Revuelta en el vestuario y la presión del cargo

Sergio Egea regresa a Oviedo poco más de tres años después de presentar su renuncia como técnico del conjunto azul. Su salida fue convulsa como pocas. El preparador argentino, que llegó avalado por el Grupo Carso, consiguió sacar al Oviedo del 'barro' después de doce años y lo dejó como tercer clasificado en Segunda, a tres puntos de los puestos de ascenso directo. Eso sirvió para que la afición le elevara a los altares y reconociera su trabajo y compromiso. No quedaron dudas cuando se anunció su dimisión: la grada se puso a su lado y se criticó tanto la gestión del entonces director deportivo, Carmelo del Pozo, como la actuación de algunos componentes de la plantilla con los que mantenía discrepancias. Lo cierto es que la relación con una parte del vestuario estaba «rota», según deslizó el propio Arturo Elías, que afirmó que al argentino «le había podido la presión». Una fuerte discusión en un entrenamiento con varios futbolistas había precipitado los acontecimientos. Egea anunciaba su marcha y era sustituido por Generelo. «Es lo mejor para el club», relativizó entonces el preparador, que afirmaba entonces que un cambio «podía venir bien al equipo». Ocurrió todo lo contrario. El Oviedo se desconectó de la pelea por el ascenso y el enfado de los seguidores fue en aumento, al considerar que se había hecho una injusticia con un técnico que siguió vinculado a los equipos propiedad del Grupo Carso. De hecho, Egea en los últimos años dirigió la cantera del Pumas y llegó incluso a dirigir el primer equipo. Su recuerdo en Oviedo nunca se difuminó. Muy querido por la afición, regresó en varias ocasiones a la capital asturiana para, por ejemplo, dar el pregón de las fiestas de La Florida.