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Ramón Julio García y CON LA COLABORACIÓN DE MARCOS GARCÍA, EDUARDO MUÑOZ Y JOSÉ ÁNGEL MANGAS
Oviedo
Lunes, 24 de mayo 2021, 20:03
En su travesía hacia el centenario, que se cumplirá en un lustro, el Real Oviedo ha vivido un sinfín de altibajos, deportivos, económicos y sociales, pero hay algo que ha permanecido invariable a través de los años, la fidelidad de la afición y la identificación con uno de los emblemas de la ciudad. En casi un siglo de historia el club pasó de pelear por títulos de liga en Primera o clasificarse para la Copa de la UEFA a jugar en campos de Tercera. Sin embargo, nada de eso tuvo una gran repercusión de su masa social que se mantuvo mucho más fiel en los peores momentos. El club nacido de la fusión de dos equipos antagónicos de la ciudad, aglutinó desde el 26 de marzo de 1926 un sentimiento incondicional que nunca dependió de los logros deportivos. Los oviedistas se conforman, que no es poco, con
Espectacular remate de Isidro Lángara, considerado como uno de los mejores delanteros de la historia del fútbol español
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el «orgullo, valor y garra» que figura en el himno de la entidad.La historia azul es, en especial en las dos últimas décadas, la de una lucha por la supervivencia. Al borde de la desaparición en un par de ocasiones fue salvado por los aficionados que mostraron una lealtad que muchas veces desafió las leyes de la lógica. Pionero de la globalización del accionariado, la historia de la ampliación de capital de 2012 recorrió el mundo. En esta publicación se trata de repasar algunos de los momentos y protagonistas más relevantes de la historia del club desde su fundación hasta la actualidad.
Real Stadium Club Ovetense, el primer equipo de Oviedo en ser campeón de Asturias en 1925
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El origen del fútbol en Oviedo se puede fechar en diciembre de 1901, cuando nacía la Unión Escolar Ovetense, una asociación de carácter cultural. El retorno de estudiantes ovetenses, como Pedro Rubín que había estudiado en Hampstead (Inglaterra), impulsó el nacimiento del primer club de la ciudad, en 1903. Se trataba del Foot-ball Club Ovetense. Los partidos se jugaban en el Campo de Maniobras y se recuerda como uno de los primeros, el 4 de abril de 1903, el enfrentamiento de dos ´teams´ del club. También conocido como Oviedo Foot-ball Club, fue el primero en salir de Oviedo a jugar. El goteo de nacimiento de clubes y cambios de nombres fue constante y se fueron sucediendo. Algunos fueron: Sporting Ovetense (1905), Oviedo Sportivo (1906), Sport Club Ovetense (1907), Victoria Sport Club (1909), un nuevo Oviedo Foot-ball Club (1911), Unión Sportiva Ovetense (1912), Club Fortuna Ovetense (1913) o Español F. C. (1913). En 1914 aparece en escena el Stadium Club Ovetense, un pequeño y modesto club, poco más que un grupo de amigos, que jugaban en el prau del Hospicio. Un año ve la luz el Club Deportivo Ovetense, relevo del Sport Club Ovetense.
El Oviedo Football Club de 1903, fue el primer equipo con cierta relevancia en la ciudad
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El Stadium Club Ovetense comienza en 1916 a disputar el campeonato regional y dos años después recibe el título de Real. Sin embargo, unas discrepancias en la directiva provocan una escisión y los 'disidentes' forman el Club Deportivo de Oviedo, en 1919. Al frente del proyecto estaba José Tartiere Lenegre, que sería su primer presidente. Pese al poderío del nuevo club, las simpatías de los ovetenses seguían siendo para el Real Stadium Club Ovetense. La rivalidad entre ambos clubes fue encarnizada. El Real Stadium Club Ovetense logró el título de Campeón de Asturias en 1925 lo que le permitió representar por primera vez a la ciudad en los campeonatos de España. Mientras el Club Deportivo de Oviedo, pasaba horas bajas, aunque conservaba buenos jugadores, la mayoría locales. Se llegó a disputar algún encuentro con un combinado de ambos conjuntos. La idea de unir fuerzas en un proyecto más importante, bajo el lema '¡Frente único! ¡Todo para Oviedo y por Oviedo!' fue haciendo que los contactos entre los dirigentes de ambos clubes fueran produciéndose hasta culminar el 26 de marzo de 1926. Así nació el Oviedo Football Club.
La alineación del primer partido del Real Oviedo disputado el 1 de mayo de 1926 ante el Arenas de Guecho
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El actual Real Oviedo inicia la competición oficial participando el Campeonato Regional de Asturias en la 1926-27. Estaba encuadrado en la Primera Categoría, formada por ocho equipos.El equipo azul debutó en una competición oficial el 17 de octubre de 1926, enfrentándose en Teatinos al Racing de Sama. Ese primer partido se saldó con una goleada, 8-2. El equipo azul era dirigido por el técnico inglés Mr. Pentland. El primer once de la historia del club fue el formado por: Óscar, Mariscal, Trucha, Justo, Abdón, Mieres, Lorences, Avilesu, Zabala, Barril y Servando. Rogelio Barril marcó el primer gol de la entidad. En su primera competición oficial, el conjunto ovetense finalizó tercero. El balance como local fue bueno, incluyendo varias goleadas, pero lejos del campo de Teatinos, los resultados no acompañaban. En los años siguientes se proclamó cinco veces campeón. Paralelamente se produjo el nacimiento de la Liga española. El Real Oviedo tuvo que disputar un torneo de clasificación para entrar en Primera. En la eliminatoria preliminar, jugada en el campo bilbaíno de San Mamés, se enfrentó al Iberia con resultado de empate a dos goles. Eso obligó a tener que jugar un desempate al día siguiente en el mismo escenario. Los azules se impusieron 4-1 y pasaron a los cuartos de final, donde se encontraron con el Betis. En el encuentro disputado en el campo de Mestalla se impusieron los andaluces por 1-0 en la prórroga y eso mandó a los ovetenses a Segunda División. El primer encuentro del conjunto ovetense en el campeonato nacional también fue en Mestalla, ante el Valencia. El encuentro se jugó el 17 de febrero de 1929, con derrota por 4-2. Para la historia queda que, el que después fuera presidente del conjunto azul José María Velasco 'Chuché' fue el autor del primer gol del Real Oviedo en el Campeonato de Liga.
