«No prometo goles, pero sí esfuerzo y trabajo diario»

Natural de A Coruña y a sus 29 años de edad, se trata de un delantero muy codiciado en Segunda B, tras debutar hace varias temporadas con el Deportivo en Primera y hacerse un nombre en el fútbol austriaco, jugando en el Admira Wacker, uno de los mejores equipos de la Bundesliga.

Chus Bravo comenzó la presentación dándole la bienvenida tanto a la ciudad como al club y agradeciendo el haber apostado por el Real Avilés cuando «contaba con otras ofertas». Además, le deseó suerte y que mejorase «tanto en lo personal como en lo colectivo».

Cuestionado por su decisión de recalar en el conjunto blanquiazul, el gallego no ocultó que «en un primer momento buscaba algo fuera de España, ya que la situación del fútbol en nuestro país no es muy buena. Había estado fuera, la experiencia había sido positiva y esa fue mi primera intención. Después me salieron cosas por aquí, no tantas como dice Chus, pero me decidí por el Real Avilés por dos cuestiones».

La primera de ellas «es que la temporada pasada jugaron la fase de ascenso, y no de cualquier manera, sino después de realizar una segunda vuelta impecable, inmaculada. Luego en la fase lo hicieron muy bien y por un pequeño detalle no están hoy en Segunda División. La primera eliminatoria la pasaron con mucha solvencia y la segunda la pudieron dejar encarrilada en el primer partido. Nosotros en Leganés ya los dábamos como ascendidos».

La segunda es «la propuesta de juego que tiene el 'míster'. Me gusta lo que quiere, lo que nos pide a los jugadores y creo que el Avilés es un buen equipo para mí. Josu pide trabajo, sacrificio y eso es lo que soy yo. Además, Chus es un 'pesao', un 'desesperao' que buscó lo primero que había», bromeó, mientras el director general y deportivo blanquiazul no podía parar de reír.

Ya más en serio, agradeció y señaló como clave «el interés que mostraron por mí desde que se enteraron de que estaba en el mercado. Primero José Ramón -Valiño-, que fue el primero que me abordó, y luego José Luis Rodríguez y Chus Bravo, que estuvo detrás de mí hasta que firmé».

Rivera se encuentra muy a gusto en su nueva ciudad, la cual «se parece bastante a la mía -A Coruña-. Es importante para mí estar cerca de mi mujer y de mi hijo y Avilés ese requisito lo cumple. Además, yo soy una persona muy casera y no me gustan las ciudades grandes. He hablado con compañeros que han estado aquí y me han dicho que la ciudad es muy familiar y eso me gusta».

El delantero gallego no se quiere fijar una cifra de goles, reiterando que «yo lo que prometo es trabajo y sacrificio diario. Voy a darlo todo cada vez que salga al terreno de juego y creo que eso se pudo ver en Lugo. Yo venía de no entrenar, salía jugar y me daba igual aguantar veinte minutos. Yo sabía que esos veinte minutos iba a trabajar a tope».

Pese a las citadas características, Rivera llegó a marcar 19 goles en el Montañeros hace tres temporadas, si bien, siempre con humor, matizó que «ese año me equivoqué». De todas formas, los números le delatan, ya que en las otras dos temporadas marcó 9 y 11.

En cuanto a su adaptación con su compañero de ataque, Antonio Matas, Rivera piensa que «nos podemos complementar muy bien, porque somos muy diferentes. Yo soy más de ayudar en defensa, de sacrificarme, y él es más corpulento, peina bien el balón... Creo que ambos nos podemos aprovechar bien de las características del otro».

El gallego es ambicioso de cara a la presente temporada y ve un buen grupo, pero tiene claro que «repetir lo del año pasado va a ser difícil, pero seremos muy competitivos».