Prohibido mirar la clasificación

Uno de los ejemplos más claros de que desde dentro no se mira a la tabla lo dio el pasado domingo el defensa Christian Fernández, cuando al ser preguntado por la importancia que le daban al puesto en la clasificación respondió con un contundente «ninguna».

No obstante, nadie en el club niega lo obvio, que es que se prefiere estar en la zona alta que en la baja. En especial por lo que supone de confianza para el equipo. En este sentido, el técnico se había dado de margen hasta diciembre o enero para que se viera el equipo que él quiere y no oculta que prefiere llegar a ese momento en la zona noble.

Sin embargo, no en todos los clubes está sucediendo lo mismo, ya que antes de cumplirse tres meses de competición han caído cuatro entrenadores. Tres de ellos en alguno de los equipos llamados a estar en la pelea por el ascenso. Entre los cuatro equipos que han cambiado de técnico están dos recién descendidos: el Getafe, en el que José Bordalás ha sustituido a Juan Eduardo Esnáider y el Rayo Vallecano, que ayer anunció a Rubén Baraja como sustituto de José Ramón Sandoval. Tampoco han tenido paciencia en el Zaragoza, otro de los clubes con la urgencia del ascenso, donde Raúl Agné sustituyó a Luis Milla hace un par de jornadas.

El otro equipo que ha cambiado de técnico es el Alcorcón, el penúltimo en la tabla, y en el que Cosmín Contra solo aguantó nueve jornadas. Julio Velázquez fue su sustituto.

El Levante, líder destacado

Uno de los datos más relevantes de la clasificación hasta ahora es que solo el Levante ha logrado despegarse en la cabeza de la tabla y, después de trece jornadas, aventaja a su grupo perseguidor, en el que están el Oviedo, Sevilla Atlético y Reus en diez puntos. El conjunto que entrena el asturiano Juan Ramón López Muñiz y que visitará el Carlos Tartiere el próximo día 19, está mostrándose intratable. Los valencianos han logrado a estas alturas de la competición la mayor diferencia de puntos de la historia con el segundo, desde que las victorias valen tres puntos.

Precisamente, esos mismos diez puntos son los que tiene de desventaja el último clasificado, el Gimnástic, con el grupo del segundo, en el que se encuentra ahora el Real Oviedo.

Otro dato para medir la igualdad es que el Almería, el último de los equipos que ocupan la zona de descenso, está a cuatro puntos del 'play off' y a solo seis -dos victorias- del ascenso directo.

La igualdad en la tabla confiere mayor importancia a cada encuentro, ya que todos los equipos pueden considerarse casi como un rival directo.

Un ejemplo claro de ello es que el conjunto ovetense se enfrenta el sábado al Huesca, que es octavo, y en caso de victoria de los oscenses adelantarían en la clasificación a los azules.

El siguiente encuentro de los azules será una buena piedra de toque para medir el potencial del conjunto ovetense, ya que vistará el Carlos Tartiere el Levante, que solo ha cedido hasta el momento una derrota y tres empates.

Posteriormente, los de Fernando Hierro visitarán a uno de los equipos que ahora ocupan plaza de descenso, el Alcorcón que tampoco con Julio Velázquez en el banquillo acaba de despegar.

El calendario ha deparado a los ovetenses recibir porteriormente al actual colista, el Gimnástic, un equipo que conoce la categoría y parece que está comenzando a mejorar.

Los rivales que le restarían al conjunto azul para concluir la primera vuelta de la liga son el Zaragoza y Córdoba, antes del parón de navidad, para acabar con el Sevilla Atlético y Elche.

En definitiva, el mensaje del conjunto ovetense es el que ya hiciera famoso Luis Aragonés: los campeonatos se deciden en las últimas diez jornadas. Por ello, se trata de llegar a ellas en condiciones de pelear por los objetivos que se tengan marcados. Por el momento, los azules, que no se han marcado otro objetivo que el de seguir creciendo como club, están en la zona noble de la tabla.