La formación del conjunto ovetense el 5 de octubre de 1930 en el campo de Teatinos
Primera alineación del Real Oviedo en competición oficial, el 17 de octubre de 1926. Fue ante el Racing de Sama y acabó con victoria por 8-2 de los azules
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El mejor jugador de la historia del Real Oviedo, Isidro Lángara, nació en 1912 en Pasajes Ancho (Guipúzcoa), y fue uno de los mejores del mundo en su época. A los 18 años jugaba en el Tolosa y lo compaginaba con su trabajo en una fábrica textil propiedad de la familia Subijana. El hijo del propietario de la fábrica donde trabajaba, aprovechó un viaje para hablar del jugador con el directivo oviedista Luis Botas. Eso propició el viaje a tierras vascas de otro directivo, José Escotet, que negoció la incorporación del jugador, que llegó a Oviedo a principios de diciembre de 1930. El delantero se presentó en Teatinos y le prestaron unas botas para que el entrenador irlandés Patrick O'Connell le realizara una prueba. Bajo los palos estaba el ídolo local Óscar Álvarez y en el primer remate de un balón que le venía a media altura, lo empalmó con gran virulencia estrellándolo contra el larguero ante el asombro de los presentes. El segundo trallazo acabó en la red de la portería. Cuando repelió con los puños el tercer disparo, se sopló los dedos. O'Connell sentenció ese mismo día que «señores, es como quien se encuentra con una mina de oro» y decidió que debutaría siguiente domingo frente el Athletic de Madrid. Hora y media más tarde estampaba su firma por el conjunto azul. La operación rondó las 11.000 pesetas, con el pago de 3.000 al Tolosa y 4.000 al jugador. En el estreno contra los colchoneros, el 7 de diciembre, se impusieron los azules, 4-1, con dos goles de Lángara.
Isidro Lángara intenta rematar en un partido ante el Real Madrid el 22 de septiembre de 1946
La formación del Real Oviedo, con Lángara a la formación, en un partido del Campeonato regional disputado en el campo de La campona de Gijón el 13 de septiembre de 1931
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Fue declarado mejor goleador nacional de todos los tiempos, único español que aparece en la clasificación mundial de la Federación Internacional de Historia y Estadística. Anotó 257 en 144 encuentros.
La Delantera Eléctrica estaba formada en la 32-33 por Casuco, Gallart, Lángara, Galé e Inciarte. Fue clave para lograr el primer ascenso carbayón a Primera. Era una época en la que se jugaba con cinco delanteros y las goleadas eran habituales en Buenavista. Fue cuando se acuñó el término de Jorobu para designar el número 5 del marcador, por la 'chepa' que presentaba la tablilla. Por la derecha jugaba Casuco, un asturiano de gran rapidez que llegó al Oviedo una temporada antes del Stadium Avilesino. Formaba pareja con Gallart, que llegó al conjunto azul junto con Tonijuán, pese a que el que se quería fichar era Sastre. A ellos se les unió mediada la temporada 1930/31, Isidro Lángara. También estaba Galé que, con 17 años, jugaba en el Stadium Avilesino y fue fichado por el Real Madrid, para regresar y acabar en el conjunto ovetense. Completaba el ataque, como extremo izquierda, Inciarte. Esa delantera firmó 58 goles en 18 jornadas en 2ª. División, que fueron básicos para lograr el ascenso. Ya en la división de honor se retocaría el ala izquierda y se alcanzarían cotas más destacadas, hasta el punto de que sería la segunda Delantera Eléctrica, la más recordada. Casuco, Gallart y Lángara estaban en el mejor momento de sus vidas deportivas y llegó como complemento Herrerita, para jugar por la izquierda por Inciarte. Lángara era también indiscutible en el equipo nacional, y fue mundialista en Italia en 1934. El máximo goleador de la categoría en esas tres primeras campañas del club en 1ª división marcó unos registros difíciles de igualar: 80 goles en 61 partidos de Liga. Con la selección, 17 goles en 12 actuaciones. En tres temporadas en Primera anotaron 174 goles en 62 partidos. El 12 de enero de 1936 jugarían los 5 juntos por última vez. La Guerra Civil haría que el conjunto azul perdiese el gran potencial, pero todavía surgiría una tercera delantera eléctrica que sólo mantenía el ala izquierda, tras la vuelta de Herrerita y Emilín de su cesión en el Barcelona. Lángara estaba en Argentina jugando en el San Lorenzo de Almagro, Casuco había fallecido y Gallart era ya un veterano que vivía sus últimos años como futbolista. Por la derecha irrumpiría con fuerza Antón y su compañero en esa banda iba a ser el mierense Goyín, mientras que Echevarría era el delantero centro.
La Delantera Eléctrica el 15 de enero de 1933 en el estadio Metropolitano. Año de ascenso
Los cinco componentes de la Delantera Eléctrica, agachados de izquierda a derecha: Casuco, Gallart, Inciarte, Lángara y Gale el 12 de junio de 1932
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Un domingo 19 de marzo de 1933 el Real Oviedo abordaba su segundo asalto consecutivo al ascenso, tras haberlo perdido la temporada anterior con una derrota ante el Betis en Sevilla. En esta ocasión el rival era el Athletic de Madrid (ahora Atlético), que a falta de dos jornadas llegaba dos puntos por detrás de los ovetenses y con el golaveraje encarrilado tras haberse impuesto 3-0 en la primera vuelta.
Los ánimos antes del encuentro estaban caldeados, primero por el polémico arbitraje de la primera vuelta y luego porque los madrileños, que habían descendido tres temporadas antes, viajaron el sábado en tren y pernoctaron en Gijón. Un campo lleno hasta la bandera recibió a los colchoneros con una sonara pita. La alineación de los azules fue la formada por: Óscar, Calichi, Sión, Mugarra, Sirio, Chus, Casuco, Gallart, Lángara, Galé e Inciarte. La primera ´delantera eléctrica´ dio cuenta de los colchoneros con una goleada que abrió Galé, con los dos primeros tantos, seguido por los de Chus, Inciarte y Casuco. Al final, los azules vencieron 5-1 y lograron el ascenso. Ese día Lángara no acudió a su cita con el gol.
La alineación del Real Oviedo el día que logró su primer ascenso a la máxima categoría, el 19 de marzo de 1932, tras ganar 5-1 al Atlético de Madrid
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La celebración del ascenso se vivió en toda la ciudad, pero en especial en el estadio de Buenavista, donde tuvo lugar una comida para festejar el paso a la máxima categoría del fútbol profesional. Una anécdota tras el ascenso es que el entrenador, Tonijuán, comentó tras el partido que «ésto ha sido lo fácil, lo difícil comienza ahora y como yo no estoy capacitado para dirigir a un gran equipo, me voy; he cumplido una misión como deportista y ahora me debo a mi familia» y dejó el club.
