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Pablo Suárez en la pretemporada del verano pasado.
«Pienso en seguir en el Avilés y me gustaría que llegara la estabilidad a la institución»
REAL AVILÉS

«Pienso en seguir en el Avilés y me gustaría que llegara la estabilidad a la institución»

Pablo Suárez, el jugador más regular del equipo en su primer año como blanquiazul, espera cerrar su renovación a lo largo de la semana

NACHO GUTIÉRREZ

Lunes, 5 de junio 2017, 23:52

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El Real Avilés se encuentra en la tesitura de iniciar el diseño de su nuevo proyecto deportivo sin que la guerra entre la propiedad y la gestión se haya terminado, sin que el presidente esté por la labor de firmar lo que decida contratar IQ Finanzas. Mientras se está a la espera de que se resuelvan los frentes abiertos, el responsable deportivo del grupo gestor, José Luis Tamargo, quiere dar pasos en la confección de una plantilla en la que son diez los futbolistas que tienen contrato en vigor. A ellos se la ha unido un primer renovado de los que rendían compromiso, Matías, comprometido por dos años más. Otros, como Pablo Suárez, ya conoce la intención de Tamargo: «Hablamos en dos ocasiones, antes de jugar la fase de ascenso y tras la eliminación. En ambas me dijo que contaba conmigo para la próxima temporada y hemos quedado en hablar la semana que viene».

La de lateral derecho era la única posición sin recambio natural, pero no fue un problema porque Pablo Suárez venía avalado por sus años de rendimiento regular, uno de esos futbolistas que casi nunca se lesionan: «Creo que a nivel personal ha sido una buena temporada, pero me queda la espina de un final muy amargo, por el equipo y en lo personal por la lesión en el peor momento, en el 'play off' de ascenso. Por eso me llevo un sabor amargo, no poder participar en el partido más importante del año tras ser titular siempre fue injusto, no lo merecía, pero así es el deporte».

El futbolista de Carreño reconoce que su primera intención pasa por renovar su compromiso con el Avilés, aunque la inestabilidad en la institución le inquieta: «Hay que mirar un poco todo porque ahora hay un poco de revuelo por saber si va a seguir IQ Finanzas y lo de la posible demanda del máximo accionista del club. Esta temporada hemos pasado por dificultades con los impagos de los primeros meses, pero se resolvieron y el Real Avilés lo tiene todo para ser un equipo en el que quieres estar. Lo que de verdad me gustaría es que llegara la estabilidad a la institución», recalca con sinceridad el futbolista.

Se lo ha ganado

Pablo ha dicho que la próxima semana hablará con Tamargo, pero el pulso institucional amenaza con ir par largo: «Él quizás sepa decirme como están las cosas y una vez que hable con él valoraré la oferta económica que me haga y decidiré. Mi primera idea es seguir en el Avilés, pero hay que esperar». Por rendimiento, Pablo se ha ganado seguir y con aumento de sueldo porque se lo ha ganado en el campo: «Eso lo tienen que valorar ellos. Creo que he sido bastante regular a lo largo de la temporada en mi rendimiento, y tanto Pablo Lago como Paco Parreño contaron conmigo. Lo pongo todo en el campo y estoy contento con mi trabajo, salvo el final».

Tras rendir a satisfacción en el Marino de Luanco tanto en Segunda B como en Tercera, a Pablo no le faltarían ofertas en un momento de duda con el Avilés: «Nunca se sabe, creo que lo he hecho bien y si no es el Avilés confiaría en jugar en uno de los equipos punteros». La Segunda B está en Mieres y Villaviciosa, pero el de Carreño solo está pendiente de la oferta avilesina: «No me he planteado nada porque lo primero es escuchar a Tamargo. Valoraré todo lo que pueda llegarme y no me importaría volver a Segunda B, pero ahora mismo solo pienso en lo que me va a plantear el Avilés para continuar».

Un club complicado por las obligaciones y las intrigas, lejos de climas sociales más benignos como el de Luanco: «Es diferente porque el Marino es un club más familiar, pero en lo deportivo los dos equipos tienen la obligación de jugar por el ascenso y la responsabilidad es parecida. De todas formas es cierto que en el Avilés todo tiene más repercusión porque a nivel externo la presión es más grande porque también lo es la ciudad». Otros jugadores en su situación acusan el salto y fracasan, algo que no ha ocurrido en el caso de Pablo Suárez: «No ha sido una temporada fácil, precisamente, pero en el equipo lo hemos superado haciendo un grupo fuerte».

Con todos los problemas institucionales y deportivos por un cambio de entrenador cuando nadie lo esperaba, Pablo Suárez no se esconde y califica de «fracaso» la temporada del Avilés: «Totalmente un fracaso. Conocíamos la posibilidad de problemas a nivel de club, y también que pese a ello la exigencia es máxima, pero eso no es excusa. Nos pagaron a partir de diciembre sin un retraso, nos dieron lo que pedimos y aún en circunstancias que no son normales como el cambio de entrenador tan al final, al campo salen los jugadores, somos los que tenemos que ganar y no lo hicimos por lo que somos los primeros responsables».

Bien con Blas

Ya de vacaciones y solo a expensas de resolver su situación deportiva, Pablo Suárez espera sacarse la espina del Avilés la próxima temporada bajo los auspicios de un entrenador con el que acabó este ejercicio y al que ya tuvo en el Marino: «Sabe el nivel que puedo dar porque me conoce bien. En Luanco lo jugué todo con él, conozco la exigencia que le pone a su trabajo y me gustaría seguir a su lado».

Para Pablo es la primera vez que vive la amargura repetida en el Avilés de caer eliminado ante un rival en teoría inferior, algo que no acaba de compartir: «Todos los equipos que han llegado al 'play off' de ascenso es porque han hecho una buena temporada, y todos tienen las mismas posibilidades en una eliminatoria a doble partido. El Cristo es un buen equipo y jugó sus cartas mejor que nosotros, tanto en su campo como en el Suárez Puerta».

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