Las primeras pinceladas de Bolo

El nuevo técnico azul dirigió la pasada semana cinco sesiones de entrenamiento que no pasaron de ser una primera toma de contacto con los jugadores, en las que dejó claro que los objetivos eran ir conociendo a los futbolistas en el plano personal y empezar a sentar las bases del proyecto en cuanto a forma de trabajar y el funcionamiento interno.

Formar un grupo unido y homogéneo es una de las premisas del técnico bilbaíno, tal y como explicó en la rueda de prensa que ofreció el pasado viernes, en la que se mostró satisfecho con las sensaciones que percibió por parte de los jugadores.

El que sí dio alguna pista más sobre la importancia de los partidos de pretemporada fue el preparador físico, Pablo Santis Mandiola, que habló tras el primer día de entrenamientos. Para el nuevo responsable de la parcela física del conjunto ovetense, que llega procedente de la Ponferradina, en la que ya trabajaba con Bolo, «los amistosos son cruciales».

A la hora de explicar el modelo de trabajo del equipo, en concreto a lo largo de la pretemporada, Pablo Santis afirmó que para el cuerpo técnico «no hay nada que te prepare mejor para la competición que los partidos». Sin embargo, por tratarse de la pretemporada, insistió en la importancia de administrar los esfuerzos de los jugadores para evitar contratiempos en forma de lesiones. Por eso hizo hincapié en que «hay que tener mucho cuidado con el número de minutos, sobre todo al principio». «Conforme vayan cogiéndolos, para nosotros es fundamental», puntualizó.

El preparador físico azul entiende que los partidos amistosos «es lo que más te demanda a nivel condicional» y eso permite al resto del cuerpo técnico, que está compuesto por Pablo Lago, como segundo entrenador y Asier Díez, como analista, sacar conclusiones y adaptar el resto del trabajo a las necesidades que vayan detectando.

Lo que se espera ver en los dos primeros ensayos es lo que prometió el técnico en su presentación: un equipo valiente. La traducción de eso en el campo es un conjunto que ejerza presión alta sobre el rival, con el objeto de no dejarlo progresar y robar el balón en zonas del campo que permitan transiciones rápidas, con solo un par de pases.

En cuanto al sistema, por lo que se vio en Ponferrada, la apuesta inicial de Bolo será el 1-4-4-2. No obstante, dependerá de la disponibilidad de jugadores y las características de los rivales. En algunas ocasiones sacrificó un delantero por un mediapunta que ocupe zonas intermedias del ataque.

Lo que también ha dejado claro en sus primeras ruedas de prensa es que quiere laterales profundos, que además de las tareas defensivas sean capaces de llegar a la línea de fondo y poner buenos centros al área. Para ello, Bolo suele utilizar extremos, en muchas ocasiones a pierna cambiada, que ocupen zonas por dentro y así puedan dejar más espacios en las bandas para las incorporaciones de los laterales.

También se vio esta semana en los primeros ensayos que, cuando el rival tiene el balón y no hay opciones claras de robo, apuesta por un repliegue ordenado para ejercer una presión más coordinada sobre el rival en el campo propio. En el ataque su idea es tener un delantero de referencia, en este caso sería Borja Bastón, mientras que el segundo tendría más movilidad y la misión de atacar los espacios para generar ocasiones de gol.

Esta semana están previstas siete sesiones, incluidos los dos partidos, con doble el miércoles y descanso el domingo.