El equipo que debutó en Primera División el 5 de noviembre de 1933, ganando 7-3 al Barcelona, con tres goles de Lángara, dos de Herrerita y los otros dos de Gallart y Mugarra
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Tras la creación del Campeonato de Liga, el fútbol caminaba hacia el profesionalismo, aunque no sin voces que se levantaban contra la mercantilización de este deporte. No estaba entre ellos Carlos Tartiere, que pronto comenzó a profesionalizar la situación de los jugadores y realizar fichajes para potenciar el equipo. En el Sporting despuntaba un joven, de 16 años, apodado 'Herrerita', para evitar la coincidencia con su hermano mayor Ramón Herrera, figura de los rojiblancos. Las buenas actuaciones de esta promesa en Buenavista hicieron que Carlos Tartiere se fijase en él y tratara de ficharlo. El Sporting trató de blindarlo, ofreciéndole un contrato profesional como nunca había hecho, que consistía en 15.000 pesetas, a pagar a plazos, o el traspaso del bar conocido como 'Los Doce'. La operación no se cerró y el conjunto ovetense pasó a la acción. Carlos Tartiere organizó una reunión en Oviedo para hacer una oferta. Asistió por parte del club el secretario Calixto Marqués, mientras que Herrerita acudió acompañado de su hermano Manuel. La oferta inicial por parte del club fue de 20.000 pesetas, como ficha, y 750 de sueldo mensual. El hermano del jugador pidió 30.000 pesetas de ficha y un sueldo de 1.000. Solo Ricardo Zamora se movía en cantidades superiores. Calixto Marqués les emplazó a la tarde para dar una respuesta y se aceptó la ficha de 30.000 pesetas, manteniendo el sueldo en 750. Herrerita y su hermano volvieron a Oviedo en un taxi y firmaron el contrato que le vincularía al conjunto azul, en medio de un gran revuelo mediático. Era el 30 de julio de 1933, Herrerita tenía 19 años recién cumplidos y al final terminaría siendo considerado durante mucho tiempo el mejor jugador asturiano de la historia.
El 30 de marzo de 1952 se disputó en el estadio de Buenavista el partido homenaje a Herrerita, ante el Atlético de Madrid
El primer partido de Herrerita con la camiseta azul, el día 3 de septiembre de 1933, con un 10-0 al Club Gijón
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La irrupción del Real Oviedo en la máxima categoría fue portentosa, exhibiendo una capacidad goleadora demoledora, aunque defensivamente el equipo bajaba y eso le impidió alzarse con algún campeonato. Los carbayones fueron sextos en la Liga de la temporada 33-34 y terceros en las dos siguientes, con el equipo siendo máximo goleador de la Liga 35-36. La Guerra Civil frustró las opciones de alzarse con un título en la siguiente. En la 35-36, el equipo acabó a tres puntos del campeón Athetic de Bilbao. El conjunto azul contaba con Lángara, indiscutible en una selección a la que también acudieron otros oviedistas como Herrerita, Soladrero o Casuco. Además de la buena marcha en la Liga, el equipo logró por primera vez meterse en las semifinales de la Copa de España, en la temporada 1933-34. Los azules quedaron emparejados con el Valencia. Los azules llegaron a ponerse 0-2, con goles de Lángara y Casuco, con la sensación de que podían dejar sentenciado el pase a la final. El equipo valenciano acabó empatando en los minutos finales. Sin embargo, los azules seguían siendo favoritos. En la liga se habían impuesto 7-0 a los valencianistas. Sin embargo, el entrenador Emilio Sampere optó por reservar efectivos, pensando en la final, además de una mala entrada en el campo, tras subirse el precio de las localidades a cinco pesetas, una más de lo habitual, contribuyeron al desastre. Los ovetenses cayeron 1-3 y perdieron las opciones que tenían de jugar una final de Copa. La directiva carbayona instó al equipo, según contaron luego los protagonistas, a no dejar sentenciada la eliminatoria para propiciar una mejor taquilla en la vuelta, lo que al final se pagó con la eliminación.
La alineación tipo del mejor Real Oviedo de la historia. De izquierda a drecha: Gallart, Casuco, Herrerita, Castro, Emilín, Laviada, Óscar, Sirio y Caliche. Abajo: Pena y Lángara
La Eléctrica golea al Sporting el 18 de noviembre de 1934 y consigue el Campeonato Regional
El 17 de febrero de 1935 el Bilbao (campeón de liga) cae derrotado, por primera vez en Buenavista por la Eléctrica
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El Stadium de Buenavista albergó su último partido antes de que estallara la Guerra Civil el 17 de mayo de 1936. Fue en Copa ante el Osasuna, con victoria azul 5-4. El conflicto provocó la devastación del Stadium, que había sido inaugurado cuatro años antes. Estaba ubicado en la zona llamada Cuidad Jardín, lugar de operaciones militares en Oviedo. Las gradas fueron totalmente destruidas y en el terreno de juego había una enorme trinchera, sembrada de explosivos entre el 19 de julio y el 21 de octubre de 1936. La famosa Torre Marathón, uno de los emblemas del Stadium, fue derribada por un obús. El campo no estaba destruido, ya que la grada de General y el armazón de la Tribuna seguían en pie. El ingeniero Sánchez del Río fue el encargado de redactar un proyecto de reconstrucción que estimaba un coste de las obras de 250.000 pesetas. El proyecto pretendía levantar la torre del marcador, en la tribuna de Preferencia se cambiarían los asientos de madera por cemento y se acometería el drenaje del campo. La Sociedad Anónima del Stadium solicitó un crédito a la Junta de Regiones Devastadas y el 15 de septiembre de 1941 el club recibía el envió de 250.000 pesetas para las obras. Los componentes de la plantilla del Oviedo durante el periodo bélico corrieron suertes diferentes, mientras Lángara se fue al extranjero con la selección de Euskadi otros se fueron al frente bélico llegando a perder la vida casos de Galé, Casuco o Chus. Ante la destrucción del estadio, la directiva, presidida por Carlos Tartiere, solicitaba el 7 de agosto de 1939, a la Federación Española la excedencia para la temporada 39-40. La solicitud fue atendida y se dispensaba al club de jugar competiciones oficiales la temporada 39-40, sin pérdida de derechos, que serán reservados para la temporada siguiente 40-41. También autorizaba a sus jugadores a inscribirse por otro club en la temporada 39-40. Fueron los casos de Herrerita, Emilin y Riera, que jugaron en el Barcelona, Antón y Soladrero, en el Zaragoza o Florenza, en el Osasuna.
