Tranquilidad en el Real Oviedo tras la resaca emocional del 'casi' play off
Los jugadores que acudieron a El Requexón lo hicieron solo para tratarse antes de poner fin a una campaña tras la que habrá que afrontar al menos un cambio obligado: el de la dirección deportiva
Con el pitido final de Sagués Oscoz y la confirmación matemática de que el Oviedo se quedaba a las puertas del play off no solo finalizó la presente temporada, sino que arrancó en cierto modo la preparación de la siguiente. Sin embargo, esa actividad no se ha trasladado del todo a la ciudad deportiva azul, donde todo se sucede con calma en lo que a plantilla y cuerpo técnico se refiere. La mañana del lunes, solo los trabajadores habituales hicieron acto de presencia tanto en los despachos de la instalación azul -comunicación y servicios médicos- como en el exterior, donde los operarios continúan trabajando el cuidado del césped con el objetivo de que esté en las mejores condiciones para el inicio de la próxima pretemporada.
Jugadores como Lucas Ahijado o Carlos Isaac se acercaron a las instalaciones para ser tratados de diversas molestias en una jornada en la que la plantilla azul organiza ya trámites habituales de cada final de año como la devolución de los coches de Tartiere Auto. Sin demasiado movimiento, y con la calma tensa de no haber logrado el play off pero sí haber firmado el mejor año de los últimos seis, El Requexón parece aguardar decisiones. Las que habrá que tomar en una de las piezas claves de la entidad, la dirección deportiva, tras la huida hacia Madrid de Rubén Reyes. El gijonés, comprometido ya con el Getafe dos jornadas antes de que terminara la liga regular en segunda, deja el puesto solo un año después de haberlo cogido, tras una buena temporada en lo que a confección de plantilla se refiere.
Con su marcha, el club vuelve a tener en el aire -como ya ocurriera hace justo un año por la pérdida de Arnau- una parcela que afecta a toda la planificación y de la cual depende también la continuidad de un Cuco Ziganda que sigue pendiente de sentarse a hablar con los responsables carbayones. A priori, ninguno de esos movimientos trascendentales se concretarán en estas horas, y la despedida y marcha de los futbolistas azules será un goteo constante a lo largo de la semana.