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Ascenso del Real Oviedo a Primera

La espera mereció la pena

El Carlos Tartiere se entregó al equipo como no se recuerda desde más de una hora antes de empezar el encuentro y hasta el final

Domingo, 22 de junio 2025, 00:15

La heroica ciudad no durmió la siesta, de hecho apenas durmió en toda la noche previa por los nervios del encuentro más especial en muchos años. Desde por la mañana se veían camisetas azules por todos los rincones de Oviedo. Se sentía en todos los rincones que era un día grande.

La banda de gaitas Ciudad de Oviedo interpretó primero el 'Asturias Patria Querida' y después el himno del equipo. Pero el momento de explosión fue cuando sonó por la megafonía el 'Volveremos', coincidiendo con la salida al campo del equipo.

Adrián Barbón y Alfredo Canteli dejaron a un lado el actual escenario político y unieron fuerzas para empujar en pos del mismo objetivo. Nadie se lo quiso perder, desde Fernando Alonso, hasta numeros jugadores de todas las épocas. Especialmente aplaudidos Esteban y Linares cuando salieron en los vídeo marcadores. También se dejaron ver por el Tartiere un oviedista de corazón como el Padre Ángel o el internacional español, el ala-pívot Juancho Hernangómez, acostumbrado a los ambientes hostiles del baloncesto griego.

Fuera todavía se respiraba el ambiente de un recibimiento único. Ni una baldosa de la calle de Alejandro Casona quedó sin pisar por un aficionado del Real Oviedo. Lágrimas de felicidad, tensión, de emoción... La euforia impregnaba a una hinchada que no dejaba de repetir eso de «ya nos toca». Detrás de esa frase mucho amargor por los episodios pasados, por los reveses que el destino le deparó a un club singular y a una afición única. En los alrededores de la plaza de América aparecían discretas vallas que presagiaban una fiesta de la que nadie quería hablar abiertamente para no «gafarlo» de antemano. La preparación para celebración era contenida.Eso si, los balcones y ventanas nunca lucieron tan azules con banderas, bufandas, globos o cualquier cosa que demostrara que allí moraba un oviedista. Se percibían en el ambiente el orgullo del equipo y las ganas de poner fin a 24 años lejos de la Primera División.

Los nervios iban en aumento con el paso de las horas. Los oviedistas que desembarcaron procedentes de distintos puntos de España, como la Peña Barcelona, que viajó toda la noche, compartían la misma sensación: todos unidos por un sentimiento. Padres y madres con hijos e hijas vestidos con la camiseta del equipo queriendo hacerlos partícipes de una jornada especial para los seguidores del club ovetense.

El momento cumbre antes de acceder al estadio fue el trayecto del autobús del equipo hacia el Carlos Tartiere, miles de personas se apretaban en las aceras para dar el último aplauso a los jugadores y dejarles claro que estaban dispuestos a rugir como les había pedido Paunovic, tras el enceuntro de la ida.

No se recuerda en la capital del Principado un recibimiento con tal cantidad de botes de humo azul y bengalas, en manos de pequeños y mayores que se dejaban la voz para alentar a unos futbolistas que devolvían el cariño con golpes en las lunas.

A la entrada del estadio, paseillo de la hinchada azul a los seguidores 'jabatos' muestra de señorío y respeto, poco habitual en el fútbol de hoy en día. El estadio era un volcán en erupción. La grada rugía en cada jugada, en cada falta. Fiel a su historial, el partido empezó cuesta arriba con un gol visitante que enmudeció durante breves segundos al público, que volvió la vida cuando el ídolo local transformaba el penalti que alumbraba el empate. La locura se desató cuando Chaira igualaba la eliminatoria al comienzo del segundo acto. El camino hacia el sueño empezaba a allanarse. Cualquier oviedista sabe que las cosas sencillas no son propias de este club. Una prórroga ponía más incertidumbre al partido y los corazones subían de pulsaciones. Sin margen de error solo quedaba aguantar y seguir comiéndose las uñas hasta que Portillo empotró a la media vuelta la felicidad de toda una ciudad y de una afición que ve toda la espera recompensada.

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