El Stadium de Buenavista con la grada destrozada por los efectos de la guerra
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El Real Oviedo que volvió a la competición tras la Guerra Civil lo hizo con numerosas bajas. Chus y Casuco habían perdido la vida; Lángara, Castro, Sirio y Laviada no habían regresado, y otros futbolistas como Gallart ya acusaban la edad. Con Óscar Álvarez retirado, el equipo se iba a sostener sobre las figuras de Herrerita y Emilín, tras Carlos Tartiere a su traspaso al Barcelona, aduciendo que su equipo compraba, no vendía. También volvieron Pena, Antón y Soladrero, se completó la plantilla con jugadores asturianos procedentes del campeonato regional, como: Cheno, Victorero, Menéndez, Pedrín, Campanal, Leixo, Canor, Olay o David. La temporada 1940-41 se logró la permanencia con muchas dificultades y más aún en la siguiente, cuando se tuvo que jugar la fase de promoción para lograrla. Las penurias de estos años hicieron que hasta Herrerita ejerciese como entrenador-jugador. Para la promoción se contrató a Manuel Meana, que estaría 5 temporadas en el banquillo, tras salvar la categoría imponiéndose 3-1 al Sabadell. Tras ese curso, el club retomó su política de fichajes y volvió a los puestos de honor en Primera. En el resto de la década de los cuarenta, se firmarían 2 cuartos puestos, 2 quintos y un sexto, una nueva semifinal copera y hasta aparecería una tercera Delantera Eléctrica. Las tardes de grandes goleadas volvieron a Buenavista pero también a domicilio. A pesar de los buenos resultados, la figura de Lángara estaba siempre presente y se soñaba con su regreso. Se ficharon varios delanteros como Chas, Echevarría o Cabido. Se decía que el delantero ideal sería el que tuviese la cabeza de Chas y los pies de Echevarría. Cuando Lángara retornó de América en 1946, a los azules les sobraban los delanteros, teniendo que ceder a Chas y a Cabido.
El equipo azul posa en Buenavista antes de enfrentarse al Sevilla, el 6 de octubre de 1940
El 11 de enero de 1942, el conjunto carbayón se imponía en Vallecas al Atlético de Madrid 0-2, con goles de Goyín y Antón
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Como si de una maldición se tratara, cuando se rompió la pareja formada por Herrerita y Emilín, el Real Oviedo descendió a Segunda. Fue la campaña 1949-50, la primera sin Emilín. Una temporada calamitosa sólo 4 victorias mandó al equipo a la Segunda que no pisaba desde 1933. Se acordó una ampliación en Primera, de 14 a 16 equipos, y los azules tuvieron la posibilidad de mantenerse para lo que jugaron una promoción ante el Murcia, que militaba en Segunda. El partido se jugó el 2 de julio de 1950, en el Metropolitano madrileño, con el público más pendiente del triunfo de España sobre Inglaterra en el Mundial de Brasil. Los ovetenses eran favoritos. Herrerita había jugado solo dos 2 partidos en la temporada, por una hernia inguinal de la que había sido intervenido. Sin estar recuperado, jugó como delantero centro. Tras estrellar un balón en el poste, no tuvo más remedio que retirarse a los 15 minutos. Con uno menos, Antón sufrió una dura entrada que lo dejó renqueante para el resto del partido y el Murcia ganó por 2-0, consumando el descenso del equipo carbayón. Pocos días después del batacazo deportivo llegaría el personal, cuando el 31 de julio fallecía en su residencia de Somió, víctima de la leucemia, Carlos Tartiere, presidente de la entidad desde su fundación. Hijo de José Tartiere Lenegre, el gran empresario de la Asturias de principios del siglo XX, llevó al equipo a la máxima categoría.
Carlos Tartiere, primer presidente del conjunto azul, en el palco de Buenavista durante un partido en 1940
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Ejerció como un mecenas para la entidad, ya que los ejercicios concluían con sucesivos déficits que eran cubiertos por los directivos, siendo Carlos Tartiere quien más dinero aportaba para cuadrar las cuentas. Así se pudo competir durante todo su mandato con los mejores, rechazando las ofertas que se recibían por las figuras del equipo. La manifestación de duelo por su fallecimiento sería enorme, y con su ausencia en la entidad comenzaron las dificultades que no se conocieron en 25 años. Así llegó el primer traspaso del club. El 29 de enero de 1952, en plena competición, saltaba la noticia de que la directiva oviedista había aceptado la oferta de UD Las Palmas para hacerse con los servicios de Luis Alberto Rojo Parajón, una joven promesa surgida desde la cantera. Sería el primero de muchos, junto a medidas como tener que recurrir a cesiones de jugadores o a la venta del campo al Ayuntamiento.
Una de las alineaciones del conjunto azul, con jugadores tan emblemáticos como Toni, Marigil, Iguarán, Sánchez Lage o José María
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La década de los cincuenta fue bastante irregular, después de fracasar en dos promociones de ascenso, en la campaña 1957-58 se logró volver a Primera, donde el equipo estuvo siete cursos, con alguno bueno y siendo sobresaliente la 1962/63.
Se había formado un buen bloque, con un grupo de muy buenos jugadores nacionales como Toni, Marigil, Paquito, Iguarán o José María, y algún extranjero, entre los que sobresalía el argentino Sánchez Lage, que causó sensación desde su presentación cuando, recién llegado del viaje transoceánico, jugó su primer partido de azul el 4 de enero de 1959 y contribuyó al triunfo por 2-1 sobre el Atlético de Madrid. Futbolista comprometido, que cubría todo el campo y ejercía de líder, fue considerado por muchos durante tiempo, como el mejor argentino que vino a España después de Di Stéfano. El equipo era muy fuerte como local, aprovechando su adaptación al mal estado del campo, frecuentemente embarrado. Sufrió algún año para no descender, como en una promoción con el Celta, tras un final de campaña en el que se ganó por un memorable 3-5 al Barcelona en el Nou Camp con 3 goles de Luis Aragonés, cedido en el cuadro azul. Pero también supo lo que era competir entre los primeros, como no se conocía desde los años treinta. En la campaña 1962/63 concluiría con el Real Oviedo tercer en la clasificación de Primera, por tercera vez en su historia. Aquella temporada comenzó en Estados Unidos, participando en la International Soccer League (ISL), una especie de liga internacional de clubes. Los oviedistas disputaron, en julio de 1962, partidos en Nueva York, Chicago y Milwaukee contra el Elsfborg sueco, Os Belenenses portugués, el Wienner austriaco, el MTK de Budapest y los griegos del Panathinaikos. Aquella novedosa experiencia hizo de pretemporada y, ya en España, con puntos en juego, desde el comienzo los azules se instalaron en los primeros puestos de la tabla, hasta el punto de llegar a liderar la clasificación durante tres jornadas consecutivas, empatado a puntos con el Real Madrid. Al término de la temporada, la plantilla sufrió importantes bajas, las más sonadas las de Paquito y Sánchez Lage con destino a Valencia, con gran polémica sobre todo por las cantidades de los traspasos fueron consideradas muy bajas: dos millones y medio de pesetas, por Paquito y 400.000, por Sánchez Lage, lo que había costado su fichaje.
El Real Oviedo tras regresar a Primera, posa en el estadio Metropolitano el 14 de septiembre de 1958
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Con el equipo muy debilitado, al año siguiente se salvó la categoría con apuros, teniendo que disputar la fase de promoción con el Hércules. Y al siguiente se consumó el descenso a Segunda poniendo fin a la que había sido, hasta entonces, la segunda mejor época de la historia.
