El Grupo Pachuca encara su primera gran crisis en el Real Oviedo
El ridículo copero en Ourense desnuda los problemas acumulados en esta temporada y ponen al Real Oviedo en una situación compleja
Cuando en el verano de 2022 el Grupo Carso anunció el traspaso de poder en el Real Oviedo al Grupo Pachuca, se abrieron ... muchos interrogantes entre los seguidores azules. El miedo a lo desconocido generaba incertidumbre. Jesús Martínez y el equipo de trabajo que desplazó a la capital del Principado fueron despejando las dudas y convirtiéndolas en certezas hasta conseguir el anhelado regreso a Primera División.
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Han pasado 129 días desde la final contra el Mirandés hasta la estrepitosa derrota el campo de O Couto y ese tiempo es suficiente para que los dirigentes aztecas enfrenten su primera gran crisis al frente del conjunto azul, que llega provocada por diferentes motivos.
Resultados deportivos
Da igual lo que digan los balances de la situación de un equipo de fútbol, el juicio final siempre le llega a través de las victorias, empates y derrotas que se den sobre el terreno de juego. El primer mal del Oviedo en la presente campaña es que su casillero de puntos solo tiene siete de los 30 disputados. Ahí arrancan todos los problemas. Si los azules viviesen en una zona más cómoda de la tabla, el resto de los problemas se verían atenuados.
Pero la realidad es que el conjunto azul ocupa puestos de descenso y da la sensación de que no todos estaban preparados para algo así. 24 años de espera para volver a la Primera División se hicieron muy largos y nadie quiere perder el estatus conseguido en junio, pero, hasta ahora, la situación pinta complicada.
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Confección de la plantilla
Consecuencia directa de los malos resultados es poner en duda la calidad de la plantilla. Veljko Paunovic y Luis Carrión han defendido el potencial del equipo. Cada uno a su manera y en su estilo, pero ambos se mostraron satisfechos con los mimbres puestos a su disposición. La actuación copera del equipo hace añicos esa teoría. El equipo inició el choque de O Couto con once jugadores diferentes a los que había jugado en Girona el pasado sábado, pero el rendimiento ofrecido fue paupérrimo.
Uno de los grandes problemas que tuvo la confección de la plantilla fue la gestión de las expectativas. El deseo de vender la ilusión, de contar con jugadores de prestigio contrastado, chocó con las limitaciones económicas del club, que terminó accediendo a lo que podía y eso trasladó cierto desencanto a los aficionados que ahora no creen posible luchar por la permanencia con los jugadores que hay y miran al mercado de invierno como tabla de salvación para cambiar la dinámica.
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Franctura social
A juicio de muchos oviedistas, mucho más grave que los resultados deportivos o la calidad de los jugadores es la fractura social que se ha provocado en el seno del oviedismo con el modo para despedir a Paunovic y, sobre todo, con la decisión de recuperar a Carrión, incluso en contra de un sector amplio de aficionados que no le perdonan las formas empleadas en su adiós al banquillo en el verano de 2024.
El ambiente en el estadio Carlos Tartiere ya quedo claro contra el Espanyol que no era igual al que se había generado en los encuentros precedentes. La reunión celebrada con representantes del Fondo Norte parecía llamada a aplacar los ánimos, pero el batacazo de la Copa vuelve a amenazar la estabilidad y siempre de dudas lo que pasará el lunes contra Osasuna.
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Mensaje de Jesús Martínez
La reciente visita de Jesús Martínez a la ciudad tampoco contribuyó mucho a mejorar la situación. El presidente del Grupo Pachuca ofreció una rueda de prensa en la que asumió en primera persona la marcha de Paunovic y el regreso de Carrión, lo que sonaba a un intento de descargar de presión al entrenador. Pero el ambicioso mensaje de halar de logros superiores a la permanencia ha hecho mucho daño a su figura y también a los profesionales deportivos.
La ambición nunca debe estar reñida con la prudencia y en este caso concreto alguien midió mal las consecuencias de hablar de objetivos europeos. Esas palabras pesan hoy mucho más cuando el equipo fue apeado de la Copa por el colista del grupo primero de Primera RFEF y que no había ganado ninguno de los partidos jugados hasta ahora.
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Liderazgo local
Con Jesús Martínez en México, los que están en Oviedo son los que deberán lidiar con la crisis sobre el terreno. Muchos ojos se dirigen a la figura del presidente, Martín Peláez. Él es sin duda la persona de máxima confianza de Pachuca y parece el destinado a tomar las riendas y tratar de reconducir la situación, otra cosa es la confianza que pueda haber entre los que le rodean.
El vicepresidente del consejo, Manuel Paredes, parece más una figura ornamental a sueldo del club que un referente para gestionar situaciones complejas y nadie espera que sea capaz de sumar en esta situación y, puertas a dentro de la entidad, son muchos los que prefieren que no intente ayudar.
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El director general, Agustín Lleida, recibió elogios por parte de Jesús Martínez y debería ser una de las piezas que dé un paso al frente como ejecutivo de la entidad.
Y Roberto Suárez ha quedado en un plano más alejado de estas cuestiones y no parece ser el indicado para salir a la palestra en este momento, aunque su papel puede ser clave en el reforzamiento de la plantilla, si le escuchan más de lo que han hecho hasta ahora, en lugar de otros asesores que viven muy lejos del club, como el caso de Rafael Monge.
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