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La mejoría del Real Oviedo solo valió para empatar
El cuadro azul sumó un punto ante el Osasuna en un partido en el que mostraron más fluidez en el juego y dispusieron de varias ocasiones claras, pero les faltó acierto en el remate
En un partido con mucho en juego y bastante presión, el Real Oviedo evidenció alguna mejoría, empezando por el dato que supone dejar la portería a cero. Los de Luis Carrión dispusieron de varias ocasiones, un par de ellas muy claras en las botas de Chaira y Fede Viñas. También Aarón tuvo que salvar al equipo con intervenciones decisivas. Entre las buenas noticias del encuentro estuvo el estreno del juvenil Pablo Agudín, que disputó los minutos finales.
La alineación solo presentó una novedad en relación con la de Girona, la entrada de Reina en sustitución del lesionado Ovie Ejaria. El gaditano ocupó la mediapunta, mientras que Fede Viñas se desplazó a la derecha en la mayor parte de las situaciones.
Real Oviedo
Aarón; Nacho Vidal, David Costas, David Carmo, Javi López (Rahim, min.85); Reina (Ilic, min.82), Dendoncker, Colombatto, Chaira (Hassan, min.69); Fede Viñas (Pablo Agudín, min.82) y Rondón.
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Osasuna
Sergio Herrera; Moncayola, Boyomo, Catena. Bretones; Lucas Torró (Íker Muñoz, min.18); Rubén García (Aimar, min.69); Moi Gómez (Kike Barja, min.85), Víctor; Raúl García y Budimir (Herrando, min.85).
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Árbitro: José Luis Guzmán, del Comité Andaluz. Mostró tarjetas amarillas a Colombatto, Nacho Vidal y David Carmo, por parte de los locales y al visitante Catena.
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Asistencia: 23.795 espectadores.
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Incidencias: 11 grados a la hora de inicio del encuentro. Terreno de juego en buenas condiciones. David Costas y Sergio Herrera fueron los capitanes.
No se había cumplido el segundo minuto de partido cuando Chaira se quedó solo ante Sergio Herrera, pero mandó el balón al cuerpo del portero. Era una declaración de intenciones de un equipo que salió valiente y dispuesto a tomar la iniciativa.
Poco después llegó otra ocasión para Rondón, pero estaba en fuera de juego. Los ovetenses sacaban el balón con mucha facilidad y llegaban bien por la izquierda con Chaira. El ritmo local se vio frenado por las interrupciones después de los golpes de Nacho Vidal y Torró, que se retiró lesionado a los 18 minutos.
El encuentro entró en una fase de 'centrocampismo' e imprecisiones en la que ninguno de los dos equipos tenía el control. Había más intensidad que precisión y eso se traducía en ausencia de llegadas al área.
En esa situación, los visitantes crearon más peligro a través del balón parado. Una falta lateral la cabeceó Budimir, pero Aarón respondió con una mano providencial. El portero oviedista seguía demostrando que es el mejor de los suyos esta temporada y aparece cuando se le necesita. Poco después fue más fácil para él detener un remate de Víctor Muñoz, tras un centro del exoviedista Bretones.
En el tramo final de la primera mitad, Osasuna volvió a hacer algo que es habitual en los rivales de los azules, con poco generaron varias situaciones de peligro. Hasta cuatro intervenciones tuvo que realizar Aarón, mientras que Sergio Herrera solo tuvo que trabajar a los dos minutos y luego le bastó con estar atento a algún centro.
Tras el descanso los ovetenses controlaron algo más a Osasuna, ajustando mejor la presión y con alguna arrancada siempre por la izquierda. En la derecha Nacho Vidal no era capaz de aprovechar el espacio que le abría Fede Viñas al irse al centro. El uruguayo tuvo una buena oportunidad, pero optó por recortar en vez de disparar.
El paso de los minutos hizo que el partido se fuera quitando el corsé a medida que las fuerzas empezaban a flaquear. En ese intercambio de golpes Fede Viñas tuvo una ocasión clara en un centro de Javi López, pero el uruguayo mandó por encima del larguero al borde del área pequeña con su marcador muy cerca.
Carrión quiso meter más pólvora arriba, primero con Hassan y luego con Ilic y el canterano Pablo Agudín, que se estrenaba en la liga. Lisci era más conservador con los cambios y parecía tener más miedo a perder.
Al final, el marcador no se movió por la falta de puntería de los locales y el acierto de su portero en momentos puntuales del partido.