En la década de los 70 el Real Oviedo militó en tres categorías diferentes del futbol español. Comenzó en la temporada 70-71, cuando tuvo que jugar una promoción, frente al Palencia para no descender a Tercera. La montaña rusa azul quiso que la temporada siguiente, con Eduardo Toba en el banquillo, tras una gran temporada se lograra el ascenso a Primera, cuando no se pensaba en ello.El paso por la máxima categoría duró dos campañas y el equipo regresó a Segunda. El club contrató en la categoría de plata a un joven entrenador que había hecho una buena temporada en el U.P. Langreo, Vicente Miera y lo devuelve de inmediato a la máxima categoría donde solo juega la temporada 75-76. En la siguiente, con Toni Cuervo como entrenador, no logro adaptarse a la categoría, aunque llegó con opciones de ascenso al final del campeonato. En la penúltima jornada se jugó el derbi en el Carlos Tartiere y el equipo cayó 1-2, con lo que perdió todas las opciones de ascenso y supuso un giro en la historia del club. En la campaña 77-78, el club vivió varios acontecimientos que ayudaron al descalabro.
En mayo de 1978 se consumó el primer descenso de la historia del club a Segunda B
El capitán del conjunto azul, Tensi, tras el descenso, en una foto de José Vélez
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Se había fichado a Ruiz Sosa como entrenador y se había dado la baja a varios jugadores que habían sido importantes en campañas anteriores. Además, se produjo un hecho relevante como fue la dimisión del presidente José María Velasco 'Chuche', que renunció en julio de 1977 y fue sustituido por Jaime Estrada, que convocó elecciones para diciembre, siendo elegido Jesús Riesco Morán. Si lo extradeportivo iba regular, lo deportivo iba mal. En marzo Ruiz Sosa fue destituido y llega Sabino Barinaga, un veterano entrenador que ya había dirigido al Oviedo en dos etapas anteriores. El equipo se refuerza con los fichajes de Camuel y Javi procedentes del Ensidesa. Aunque se reaccionó, el equipo consumó su primer descenso a Segunda B el 14 de mayo de 1978. En la siguiente campaña el conjunto azul fichó a Lalo como entrenador, pero solo duró 18 jornadas, siendo sustituido por el tándem formado por Diestro y José María. Los azules llegaron al último partido en tercera posición, por detrás del Palencia y Mirandés a los que bastaba un punto para lograr el ascenso. Los azules se enfrentaron al Pegaso, al que vencieron 1-0, y los jugadores se retiraron al vestuario. Sin embargo, un gol de Atilano, para el U.P. Langreo ante el Mirandés, devolvía a los ovetenses a Segunda División.
Los jugadores del Real Oviedo celebran sobre el césped del estadio Vicente Calderón
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La Copa de la Liga fue una competición impulsada por la Federación para generar ingresos a los clubes una vez finalizada la Liga, que se celebró entre 1982 y 1986, sin demasiado éxito. La competición pilló al Real Oviedo en Segunda y se jugaba a doble partido. Las dos primeras ediciones fueron discretas para los azules que solo pasaron dos eliminatorias. En la temporada 84-85 el Real Oviedo se salvó del descenso en la última jornada, tras empatar con el Deportivo y perder Granada y Salamanca. Esa campaña los azules comenzaron la competición ante el Salamanca al que ganaron 1-0, en el Carlos Tartiere y 2-3 en Helmántico. También se impuso en los dos encuentros de la segunda ronda, ante el Athetic, en Oviedo 2-0 en San Mames 1-2. Los oviedistas siguen arrollando en la tercera ronda, en esta ocasión ante el Lorca, al que se imponen 7-2 en el Carlos Tartiere y 2-3 a domicilio, con lo que pasan a la semifinal. Los azules se enfrentarán al Sabadell, con el que empataron a un gol en la Nova Creu Alta, para luego ganar 3-1 en el Carlos Tartiere y presentarse así en la final.
Vili, capitán del conjunto ovetense, levanta la Copa
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El rival de la final fue el Atlético Madrileño, El partido de ida se jugó en Oviedo, el 26 de junio de 1985, y los carbayones se impusieron 1-0, con gol de García Barrero en el minuto 49, que lanzó un tiro raso ante el que nada pudo hacer el guardameta Abel Resino. El partido de vuelta se disputó el 30 de junio en el estadio Vicente Calderón. Nuevamente García Barrero volvía a ser determinante para los azules, ya que marcó el minuto 42. Aunque los locales empataron poco después el marcador ya no se movería y el conjunto ovetense se alzaba con el título de campeón de la Copa de la Liga 84-85. El equipo entrenado por José Luis Romero resultó invicto, ya que de los 10 partidos jugados ganó 8 y empató 2, marcando un total de 24 goles y encajando solo 10. El técnico utilizó a lo largo de la competición 23 jugadores entre los que se encontraban cinco del Oviedo Aficionado. Hay que destacar que el máximo goleador fue Herrera con 8 dianas seguido de García Barrero con 5. Así logro el R. Oviedo su único título oficial.
El presidente del Principado de Asturias Pedro de Silva en la recepción a la plantilla azul tras su último ascenso a Primera
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Después de 12 años fuera de la máxima categoría del fútbol español, el Real Oviedo regresó en la temporada 88-89 y permaneció 13 años consecutivos en ella. El ascenso se logró en una promoción ante el Mallorca, en la ida se impusieron los azules, 2-1, con goles de Carlos y Juliá, mientras que la vuelta acabó con empate sin goles. Con ello los de Vicente Miera retornaban a primera. El presidente del ascenso fue José Manuel Bango, sin embargo ese mismo verano hubo elecciones, a las que no concurrió, y resultó elegido Eugenio Prieto ante otros dos candidatos, Moisés Álvarez y Evelio González. Prieto permanecería en el cargo hasta 2002. Esta etapa azul es la más larga en Primera junto a la que tuvo el equipo entre las campañas 33-34 y 49-50, y durante ella se produjo la única participación en competición europea, la UEFA de la temporada 90-91. Fueron años en los que el equipo con uno de los presupuestos más bajos de la categoría logró una gran estabilidad. Especialmente destacable de esta época fue el nivel de los entrenadores que pasaron por el banquillo azul. Vicente Miera dirigió la primera temporada, para dar paso a Javier Irureta, que venía de ser cesado en la jornada 20 en el Logroñés, en su estreno en la máxima categoría. El equipo logró la permanencia sus dos primeras temporadas y alcanzó la UEFA en la tercera. En su cuarta campaña fue cesado tras 18 jornadas y sustituido por Radomir Antic. El técnico serbio había sido destituido en la campaña anterior en el Real Madrid siendo líder. También pasaron por el banquillo ovetense técnicos del prestigio de Óscar Washintong Tabárez o Luis Aragonés. Además de Iván Brzic, Juan Manuel Lillo, Fernando Vázquez. El conjunto ovetense, en una grave crisis económica descendió a Segunda en la campaña 2000-2001, con Antic en el banquillo en su segunda etapa. También fueron estos años de paso de jugadores de talla internacional por el conjunto ovetense, como Lacatus, Jokanovic, Prosinecki, Paulo Bento, Dubovsky o Dely Valdés. En este periodo, en el año 1992 el club se transformó en sociedad anónima deportiva, con un capital social de algo más de 600 millones de pesetas. El primer presidente del consejo de administración fue Eugenio Prieto Álvarez. Celso González García se convirtió en el máximo accionista de la entidad.
