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'La experiencia es un grado'. La frase no por haber sido utilizada en muchas ocasiones deja de tener sentido cuando se habla de fútbol. ... Si se piensa en una temporada tan igualada como la actual Segunda División, el más mínimo detalla puede servir para decantar la balanza en favor de uno u otro equipo. El Real Oviedo llega al tramo decisivo con siete jugadores que saben lo que es dar el salto a Primera y en total han festejado hasta once ascensos. Todos ellos sueñan con una muesca más y poder compartir con el resto lo que todos señalan como una felicidad que llega a superar a la que se siente con un título.
Francisco Portillo es el líder indiscutible de la categoría a la hora de vivir ascensos. El malagueño suma hasta cuatro éxitos. El primero fue en las filas del Betis, en la temporada 2014-15. Eso sí no fue sencillo, pese a terminar como campeones. Julio Velázquez inició el curso en el banquillo, fue sustituido de forma temporal por Juan Merino, hasta que Pepe Mel convirtió a los verdiblancos en campeón. Unas semanas después, el Oviedo lograría su ascenso a Segunda en Cádiz.
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En la temporada 2016-17 recaló en el Getafe. Con Juan Eduardo Esnáider, los madrileños no encontraban el camino y fue la llegada de José Bordalás el que lo cambió todo y los llevó a Primera en el playoff. Mucho más estable fue su acenso en la 2021-22 con el Almería, Rubí convirtió a los indálicos en un equipo casi invencible y no dio opciones a los rivales. La pasada temporada, con Borja Jiménez, en el Leganés también acabó campeón de la categoría.
César de la Hoz tiene dos éxitos de cambio de categoría. El primero lo compartió con Portillo en el Almería. El cántabro fue pieza clave del equipo y jugó 40 partidos, uno más que el andaluz. En el que sumó con el Valladolid el pasado verano su participación bajó, pero fue una pieza importante con 27 duelos disputados.
Si hay que medir la importancia de los ascensos por la participación de los protagonistas, el siguiente en la lista es Nacho Vidal. El valenciano ascendió con Osasuna en el curso 2018-19, como campeón, con Jagoba Arrasate en el banquillo y disputó 38 encuentros.
Muy cerca de esa marca se quedó Dani Calvo con el Elche en la temporada 2019-20, a las órdenes de un viejo conocido del oviedismo como es José Rojo, Pacheta. El central jugó 37 partidos y fue el segundo jugador de la plantilla en minutos disputados sólo superado por Edgar Badia, si bien en este caso hay que unir a los 42 partidos de la liga regular los cuatro que sumó en la fase de ascenso.
Álvaro Lemos participó en 24 de los 42 partidos del curso 2022-23 con Las Palmas, cuando los canarios terminaron segundos, por detrás del Granada, con García Pimienta en el banquillo.
Mucho más testimoniales fueron las aportaciones de Jaime Seoane en el ascenso del Huesca en la 2019-20, en la que el madrileño a las órdenes de Míchel Sánchez, jugo cuatro encuentros de Liga. Aarón Escandell disfrutó de un solo partido con el Granada, a las órdenes de Diego Martínez, en la campaña 2018-19, con los nazaríes clasificándose en segunda posición, por detrás de Osasuna, y el meta valenciano jugando el último duelo de la competición, con todo ya decidido y como premio a su trabajo a la sombra del portugués Rui Silva.
Todos aportarán su experiencia para intentar devolver al Oviedo a Primera División 25 años después de perder la categoría y también para que Javi Calleja pueda quitarse la espina de aquella eliminatoria contra el Alavés y que dejo a su Levante sin el premio, por un penalti, concedido por el VAR, en el último minuto de la eliminatoria.
Kwasi Sibo nunca logró el ascenso a Primera División, pero sí que sabe lo que es festejar cambios de categoría, aunque vayan seguidos de descensos. El futbolista ghanés tuvo su primer éxito en España con la camiseta del Ibiza. Allí jugó dos años cedido por el Watford y en el segundo alcanzaron la Segunda División, en la 2020-21. Al curso siguiente, se enroló en las filas del Betis Deportivo, en 1ª RFEF, y sufrió el descenso. Eso le llevó a hacer las maletas y enrolarse en el Amorebieta. Con el conjunto vizcaíno ascendió a Segunda División, pero al año siguiente no pudo evitar su regreso a 1ª RFEF. Pese a todo, sus buenas actuaciones le sirvieron para que la dirección deportiva azul se fijase en él y apostase por su fichaje por dos temporadas. El centrocampista africano confía en poder repetir su racha y que esta temporada llegue un nuevo ascenso y que además sería a la máxima categoría.
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