«Ha sido una decisión personal, pero tampoco he tenido una propuesta del club»
Ziganda, que insistió en que «no he rechazado nada», se despidió entre lágrimas de un club que le ha hecho sentir un privilegiado
De manera personal y con sus propias palabras, como siempre ha hecho en las buenas y en las malas durante estos dos años y medio. ... Así quiso comunicar José Ángel Ziganda su adiós a la afición del Real Oviedo. «Es una decisión bien pensada y consensuada con mi familia. La hemos tomado tras unos días de espera y no es otra que no alargar esa posibilidad de seguir el año que viene», comentó el propio entrenador al iniciar su exposición.
Aunque todos los presentes sabían ya cuál era esa decisión y también la afición que seguía la rueda de prensa en directo, el momento de escuchar a Ziganda por última vez como técnico del conjunto azul estuvo cargada de emoción. La misma que el navarro intentó contener sin éxito al acordarse de sus máximos apoyos en el entorno del club: los exjugadores Luis Manuel y Paco Fernández.
«He tenido mucha suerte este año al tenerlos a ambos siempre conmigo -dijo justo antes de romperse-. Mira que dije que no quería llorar», se lamentó mientras intercambiaba una sonrisa cómplice con la directora de comunicación del club, Laura González Manjoya. Fue ella quien le arropó de manera más directa en una comparecencia en la que fue tan franco, elegante y sincero como ha sido en los dos años y medio que ha ejercido como entrenador azul. «En esa suerte está también gente como Víctor, Antonio, Marcos, Manolo y Miguel. Ellos me han introducido en lo que es este club, esta gente y su afición. Ha sido muy chulo y he podido identificarme con ello. Veo mucho potencial y si explota, si se le empuja...», dijo. «Este es el club que todos querríamos tener. Vosotros que sois de aquí y los que no y tenemos la suerte de participar de esto», hizo hincapié el ya exentrenador azul cuando logró reponerse.
El presidente azul, Jorge Vallina, el último en llegar
A la despedida del técnico acudieron todos los miembros de la entidad, a excepción del vicepresidente Manolo Paredes. Ziganda compareció arropado por la jefa de prensa del club, Laura González Manjoya, quien le dio las gracias en nombre del resto de compañeros, y habló durante más de veinte minutos en una comparecencia a la que el presidente azul Jorge Menéndez Vallina llegó con retraso. El acto, en el que Ziganda se acordó con cariño de Arnau, acabó con los mejores deseos del navarro y con un abrazo sentido a los compañeros de la prensa que habitualmente cubren la información oviedista.
Ziganda, que no quería que su adiós fuese una rueda de prensa al uso, lo logró. A cada palabra, más emocionada y sentida que la anterior, se iban uniendo pinceladas que dejaban entrever que su despedida, aunque totalmente decidida, no dejaba de ser menos dolorosa. «Ha sido una decisión personal, sí, pero tampoco he tenido una propuesta directa del club, por lo que no he rechazado nada. Me gustaría dejarlo como está porque es bueno para todos y son temas que no es que no me guste tocar, sino que creo que no tocan», matizó el navarro, centrándose en agradecer el tiempo compartido más que en debatir en las razones que fundamentan la parte menos personal de su decisión. «¿Si hubiera influido el tener esa oferta? No lo sé, no la hubo y como no la hubo no la valoro. Hay muchas cosas a las que uno se puede agarrar y todas me han llevado a esta decisión», puntualizó el de Larráinzar.
Su adiós, decidido en la noche del lunes y comunicado a primera hora del martes, desató una serie de reacciones que acabaron con el club intentando reconducir la situación. Era tarde. «Esa reunión fue bien, lo que pasa es que la decisión yo ya la había tomado. Hablé con Arturo Elías y le mostré mi agradecimiento a todo el mundo. Se intentó retomar, pero yo si doy una palabra la doy. Ahora hay que pensar en positivo para todos», explicó después de no haber tenido noticia la semana previa.
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Y eso hizo. Deshacerse en halagos para con un Oviedo y su motor, la afición, con los que ha vivido «una experiencia de vida y de sensaciones profesionales magníficas». «Cuando uno recoge un premio siempre da el coñazo dando las gracias, pero yo es que me siento así. Mi premio es este, poder despedirme de la afición y de todos vosotros agradeciendo a la gente que me ha acompañado en estos dos años y medio», compartió.
Ziganda tuvo palabras para casi todos, pero sobre todo para quienes le acompañaron en ese día a día en El Requexón no siempre fácil. Son esas personas, desde el cuerpo médico y nutricionistas hasta el personal de comunicación, pasando por trabajadores como Lito y Silvino, siempre a pie de campo, las que se llevaron los agradecimientos del oviedista. Capítulo a parte tuvieron sus jugadores.
«Me han hecho sentir entrenador y gracias a ellos he recuperado unas sensaciones que necesitaba. Ha sido un auténtico lujazo y un auténtico orgullo representar a este equipo donde, si algo he podido hacer, es ser yo mismo: jugar y entrenar como he querido, siendo muy respetado. Soy un privilegiado», recalcó, agradecido y emocionado, un Cuco que se va de un nido que será siempre un poco suyo.
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