La plaza del Ayuntamiento se llenó de oviedistas para celebrar el regreso a Primera División
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La única presencia del Real Oviedo en una competición europea llegó en la temporada 90-91. En la anterior el equipo, entrenado por Javier Irureta, logró la sexta posición en la liga y al haber ganado el Atlético de Madrid, segundo clasificado, la Copa del Rey, los azules se metieron en la competición europea. El equipo de Irureta era especialmente serio en el aspecto defensivo y además, muy sólido como local, lo que le llevó a tener la oportunidad de poder jugar en Europa. El sorteo emparejó a los ovetenses con el Génova italiano, también debutante en la competición. El sorteo deparó que la ida se disputara en el Carlos Tartiere y tuvo lugar el 19 de septiembre de 1991, en plenas fiestas de San Mateo, en concreto el día del desfile de América en Asturias, lo que unido a los más de 7.000 seguidores del conjunto italiano que llegaron a Oviedo, dieron un gran ambiente festivo a las calles. La alineación que presentó el conjunto azul fue la formada por: Viti; Zúñiga, Gorriarán, Luis Manuel, Jerkan, Elcacho; Viñals, Berto, Bango; Carlos y Lacatus. Los azules, en un partido marcado por el colorido de las gradas, se impusieron por la mínima con un gol de Bango.La vuelta tuvo lugar el 3 de octubre, en el estadio Luigi Ferraris, con más de 40.000 espectadores en las gradas, entre los que se contaba con cerca de un millar de oviedistas.
El equipo inicial del Real Oviedo en su primera y única participación en la Copa de la UEFA. El 19 de septiembre de 1991 se jugó en el Carlos Tartiere
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El once azul fue el mismo de la ida, con la entrada de Sañudo por Luis Manuel y Rivas por Viñals. Los italianos empataron la eliminatoria con un gol de Skuhravy a los 20 minutos y parecía que encarrilaba la victoria, pero Carlos, al borde del descanso aprovechó un error del portero para empatar. Los azules tenían la eliminatoria de cara a falta de 45 minutos. El árbitro alemán Aron Schmidhuber cobró especial protagonismo en la reanudación. Primero no señalando un penalti sobre Lacatus y luego expulsando al internacional rumano por una agresión a Aguilera que se encaró con él oviedista, mientras se quejaba de una dura entrada. Desde ese momento, hasta el final, el asedio italiano no cesó. Primero marcó Caricola el 2-1 y en el último minuto, Skuhravy remató un córner para acabar con la aventura azul en Europa.
En el partido de vuelta el árbritro alemán Aron Schmidhuber explusó al internacinal rumano Lacatus
Skuhravy marcó en los minutos finales el tercer gol de los italianos que apeaba a los azules de la competición
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En plena decadencia de la entidad, acuciada por las deudas y en caída libre, el Real Oviedo consumó dos descensos en la temporada 2002-2003, uno en el campo a Segunda B y otro en los despachos a Tercera. En lo deportivo la campaña fue un desastre, con hasta cuatro entrenadores (Quique Marigil, Vicente González-Villamil, Miguel Sánchez y Antonio Rivas). En los despachos, los jugadores del conjunto azul no aceptaron las garantías de pago que les ofreció el club para retirar las denuncias interpuestas ante la AFE por impago y eso supuso la caída a Tercera División en una situación más que precaria. Fueron días de negociaciones y noches largas, hasta que se consumó la caída al sótano del fútbol español.
En la temporada 2001-2002, tras una derrota 3-6 ante el Elche se produjo una invasión del palco y el terreno de juego
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A todos esos problemas se sumó que el alcalde, Gabino de Lorenzo, no solo dio la espalda al equipo, sino que creó un sosías, el Oviedo ACF, para suplantar al Real Oviedo. Pese a que reclutó a símbolos del oviedismo como Antón o Berto, la afición se mantuvo fiel a los suyos y creó un nuevo lema que ya figura en la historia azul «yo no abandoné al Real Oviedo en Tercera». El acoso municipal incluyó el intento de desahuciar al equipo del Carlos Tartiere y tratar de cortar todas las vías de apoyo a la entidad que solo contaba con su afición como sustento. Por el contrario, al reconvertido Astur se le ofrecieron todas las facilidades y apoyos para competir en la misma categoría y tratar de desbancar al Oviedo de siempre.
El equipo, presidido por Manuel Lafuente y con Antonio Rivas en el banquillo, sin instalaciones para entrenar, con cortes en el suministro de energía y todo tipo de dificultades, compuso una plantilla a duras penas. La imagen de Rivas en un baño del Carlos Tartiere, convertido en improvisada oficina es uno de los ejemplos de la delicada situación del conjunto azul para poder seguir con vida. Por si todo esto fuera poco, el equipo tuvo que empezar a competir en Tercera con una sanción de seis puntos.
La afición azul se echó a la calle en varias ocasiones para luchar por la supervivencia de la entidad en los momentos más difíciles
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El gol que Kily marcó ante el Mosconia, el 31 de agosto de 2003, pese a ser en Tercera División pasará a la historia del Real Oviedo como uno de los más importantes. El tanto suponía que el conjunto azul estaba vivo después de muchos intentos de acabar con él, que no finalizaron hasta tiempo después. Ese gol abría la etapa del club denominada como la de los 'Barrizales', entre las temporadas 03-04 y 14-15 cuando se regresó al fútbol profesional. Cuatro temporadas en Tercera fueron claramente el peor momento deportivo de los 95 años del club. Sin embargo, en el aspecto social la fidelidad y unión de la afición fue ejemplo nacional primero e internacional, después. El club llegó a alcanzar los 12.700 abonados en Tercera, superando a numerosos equipos del fútbol profesional. En las dos primeras temporadas en Tercera se vivieron momentos que saltaron a los medios nacionales. Especial mención merecieron los partidos ante el ACF, equipo creado por Gabino de Lorenzo para tratar de suplantar al Real Oviedo. En el primer enfrentamiento, en el Carlos Tartiere, hubo una manifestación previa de la afición por las calles de la ciudad con unas 6.000 personas. En el partido de vuelta, en el campo de San Lázaro, se dieron cita muchos más oviedistas alrededor del campo que aficionados del antiguo Astur en el interior. Sin embargo, resultó más llamativo en la siguiente campaña cuando el partido se jugó en el estadio Hermanos Llana, separado del Carlos Tartiere por el aparcamiento. Ese encuentro lo siguieron los oviedistas desde los pasillos y vomitorios de su estadio. Eran unos 3.000 ante los pocos más de 500 que había en el campo en que se jugó.
