El Requexón se llena de aficionados en la primera doble sesión
Bolo abrió la puerta en el entrenamiento de la tarde y tanto él como sus jugadores se ejercitaron entre aplausos y muestras de cariño de los seguidores
MARÍA SUÁREZ
OVIEDO.
Viernes, 8 de julio 2022, 01:34
Suele decirse que el fútbol es de los aficionados, pero cada vez cuesta más ilustrar dicha realidad. Ayer en El Requexón las sonrisas de los ... oviedistas más pequeños, sus inquietudes y preguntas -tan espontáneas como ilusionantes- y la felicidad de los no tan pequeños se entremezclaban con el fuerte calor que marcó la primera doble sesión de la era Bolo.
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A pesar de que este año está prevista la entrada de público y medios de comunicación solo en la primera media hora de trabajo, el cuerpo técnico quiso que los aficionados que se desplazaron ayer por la tarde a El Requexón pudieran presenciar la sesión completa.
Esta, que duró solo una hora debido a que era la segunda del día, hizo las delicias de los presentes, que celebraron con aplausos desde las primeras paradas de Quentin Braat hasta los goles de jugadores como Jirka, Obeng y Javi Mier. En realidad, cuando la temporada da sus primeros pasos -y para eso está la pretemporada-, casi todo es motivo de celebración.
Bajo un sol de justicia que invitaba más a buscar el frescor del mar que el verde de El Requexón, la plantilla completó un entrenamiento en el que el cuerpo técnico hizo especial hincapié en la salida de balón, trabajo que desarrollaron los azules ensayando diversas evoluciones.
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En ellas, Bolo hizo moverse a centrales, pivotes e interiores para facilitar dicha tarea y progresar con el balón. La sesión acabó con un partido en dimensiones reducidas de once para once. Uno de los equipos lo formaron Tomeu Nadal en portería; Lucas, Costas, Calvo y Laso en defensa; Viti, Luismi, Hugo Rama y Bretones en el centro del campo, y, por delante, la pareja formada por Borja Bastón y Nnoshiri. Enfrente, el equipo formado por Braat bajo palos; Javi Moreno, Tarín, Oier Luengo y Jorge Mier en la zaga; Javi Mier y Jimmy, acompañados de Sangalli y Jirka en el centro del campo, y como puntas Samuel Obeng y Álex Cardero. «¡Cuidado! ¡Derecha! ¡Solo!». Indicaciones así se escuchaban dar al guardameta francés en castellano.
A las siete de la tarde, después de una hora exacta de entrenamiento, el final del mismo dio inicio a una tímida espera por parte de la afición para charlar de cerca con la plantilla. Bastón y Costas fueron los primeros en acercarse. Lucas, Viti, Obeng y Tomeu fueron haciendo lo propio según abandonaban el campo número cuatro. Además del central y el Pichichi, sobre los que está puesta toda la atención de la afición, Bolo y Quentin Braat fueron los más aclamados. El técnico se hizo fotos y firmó autógrafos a los dos lados del campo y el guardameta fue el que más tiempo estuvo atendiendo a los aficionados.
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