing en 2018, hace siete años. «Él está muy contento y la familia mucho más». Siempre que su vida personal se lo permita, Jorge estará cada quince días en el Suárez Puerta, para apoyar a su hermano y también a un Real Avilés al que le guarda mucho cariño. «La categoría es complicada, pero confío en que se haga un buen equipo y se pueda realizar un año ilusionante. El proyecto pinta muy bien».

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