El equipo azul tuvo que jugar en los campos de Tercera asturianos, después de hacerlo en los de Primera. En la fotografía, el delantero Diego Cervero, en el campo del Llanes
Uno de los lemas más utilizados en esta etapa fue el de 'yo no abandoné al Real Oviedo en Tercera'
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El equipo fracasó en dos intentos de ascenso a Segunda B y vivió momentos de inestabilidad, en especial a partir del año 2005, cuando el que fuera máximo accionista desde la conversión en SAD, Celso González, recuperó las acciones que había cedido a Manuel Lafuente. Al frente del club se pusieron Fernando Pantoja y José Ángel García. La afición siguió apoyando al club, pero no al consejo y la esperpéntica gestión. Las cosas no mejoraron cuando en el año 2006 Alberto González se hizo con el control accionarial de la entidad. Su única ventaja es que contaba con el apoyo municipal, una vez abandonado el proyecto del ACF. Fue significativo que el primer presidente que eligió, Toni Fidalgo, duró 21 días en el cargo. La gestión además de llevar al equipo a Tercera le dejó al borde de la desaparición, acuciado nuevamente por las deudas y con un importante vacío de poder, ya que el propio Alberto González estaba desaparecido por condenas judiciales. El entonces alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, impulsó una hoja de ruta para tratar de salvar al club que tuvo un momento clave en la junta de accionistas del 12 de julio de 2012, cuando se pusieron al frente del club un grupo de oviedistas, encabezados por Toni Fidalgo, para intentar salvar una más que delicada situación.
El grupo Carso se convirtió en 2012 en el accionista mayoritario del club. Arturo Elías en su primera visita a Oviedo
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A su llegada al club el consejo de administración presidido por Toni Fidalgo y compuesto por un grupo de oviedistas se encontró con una situación aún peor de lo esperado. El caos organizativo y económico de la entidad era mayor de lo que se esperaba, por lo que la única solución que había era convocar una ampliación de capital para recaudar, al menos, dos millones de euros. La empresa era muy complicada y solo contaba inicialmente con el apoyo de los aficionados, que respondieron desde que se abrió el plazo. Sin embargo, un tuit del periodista inglés Sid Lowe en el que decía «El club que le dio a la 'Premier League' a Cazorla, Michu y Mata está en peligro de ir a la quiebra. POR FAVOR compre acciones. #sosrealoviedo» revolucionó las redes y el movimiento de compra de acciones se hizo global. El resultado fue que el club pasó a tener unos 40.000 accionistas, repartidos en unos 125 países. El goteo de compra de acciones fue recorriendo el mundo y al término de la ampliación los pequeños accionistas habían cubierto los dos millones de euros que eran necesario para la salvación del club. Desde países como Estados Unidos a China, la corriente de simpatía hacia el club fue objeto de numerosas noticias en medios nacionales e internacionales. En paralelo el empresario Enrique Pina se había reunido en un par de ocasiones con el alcalde y se comprometía a invertir un millón de euros en el club y encargarse de la gestión. Sin embargo, el último día de la ampliación de capital, el 17 de noviembre de 2012, el Grupo Carso, propiedad del multimillonario mexicano Carlos Slim, entonces el hombre más rico del mundo, a través de su yerno Arturo Elías, invirtió dos millones de euros, convirtiéndose así en el accionista de referencia. Las relaciones entre el nuevo accionista de referencia y el consejo de administración no fueron especialmente fluidas y primero Sabino López relevó en la presidencia a Toni Fidalgo y posteriormente Jorge Menéndez Vallina al primero.
La afición azul se volcó en la compra de acciones para salvar al equipo en el año 2012
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Aunque el Grupo Carso llegó en noviembre de 2012, la gestión directa de la parcela deportiva no se hizo efectiva hasta el año 2014, cuando llegó a Oviedo Joaquín del Olmo, con la temporada ya iniciada. Una de sus primeras decisiones fue cesar a José Carlos Granero y sentar en el banquillo al hasta entonces técnico del equipo juvenil, Rober Robles. El que era preparador físico, Carmelo del Pozo, pasó a ser el director deportivo.
El 31 de mayo en el Ramón de Carranza un gol de David Fernández significó la victoria y el ansiado ascenso a Segunda
La fuente de la plaza América fue otro de los escenarios de la celebración de los aficionados azules
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En la siguiente temporada se apostó por Sergio Egea para el banquillo, al que Arturo Elías y Del Olmo conocía por su experiencia como ayudante de Hugo Sánchez en Pumas. Sin embargo, el hecho más relevante fue el regreso de un jugador muy querido para la afición azul, el portero Esteban. El guardameta avilesino había jugado todos los partidos de la temporada anterior en Primera con el Almería y logrado el objetivo de la permanencia, por lo que tenía un año más de contrato, al que renunció para jugar en Segunda B con el equipo en el que dio el salto al fútbol profesional. Ese fichaje subió la moral de una afición cansada de muchos fracasos y fue una declaración de intenciones de que el proyecto iba en serio. Llegaron jugadores de superiores categorías como Héctor Font, Jonathan Vila, Generelo o Linares, que fue el máximo goleador de la categoría, con 28 goles. La liga fue un paseo para los azules que aventajaron en ocho puntos al segundo clasificado, el Murcia y quedó emparejado con el Cádiz en la promoción de ascenso. En la ida en el Carlos Tartiere se adelantaron los gaditanos, pero Cervero, que poco antes había entrado en el terreno de juego, empató con un certero cabezazo y estableció el 1-1, con el que acabaría el encuentro. Todo quedaba para el Ramón de Carranza.
La plaza del Ayuntamiento de Oviedo se quedó pequeña para celebrar el retorno al fútbol profesional catorce años después
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En un ambiente hostil, no dejando entrar a un grupo de 155 aficionados que tenían entrada, y con un campo a rebosar el conjunto azul se impuso por la mínima gracias a un gol de cabeza del central David Fernández, que ponía fin a doce años fuera del fútbol profesional. La celebración tiñó las calles de azul. Era la vuelta de un equipo que había coqueteado con la desaparición al fútbol profesional.
A lo largo de su historia, el Real Oviedo tuvo dos máximos goleadores en Primera: Lángara y Marianín; tres en Segunda, Lalo, Galán y Carlos, y uno en Segunda B, Linares. Desde su llegada a Oviedo Lángara mostró sus dotes goleadoras, en su primera temporada en Primera, en la temporada 33-34, fue máximo goleador con 27, un promedio de 1,5 goles por partido. Lángara repetía como máximo goleador las dos siguientes temporadas, la 34-35, con 26 tantos y en la 35-36, la última antes de la Guerra Civil volvía a ser el máximo goleador de Primera, con 27 dianas. Marianín, el 'jabalí del Bierzo', logró en su debut en Primera ser el 'Pichichi' con 19 goles.
