Un pequeño Suárez Puerta en La Magdalena

Unos 840 aficionados siguieron el partido del Real Avilés Industrial desde la pista interior del polideportivo de La Magdalena, donde el club instaló una pantalla para que los seguidores pudieran animar al equipo desde la distancia.

No quedó un asiento libre y varias decenas de personas se quedaron de pie, pero tan solo los que estaban en el centro y en las filas más cercanas lograron adivinar la trayectoria del balón. La pantalla era pequeña y las cámaras que grababan el partido en la localidad sevillana no eran ni tantas ni brindaban tan buenos zoom como las de Primera División, por eso la retransmisión del locutor fue fundamental para levantar los ánimos de los esforzados espectadores.

Hasta el minuto 18 hubo que esperar para que se escucharan los primeros aplausos tras un primer acercamiento del Avilés. Se saltó y se cantó el gol que no fue de Isi Ros y, ya al final de la primera parte, algunos entre quienes se había corrido la voz de que en un bar cercano estaban retransmitiendo el partido decidieron seguirlo desde allí.

No fue la opción para Yanire y su hija Sienna, que con cinco meses y ataviada con la camiseta del Real Avilés, posiblemente fuera la aficionada más joven de la grada.

Tampoco lo iba a ser para otros como Gabriel y Marcos, pero los fallos de la señal en la segunda parte, con cortes incluidos, les decidieron a dar por tirados los tres euros de la entrada. Quienes se quedaron dieron por bueno el empate a cero.

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