Carlos Muñoz fue el máximo artillero en Segunda División una temporada
Miguel Linares, el único pichichi, del Oviedo en Segunda B
Galán y Marianín, dos delanteros que fueron pichichis en Primera
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En Segunda Lalo fue el máximo goleador en la temporada 57-58, cuando marcó 20 goles. La categoría estaba dividida en dos grupos y los azules se proclamaron campeones de I. El máximo anotador de los dos grupos fue Cardona con 23. En la temporada 71-72 el conjunto ovetense se proclamaba Campeón de Segunda y su delantero Enrique Galán fue el máximo goleador, con 23 tantos. En la temporada 87-88 el Real Oviedo logró el regreso a Primera con Vicente Miera como entrenador y Carlos Muñoz, cedido por el Barcelona, como máximo artillero de la categoría con 25 goles. En la temporada del último regreso del conjunto ovetense al fútbol profesional, 2014-2015, el Real Oviedo tuvo al máximo goleador de la categoría, Miguel Linares, que llegó procedente del Recreativo de Huelva y marcó 28 goles. El delantero azul logró tres tantos en tres partidos y marcó dos en cinco ocasiones.
El nuevo estadio Carlos Tartiere albergó su primer partido oficial el 17 de septiembre de 2000 ante Las Palmas
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Los dos primeros partidos amistosos del Oviedo F.C., se disputaron los días 1 y 2 de mayo de 1926, ante el Arenas de Guecho, en el campo de Vetusta, ubicado en el barrio de Fozaneldi y propiedad del Real Stadium Ovetense, que lo había inaugurado el 30 de septiembre de 1923. El terreno de juego de Teatinos, ubicado en el barrio del mismo nombre era propiedad del Real Club Deportivo de Oviedo que lo había inaugurado en 1919, era el campo elegido para jugar de manera oficial por el Oviedo. Las renovadas instalaciones se inauguraron los días 19 y 20 de septiembre de 1926. El estreno oficial del Real Oviedo en Teatinos fue el 17 de octubre de 1926 en el partido del Campeonato Regional frente al Racing de Sama. El equipo jugó allí hasta la temporada 31-32. Ante las carencias del estadio, en 1930, la comisión permanente municipal aprueba la propuesta de construir un Stadium municipal y se adquieren unos terrenos en el lugar conocido como Cuidad Jardín, en Buenavista. Tras varios retrasos la inauguración oficial tuvo lugar el 24 de abril de 1932 con el partido internacional España–Yugoslavia. El primer gol en el nuevo Stadium fue obra del Lángara, que hacia su debut con la selección. El primer partido oficial del Oviedo en Buenavista fue el 2 de octubre de 1932 frente al Stadium Avilesino. El campo pasó a denominarse Carlos Tartiere en 1958 en honor a la figura del primer presidente del club. Fue remozado en varias ocasiones siendo la más profunda con motivo de ser sede para los partidos del Mundial-82. La necesidad de tener un campo con más aforo y con la nueva normativa de la UEFA, todos los espectadores sentados, llevaron al Ayuntamiento a construir un nuevo estadio en la zona llamada La Ería, junto al parte del Oeste. Las obras con la colocación de la primera piedra se iniciaron el 18 de junio de 1998. El nuevo estadio tiene una capacidad de 30.000 espectadores y el primer partido del equipo azul fue el 17 de septiembre de 2000.
Comienzo de las obras de demolición del viejo Carlos Tartiere en 2003
Una imagen del estadio de Buenavista en el año 1932 pocos días antes de su inauguración oficial
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A lo largo de su historia el Real Oviedo ha aportado 16 internacionales a la Selección Española. El primero fue Lángara y el último Cristóbal. Lángara se estrenó con la selección el 24 de abril de 1932, en la inauguración del Stadium de Buenavista, siendo el autor del primer gol marcado. Su debut se produjo con el equipo carbayón en Segunda División. El ariete azul disputó de 12 partidos internacionales, en los que marcó 17 tantos. Participó en el Mundial de Italia, en 1934, y su último partido fue frente a Suiza, el 3 de mayo de 1936. A Lángara le siguió Galé, que jugó dos partidos, en abril de 1933, en Paris frente a Francia y en Belgrado frente a Yugoslavia. Herrerita se estrenó con la selección el 18 de marzo de 1934 en Lisboa. En total disputó 6 partidos, marcando 2 goles, en su despedida, el 2 de marzo de 1947 en Dublín, fue el capitán del combinado español. Soladrero fue internacional en una ocasión, el 5 de mayo de 1935, en un amistoso ante Portugal en Lisboa. El extremo zurdo Emilín fue internacional en dos ocasiones, en abril de 1942, en Berlín frente a Alemania y en Milán, frente a Italia.
Isidro Lángara marca un gol a Portugal el 18 de marzo de 1934
Carlos debutó el 12 de septiembre de 1990 en El Molinón ante Brasil
Marianín antes de su debut ante Turquía el 17 de octubre de 1973
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El defensa derecho Jugo vistió la camiseta de España una sola vez, en aquella ocasión blanca, el 23 de junio de 1946 en el estadio Metropolitano frente a Irlanda. El único portero internacional de los ovetenses fue Argila, que jugó el 6 de enero de 1954 en Chamartín frente a Turquía. El Real Oviedo no aportaría otro jugador a la selección hasta que debutó Paquito, el 1 de noviembre de 1962, en el Bernabéu frente a Rumania. En total disputó 4 partidos internacionales antes de ser traspasado al Valencia. Más de una década después, el 2 de mayo de 1973, debutó con España el delantero Enrique Galán, también jugó en febrero del año siguiente frente a Alemania Federal en Barcelona. Unos meses después de Galán debutó Marianín, que en su única participación jugó ante Turquía en Estambul, el 17 de octubre de 1973. Unos días después el que se estrenaba era Uría, en Zagreb contra Yugoslavia. Antes de ser traspasado al Real Madrid jugó otros dos encuentros. El defensa Luis Manuel fue internacional en tres ocasiones, la primera el 13 de diciembre de 1989. El 12 de septiembre de 1990 se estrenó el delantero Carlos, ante Brasil, en El Molinón. Carlos fue 6 veces internacional y marcó 6 goles. El mismo día que Carlos se estrenó Bango. Hacía más de 50 años que el Oviedo no tenia dos jugadores internacionales sobre el campo, jugaron juntos unos 20 minutos juntos en El Molinón frente a Brasil. Bango participo en dos encuentros con la absoluta. El centrocampista Berto fue internacional en una ocasión, el 4 de septiembre de 1991 frente a Uruguay en el Carlos Tartiere. El último jugador del Oviedo que jugó con la absoluta siendo jugador del Real Oviedo fue Cristóbal, que lo hizo en cuatro ocasiones.
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